El gesto histórico de arrodillarse ante los líderes enfrentados marcó un punto de inflexión Cuando las rodillas de Francisco comenzaron a parar la guerra en Sudán del Sur
Las rodillas del Papa no siempre le han jugado malas pasadas. Las mismas que le impidieron viajar a Sudán del Sur el año pasado, fueron las que propiciaron, en un gesto inédito y conmovedor, que el martirizado país comenzase a dar los primeros pasos hacia la paz
Pero no sólo es histórica esta visita por la llegada del Pontífice de Roma, sino porque, en realidad, es una “peregrinación ecuménica y de paz” en la que le acompañan el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace, en atención a la destacada presencia de fieles anglicanos en el joven país
Tras la desilusión del pasado mes de julio, cuando Francisco anunció que posponía su viaje debido a los problemas en su rodilla, hoy es un día de júbilo en Sudán de Sur, que espera con grandes esperanzas la primera visita de un Papa a esta ya martirizada y joven nación, nacida con grandes dolores de parto tras su escisión del resto de Sudán en 2011.
Pero no sólo es histórica esta visita por la llegada del Pontífice de Roma, sino porque, en realidad, es una “peregrinación ecuménica y de paz” en la que le acompañan el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace, en atención a la destacada presencia de fieles anglicanos en un país en donde el 70% de sus casi 11 millones de habitantes son mayoritariamente cristianos (36% católicos, 20% Iglesia anglicana de Sudán, 14% Iglesia Copta e Iglesia Protestante).
Francisco ya había mostrado su deseo -fiel a su máxima de hacerse presente en las periferias- desde 2018, tras la firma en Roma de un acuerdo de paz auspiciado (como ya sucediera en Mozambique) por la Comunidad de Sant’Egidio.
Retiro espiritual en el Vaticano
Un deseo de implicación que tuvo una inédita, sorprendente y conmovedora imagen al año siguiente, cuando estos tres líderes religiosos convocaron un retiro espiritual en el Vaticano para ayudar a consolidar un titubeante proceso de paz en Sudán del Sur, asolado por una guerra civil, tribal y étnica que causó en seis años 400.000 muertos y dejó al país sumido en la miseria, a pesar de sus grandes riquezas naturales.
Fue el día en el que el papa Francisco, en un gesto de humildad que dejó atónitos no sólo a los presentes, se agachó dificultosamente hasta arrodillarse para versar los pies del presidente sursudanés, Salva Kiir Mayardit, y del opositor Riek Macharel, implorando a los dos líderes de los principales bandos enfrentados a desarrollar el acuerdo de paz firmado el año anterior.
Ahora, del 3 al 5 de febrero, Francisco, junto con los líderes anglicanos, volverá a reunirse con el presidente y los vicepresidentes en Juba, a quienes recordará "la obligación de construir la paz a través del diálogo y el perdón", según subrayó en Nueva York monseñor Gabriele Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, en la reunión de la Comisión de Consolidación de la Paz a nivel de embajadores sobre el país africano.
Y aquel gesto de humildad seguirá muy presente en el ánimo de los protagonistas, de hecho, lo estuvo desde aquel mismo instante, como reconoce, en Vatican News, el nuncio de Sudán del Sur, Hubertus Matheus Maria van Megen.
Los líderes enfrentados, conmovidos por el gesto
“El Papa hizo este gesto tan fuerte de besar los pies a los líderes de Sudán del Sur, y ellos mismos, el presidente Salva Kiir y el vicepresidente Riek Machar, me confesaron que estaban muy conmovidos por este gesto, tanto que querían hacer todo lo posible para lograr la paz”, afirma el nuncio.
De hecho, “se puede decir, después de todo, que desde ese día, desde el 11 de abril de 2019, no ha habido una guerra abierta, sin embargo, se ha mantenido a pequeña escala, la guerra ha continuado en diferentes lugares”, reconoce, lamentando que “creo que casi hay una incapacidad política para llegar a un entendimiento real entre las diferentes facciones con el fin de llegar a una paz, y creo que el Papa, de alguna manera, podría ser un mediador, tal vez no tanto con palabras, sino más bien con su persona, como Papa, como Pastor de la Iglesia”.
Ecumenismo por la paz
Pero el Papa, no va solo, van 'los tres mosqueteros de la paz' , junto con los líderes anglicanos, que, en un mensaje enviado por Justin Welby -y por primera vez reenviado por la Santa Sede- asegura que “venimos como seguidores de Jesús, el Príncipe de la Paz, sabiendo que su Espíritu Santo actúa en Sudán del Sur y tiene el poder de transformar los corazones. Su amor y su acogida se ofrecen a todos. Es a través de él que encontramos nuestra paz más profunda y nuestras esperanzas más profundas de justicia. Por eso os pido que recéis con nosotros por el pueblo de Sudán del Sur".