d’Aniello es un excelente diplomático pero con alma de pastor El nuncio en Moscú, Giovanni d’Aniello, podría desbancar a Joseph Spiteri como sucesor de Bernardito Auza en Madrid

Que se va Bernardito Auza y deja la nunciatura apostólica en España está cantado y él mismo se lo comunicó a su círculo más íntimo. Lo que no parece tan claro es el nombre de su sucesor. Y, aunque algunas fuentes (quizás interesadas) abanderan a bombo y platillo el nombre de Joseph Spiteri, el actual nuncio en México, parece que en la Curia no lo tienen tan claro. Y el Papa Francisco, tampoco.

A la mayoría de los Nuncios los nombra la Secretaría de Estado, con su prefecto al frente, cardenal Parolin, ayudado por el ‘Sustituto’, monseñor Edgar Peña Parra, con especial incidencia de la ‘sección para el personal diplomático’, cuyo secretario es monseñor Luciano Russo.

Pero también se sabe que el Papa Francisco suele implicarse directamente en el nombramiento de los nuncios de los grandes países católicos (Brasil, USA, México, España, Italia) o de los nuncios especiales. Por ejemplo, el nuncio en la Siria en guerra, en la Ucrania invadida o en la Rusia de Putin y del Patriarca Kirill.

Si se implica directamente el Papa en el nombramiento del nuncio español es muy probable que decaiga el nombre de Joseph Spiteri. En primer lugar, porque lleva sólo dos años en México. Además, no se implicó a fondo en la lucha contra los abusos, algo que el Papa lleva en el corazón. “Si llegan a nombrar a Spiteri, sería un gol a Francisco”, aseguran nuestras fuentes en Roma.

Y, sobre todo, no parece, dado su perfil más bien conservador, el hombre adecuado para hacer tándem con el cardenal Cobo, para intentar cambiar la faz del episcopado español y ponerlo en línea de una Iglesia sinodal y samaritana.

En este sentido, los círculos cercanos al Papa Francisco están lanzando al escenario de eventual nuncio en España el nombre de Giovanni d’Aniello (Italia, 1955), actual nuncio del Papa en Moscú.

A sus 70 años, el italiano es un diplomático bregado y ya con mucha experiencia, no en vano ha sido nuncio papal en República democrática del Congo, Tailandia y Camboya. Después, en 2012 fue ascendido a la nunciatura de Brasil, una de las más importantes para la Iglesia. Y, desde 2020 ocupa la legación de Moscú, en tiempos especialmente difíciles.

En Rusia, donde ya lleva cinco años, no sólo tuvo que hacer frente a la delicada situación creada a partir de la invasión rusa de Ucrania, sino también al enfriamiento de las relaciones con el Patriarcado de Moscú, especialmente alineado con las tesis de Vladimir Putin.

Por otra parte, d’Aniello es un excelente diplomático pero con alma de pastor y, además, es de los pocos diplomáticos que comulga a fondo con las reformas de Francisco en busca de una Iglesia menos clerical y más sinodal y samaritana.

Siendo un hombre de Francisco al cien por cien podría ser el nuevo Dadaglio y, ahora, con el nuevo Tarancón-Cobo, darle la vuelta al mapa episcopal español, que, en su mayoría o mira hacia los postulados más conservadores o se sitúa en ese centro, supuestamente moderado, pero gris y anodino e, incapaz, por lo tanto, de subirse al carro de las reformas de Francisco.