El Papa clama por la paz en Sudán de Sur, que quiere visitar a lo largo de 2020 Francisco pide esperar “en un clima de paz y serenidad”, los resultados del recuento electoral en Bolivia
“Dios no es de los muertos, sino de los vivos; porque todos viven para él"
"El pueblo de Sudán ha sufrido demasiado en los últimos años y espera con gran esperanza un futuro mejor, especialmente el fin definitivo de los conflictos y una paz duradera"
Reclama "políticas de empleo valientes que tengan en cuenta la dignidad y la solidaridad" en Italia
Reclama "políticas de empleo valientes que tengan en cuenta la dignidad y la solidaridad" en Italia
Bolivia, Sudán del Sur y la corrupción en Italia fueron los protagonistas de los saludos posteriores al Angelus del Papa Francisco. Después del rezo habitual, en el que reflexionó sobre el significado de la resurrección, Bergoglio instó “a todos los bolivianos, en particular a los actores políticos y sociales, a que esperen con espíritu constructivo, en un clima de paz y serenidad, los resultados del proceso de revisión de las elecciones que se está llevando a cabo actualmente”.
Del mismo modo, el Papa se dirigió a “la querida gente del sur de Sudán”, que pretende visitar en 2020, apuntó. Recordando su encuentro con las autoridades del país, en la que se vivió la impactante imagen del Pontífice, arrodillado, besando los pies de los políticos, Francisco incidió en que “el pueblo ha sufrido demasiado en los últimos años y espera con gran esperanza un futuro mejor, especialmente el fin definitivo de los conflictos y una paz duradera”.
Por ello, añadió, “insto a los responsables a que continúen, sin cansancio, su compromiso con un diálogo inclusivo en la búsqueda del consenso para el bien de la nación”. “También expreso la esperanza de que la comunidad internacional no descuide acompañar al Sudán Meridional en el camino hacia la reconciliación nacional”, concluyó.
Políticas de empleo valientes
Al tiempo, recordó que en Italia se celebra hoy el Día Nacional de Acción de Gracias por los frutos de la tierra y el trabajo. “Me uno a los obispos para recordar el fuerte vínculo entre el pan y el trabajo, esperando políticas de empleo valientes que tengan en cuenta la dignidad y la solidaridad y que prevengan los riesgos de corrupción”, subrayó.
Durante la reflexión previa al Angelus, Francisco habló de las palabras de Jesús sobre la resurrección, y su encuentro con los saduceos, que trataban de provocarlo. “Jesús nos invita a pensar que esta dimensión terrena en la que vivimos ahora no es la única, sino que hay otra, ya no sujeta a la muerte, en la que se manifestará plenamente que somos hijos de Dios”.
“Esta clara certeza de Jesús sobre la resurrección -añadió- se basa enteramente en la fidelidad de Dios, que es el Dios de la vida”.
Dios vincula su nombra al nuestro
“Es una duda que toca al hombre de todos los tiempos y también a nosotros: después de esta peregrinación terrenal, ¿qué será de nuestras vidas? ¿No pertenecerá a nada, a la muerte?”, se preguntó. Jesús responde “que la vida pertenece a Dios, que nos ama y se preocupa tanto por nosotros, hasta el punto de vincular su nombre al nuestro”.
“Dios no es de los muertos, sino de los vivos; porque todos viven para él", recordó.
“La vida existe donde hay vínculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y vínculos de fidelidad. Por el contrario, no hay vida en la que se tenga la pretensión de pertenecer sólo a uno mismo y vivir como islas: en estas actitudes prevalece la muerte, el egoísmo”