"Considero a Franz Hinkelammert un luminoso ejemplo de 'amor político eficaz'" Franz Hinkelammert: Economía y Teología de la Liberación en diálogo
"La teología de la liberación pierde a una de las voces más lúcidas y autorizadas del pensamiento crítico latinoamericano que fue capaz de articular armónicamente cuatro campos de reflexión y análisis no siempre bien avenidos: la filosofía política, la economía, la sociología y la teología"
"Desarrolló un pensamiento interdisciplinar, abierto y libre, sin dogmatismos ni absolutismos, sin universalismos abstractos ni recetas simples. Fue maestro de varias generaciones de intelectuales, teólogas, teólogos y científicos sociales en América Latina y otros continentes"
"En 1976 fundó junto con el teólogo brasileño Hugo Assmann el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), espacio privilegiado de diálogo y encuentro"
"Hinkelammert elabora una teología económica de la liberación como alternativa a la teología neoliberal del mercado y propone una cultura de la esperanza y una sociedad sin exclusión, cuya categoría central es la vida, referida a las condiciones reales e históricas del existencia humana"
"En 1976 fundó junto con el teólogo brasileño Hugo Assmann el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), espacio privilegiado de diálogo y encuentro"
"Hinkelammert elabora una teología económica de la liberación como alternativa a la teología neoliberal del mercado y propone una cultura de la esperanza y una sociedad sin exclusión, cuya categoría central es la vida, referida a las condiciones reales e históricas del existencia humana"
| Juan José Tamayo teólogo
Con el fallecimiento de Franz Hinkelammert el 16 de julio a los 92 en San José de Costa he perdido a un amigo entrañable y la teología de la liberación pierde a una de las voces más lúcidas y autorizadas del pensamiento crítico latinoamericano que fue capaz de articular armónicamente cuatro campos de reflexión y análisis no siempre bien avenidos: la filosofía política, la economía, la sociología y la teología. A esto cabe añadir su gran humanidad, su sentido de la amistad, su trato exquisito y su solidaridad sin límites con los sectores populares más vulnerables de la población mundial.
Nacido en Emsdetter (Alemania) en 1931, inició su actividad intelectual primero como estudiante de Economía y luego como asistente de investigación en la Universidad Libre de Berlín. Sus primeros análisis se centraron en el contenido ideológico de la teoría económica. Tomó también cursos de filosofía y de teología, estos últimos siguiendo las enseñanzas del teólogo Helmut Golwitzer. Llegó a Chile en 1963 invitado por la Fundación Konrad Adenauer y fungió como profesor de la Universidad Católica de Chile. Participó en el clima revolucionario chileno que generó grandes expectativas para la región latinoamericana y para el mundo entero.
Pronto entró en conflicto con la democracia cristiana, lo que le obligó a abandonar la Fundación Adenauer. Colaboró activamente con la Unidad Popular y, tras el golpe de estado de Pinochet en 1973, volvió a Alemania, donde fue profesor visitante en el Instituto Latinoamericano de la Universidad de Berlín hasta 1976, en que retornó a América Latina, donde ha vivido ininterrumpidamente hasta su muerte. Hizo un rigurosos análisis del golpe de Estado contra Salvador Allende en el libro Ideología del sometimiento
El DEI: lugar de encuentro entre teología y economía
Estuvo vinculado a sectores intelectuales de pensamiento alternativo y a la teología de la liberación, en cuyo horizonte se ubica su creativa reflexión sobre las relaciones entre teología y economía. Desarrolló un pensamiento interdisciplinar, abierto y libre, sin dogmatismos ni absolutismos, sin universalismos abstractos ni recetas simples. Fue maestro de varias generaciones de intelectuales, teólogas, teólogos y científicos sociales en América Latina y otros continentes.
El DEI, lugar de encuentro de ciencias sociales y teología
En 1976 fundó junto con el teólogo brasileño Hugo Assmann el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), espacio privilegiado de diálogo y encuentro entre teólogas, teólogos, biblistas, filósofos, filósofas, científicos y activistas sociales, en los que participé a partir del 1999 de manera asidua. Allí compartí apasionantes y creativos debates, entre otras personas, con Enrique Dussel, Raúl Fornet Bentacourt, Wim Dierckxsens, Maryse Bresson, José Duque, Loida Sardiñas, Carlos Molina, Henry Mora, Germán Gutiérrez, Silvia Regina da Silva, Pablo Richard, Elsa Tamez, Jung Mo Sung, Maruja González, Estela Fernández, Yohanka León, Yamandú Acosta, Lilia Solano, actual viceministra para la Participación e Igualdad de Derechos de Colombia…
Su principal aportación es la relación entre teología y economía, relación mucho más estrecha de lo que a primera vista puede parecer y que abre un nuevo horizonte en la teología de la liberación. Analiza críticamente la teología económica del mercado de autores como Tockman, Camdesuss y Novak, que se apropian de las categorías y las líneas fundamentales de la teología de la liberación como la opción por los pobres y la esperanza en el reino de Dios encarnada en la economía neoliberal, si bien vaciándola de su contenido liberador.
