Sol, la spanishrevolution
Estoy - y vivo - en Madrid. Vengo de la Puerta del Sol. Anoche también estuve en Sol, de 19 a 22 h. Me incomoda entrar en polémica. Sólo a paranoicos se les ocurre hurgar en la extrema izquierda, en la conspiración o en ETA.
Media hora para cruzar Sol. De Carmen a Carretas. Una proeza llegar a Metro, bajo el balcón de Esperanza Aguirre. Una fiesta campestre. Como las de mi pueblo natal. Nada de tonterías. Nada de acohol. No se fuma. Nada de violencia. Mucha ilusión. Innumerables pancartas, pegatinas. Folios colgados por doquier, Algunos con faltas de ortografía. Colgados, pegados, entregados, leídos, discutidos, respetados. Nadie los retira. Todo tiene su valor. Todo es bueno. Todo es contra el mal. Contra la injusticia. Contra la ineptitud. Contra la corrupción. Contra la hiriente ostentación. Contra los avariciosos banqueros. Jóvenes, maduros, ancianos, niños. Apretujados. Protestan. Exigen dignidad, libertad, trabajo, salario digno, eficacia política, participación. Además de presente, piden un futuro. Para sí, para sus hijos y nietos. En mi camino, a paso de tortuga, tropiezo con kioskos y carpas. Informan. Piden firmas. Discuten. La Cañada Real. Exclusión de corruptos en las listas electorales. Cárcel para los chorizos. Cambio de ley electoral. Listas abiertas. Libertad real de asociación. Justicia rápida y no politizada. Algunos hablan inglés, portugués o francés. Estupefactos, contemplan la fiesta. Se dejan codear y empujar. Porque no cabe una espina más. ¡Por favor, dejen paso! ¡Lo siento, señorita, no he querido! ¿Me dejan saltar la cuerda? Alguien habla.Un joven. Una joven. Se oye en toda la plaza. Pide responsabilidad, reflexión, traquilidad, alegría. Se reparten frutas y bocadillos. No he visto los aseos portátiles. Los hay. Todos se sienten en su casa. Me imagino que también los sin hogar. Sin duda, alguno ha tenido que entregar su casa al banco y continuar pagando la hipoteca. De algo se nutren los bonus millonarios.
Y regreso en Metro hacia el Norte. Pensativo, esperanzado. Sigo oyendo y leyendo comentarios variopintos. De políticos y periodistas. De gente corriente, como yo. Unos, demonizando la spanishrevolution. Otros apuntándose a ella interesadamente. Hay quien promete tenerla en cuenta. Todos disimulan su contrariedad. Sol, 15-M, ha venido a romper la dialéctica de la “campaña”. ¡Con lo traquilos que estaban los candidatos, insultándose cariñosamente!
Media hora para cruzar Sol. De Carmen a Carretas. Una proeza llegar a Metro, bajo el balcón de Esperanza Aguirre. Una fiesta campestre. Como las de mi pueblo natal. Nada de tonterías. Nada de acohol. No se fuma. Nada de violencia. Mucha ilusión. Innumerables pancartas, pegatinas. Folios colgados por doquier, Algunos con faltas de ortografía. Colgados, pegados, entregados, leídos, discutidos, respetados. Nadie los retira. Todo tiene su valor. Todo es bueno. Todo es contra el mal. Contra la injusticia. Contra la ineptitud. Contra la corrupción. Contra la hiriente ostentación. Contra los avariciosos banqueros. Jóvenes, maduros, ancianos, niños. Apretujados. Protestan. Exigen dignidad, libertad, trabajo, salario digno, eficacia política, participación. Además de presente, piden un futuro. Para sí, para sus hijos y nietos. En mi camino, a paso de tortuga, tropiezo con kioskos y carpas. Informan. Piden firmas. Discuten. La Cañada Real. Exclusión de corruptos en las listas electorales. Cárcel para los chorizos. Cambio de ley electoral. Listas abiertas. Libertad real de asociación. Justicia rápida y no politizada. Algunos hablan inglés, portugués o francés. Estupefactos, contemplan la fiesta. Se dejan codear y empujar. Porque no cabe una espina más. ¡Por favor, dejen paso! ¡Lo siento, señorita, no he querido! ¿Me dejan saltar la cuerda? Alguien habla.Un joven. Una joven. Se oye en toda la plaza. Pide responsabilidad, reflexión, traquilidad, alegría. Se reparten frutas y bocadillos. No he visto los aseos portátiles. Los hay. Todos se sienten en su casa. Me imagino que también los sin hogar. Sin duda, alguno ha tenido que entregar su casa al banco y continuar pagando la hipoteca. De algo se nutren los bonus millonarios.
Y regreso en Metro hacia el Norte. Pensativo, esperanzado. Sigo oyendo y leyendo comentarios variopintos. De políticos y periodistas. De gente corriente, como yo. Unos, demonizando la spanishrevolution. Otros apuntándose a ella interesadamente. Hay quien promete tenerla en cuenta. Todos disimulan su contrariedad. Sol, 15-M, ha venido a romper la dialéctica de la “campaña”. ¡Con lo traquilos que estaban los candidatos, insultándose cariñosamente!