Su crítica a la economía política neoliberal radica en que reduce la racionalidad a la rentabilidad y al operar así el sistema económico actual se torna irracional. El resultado de esa reducción está a la vista: distorsiona las relaciones sociales y excluye cada vez a más personas y pueblos del sistema económico. Es la población sobrante de la que habla el papa Francisco. Las férreas leyes del mercado destruyen el tejido social y su entorno natural.
El mundo actual se siente amenazado por la estrategia de la acumulación sin límite, que es la estrategia de la globalización neoliberal, tan orgullosa de la eficiencia medios-fines desarrollada por la empresa capitalista, y, sin embargo, tan ineficiente; tan aparentemente universalizadora, cuando en realidad excluye a sectores, países, regiones e incluso continentes enteros que ven peligrar su supervivencia.
Las armas ideológicas de la muerte
Generalmente los teólogos y las teólogas de la liberación descubrimos la relevancia de la economía a través de la teología. Hinkelammert hizo el camino inverso: fue a partir de la economía como descubrió la teología. Cultivando el análisis de la economía política, le surgieron sospechas que solo pudo verificar recurriendo a la teología. Esta es la sospecha que guía Las armas ideológicas de la muerte (Sígueme, 1978), una de sus obras más emblemáticas y de mayor influencia en el pensamiento político, económico y teológico latinoamericano.
En esta obra hace un análisis riguroso de la teoría del fetichismo de Marx, que considera central en la economía política marxista, cuyo principal objetivo es hacer visible lo que no aparece ante los ojos. En su análisis del fetichismo Hinkelammert establece una lúcida distinción entre las instituciones materiales que que organizan la sociedad moderna.
Él mismo habla de tres momentos de la teología de la liberación (TL) que define ateniendo a los cambios producidos en la realidad latinoamericana, a los conflictos de la teología con el Imperio y la ortodoxia religiosa, a los cambios económicos y a los movimientos sociales y eclesiales liberadores más cercanos. En la primera etapa la TL coloca en el centro la opción por los pobres, que se convierte en fuente de confrontación con la ortodoxia cristiana, legitimadora del poder económico y representada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que condenó la teología de la liberación desde sus orígenes.
El segundo momento tiene como trasfondo el aplastamiento de los movimientos de liberación y del cristianismo liberador por las dictaduras. En ese contexto la TL es víctima de una fuerte contraofensiva por parte de la teología del Imperio. Ante tal situación de acoso interno y externo y de intento de derribo, la actitud de la TL fue doble: expresar su clamor por la vida y criticar la lógica sacrificial del sistema opresor.
El tercer momento viene marcado por la apropiación que del discurso de la TL y de la opción por los pobres hacen tanto la teología neoliberal del mercado como la ortodoxia cristiana. Lo que lleva a elaborar una crítica ideológica de la ley y del mercado total.
Hinkelammert elabora una teología económica de la liberación como alternativa a la teología neoliberal del mercado y propone una cultura de la esperanza y una sociedad sin exclusión, cuya categoría central es la vida, referida a las condiciones reales e históricas del existencia humana: alimento, vivienda, trabajo, bienestar social, salud, educación, etc. La opción por la vida le lleva derechamente a la opción por los pueblos oprimidos y por las clases sociales explotadas. El referente teológico es el Dios de la vida, que es el Dios de las posibilidades humanas concretas de vivir en lucha contra las armas ideológicas de la muerte. De aquí surge la teología de la vida en lucha con los ídolos de muerte que exigen sacrificios humanos de las mayorías populares y de la naturaleza depredada por el capitalismo voraz.
Razones que matan: Hinkelammert, Brecht y Francisco en sintonía
La muerte de Hinkelammert no cierra su producción bibliográfica. Nos queda su reciente obra de sangrante título Razones que matan, escrita en colaboración con Henry Mora, que es una introducción al Pensamiento Emancipatorio, en la tradición iniciada por Marx, con su “imperativo categórico de echar por tierra todas las relaciones en que el hombre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” y con antecedentes importantes ya en Pablo de Tarso y su crítica de la ley”. Invito a leerla.
Franz está en plena sintonía con el papa Francisco que en su encíclica La alegría del Evangelio dice “no a la economía de la exclusión y de la inequidad, que mata”. Frantz y Francisco nos marcan el camino a seguir: frente a las razones necrófilas las razones que liberan y se traducen en una economía en defensa de la vida y del bien común. La sintonía es también con Bertold Brecht, quien afirma: “Hay muchas maneras de matar. Se puede pinchar la guata de alguien con un cuchillo, se puede quitar a alguien el pan, se puede a alguien no ayudar en el caso de una enfermedad, se puede alguien poner en una vivienda mala, se le puede matar por medio de un trabajo malo e insoportable, se puede a alguien amenazar hasta que se suicide, se puede hacer una guerra etc. Muy poco de eso está prohibido en nuestro Estado”.
Considero a Franz Hinkelammert un luminoso ejemplo de “amor político eficaz”, del que hablaba y puso en práctica Camilo Torres.
Juan José Tamayo es teólogo de la liberación y autor de La teología de la liberación en el nuevo escenario político y religioso (Tirant lo Blanch) y Teologías del Sur. El giro descolonizador (Editorial Trotta).
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