"La iglesia tiene que entender un concepto básico: el abuso sexual de menores no es pecado, es delito" Miguel Ángel Hurtado: "Los obispos españoles saben los pederastas que tienen en el armario"
El activista contra abusos sexuales a menores en la Iglesia y miembro del movimiento Infancia Robada habla desde su experiencia de abusado y opina sobre las medidas "insuficientes" que está tomando la Iglesia de Roma en este asunto.
"La Iglesia, aunque quiera, no está preparada para investigar este tipo de casos. Le faltan herramientas, por ejemplo, las investigaciones canónicas no pueden hacer pruebas de ADN. No pueden hacer registro en domicilio. No pueden hacer análisis forense de dispositivos electrónicos".
"La única que tiene las herramientas para investigar y castigar estos delitos de forma adecuada es la Justicia. Por lo tanto, cooperación plena y absoluta con las administraciones de Justicia en todo el mundo".
"El abad dimititirá o no dependiendo de hasta qué punto quiera cargarse la reputación de Montserrat".
"La única que tiene las herramientas para investigar y castigar estos delitos de forma adecuada es la Justicia. Por lo tanto, cooperación plena y absoluta con las administraciones de Justicia en todo el mundo".
"El abad dimititirá o no dependiendo de hasta qué punto quiera cargarse la reputación de Montserrat".
Hoy nos acompaña Miguel Ángel Hurtado, víctima y superviviente de abusos sexuales en Montserrat. Ha consagrado buena parte de su vida a que el velo de silencio respecto a la pederastia en la Iglesia española se rompa, formándose durante mucho tiempo para entender en profundidad cómo una víctima puede exigir justicia y reparación ante las resistencias de la Iglesia a investigar.
Por este trabajo de activismo, su cara es hoy representante de la de otras muchas personas que fueron abusadas siendo menores, dentro de instituciones eclesiásticas.
La pregunta no puede ser cómo te metes en esto, porque no te metes, te meten. Pero, ¿cuándo tomas conciencia de que hay que contarlo y de que es necesario salir?
Yo lo noté desde el primer momento. Nací en democracia, soy del año 82. Entonces, desde pequeño se me habían enseñado unos valores de igualdad, de respeto, de ponerle mecanismos de control al poder, de que la gente no podía hacer lo que le diera la gana por ser quien era...
Cuando fui abusado en la Abadía de Montserrat, desde el primer momento tenía claro que eso era intolerable. Pero hubo un choque a nivel familiar porque mi familia era más de la cultura del nacionalcatolicismo, con una jerarquía de poder muy clara, de “con la iglesia no te metas”...
Con el callar y seguir adelante.
Claro. Y hubo un choque muy fuerte a nivel cultural. Como yo era adolescente, muy crío, no tenía las herramientas de activismo para poder defender mis postulados y para poder hacer las cosas como yo quería hacerlas y como yo creía que se tenían que hacer.
"Hubo un choque a nivel familiar porque mi familia era más de la cultura del nacionalcatolicismo, con una jerarquía de poder muy clara, de “con la iglesia no te metas”..."
Fue solamente años después cuando comencé a ver que fuera de España las cosas se hacían de otra manera. Me puse en contacto con SNAP, que es una de las organizaciones de activismo contra la pederastia en la Iglesia más importantes. Fueron los que destaparon el caso Spotlight en Boston. Fui a conferencias en EEUU. Me dieron clases prácticas de activismo; hablar con los medios, organizar protestas. Y fue, solamente entonces, cuando tuve las herramientas para poder defender mis valores de una forma efectiva.
Digamos que lo tenías claro, pero por un lado el ambiente educativo y familiar, y por otro, el hecho de que para pelear con una institución tan potente como la Iglesia uno tiene que tener armas. Porque muchas veces las víctimas no tienen adonde ir ni cómo contarlo. Y muchas veces, también, ni saben.
Sí, yo creo que es diferente que sepas qué quieres hacer de cómo se puede conseguir eso. Yo, durante años, estuve aprendiendo el cómo; qué mecanismos funcionan mejor y cuáles mejor no intentarlos porque se te acaban volviendo en contra.
¿Te ha acusado alguien de que eres un activista y no una víctima?
Es que soy activista. Además, si no lo fuera mi caso no hubiera salido a la luz, no hubiera sido investigado de forma adecuada y la abadía de Montserrat no hubiera reconocido que mi agresor era un depredador sexual. Porque en España, lamentablemente, todas las instituciones que deberían poner freno a esta situación, desde la Justicia a buena parte de los medios de comunicación, la clase política, la jerarquía de la Iglesia, es un tema que intentan evitar. Nadie quiere investigar hasta el fondo para esclarecer lo que sucedió. O investigamos las víctimas, o presionamos las víctimas, o estos casos no salen a la luz.
"Cuando fui abusado en la Abadía de Montserrat, desde el primer momento tenía claro que eso era intolerable".
¿Están las víctimas españolas preparadas para lanzarse a esa denuncia organizada? Porque hasta hace muy poco ni siquiera había una asociación, que ahora estáis creando, Infancia Robada, contigo y con Juan Cuatrecasas.
Yo creo que la ventana de oportunidad existe. Luego, estas ventanas se tienen que aprovechar. Y por poner un ejemplo, hace tres años, cuando lanzamos la campaña contra la prescripción todo el mundo nos decía que era imposible, que jurídicamente eso no se iba a conseguir. Y a día de hoy, todos los partidos parlamentarios, o casi todos, se han comprometido públicamente, y algunos de ellos lo han incluido en su programa electoral, cambiar la ley de prescripción. Es una reforma muy modesta que quiere darnos a las víctimas doce años más para denunciar, y que es insuficiente.
Pero es un primer paso.
Es un primer paso, y eso se ha conseguido mediante el activismo y la denuncia colectiva y organizada. Yo creo que, para lo verdes que estamos y lo incipiente que está el movimiento, no está nada mal haber forzado a los políticos a comprometerse a cambiar una ley que en otros países se han necesitado muchos más años y muchas más denuncias de las víctimas.
Tú que has viajado por todo el mundo y has comprobado cómo funcionan los sistemas y la reacción de la jerarquía en distintos sitios, ¿cómo ves que está la Iglesia española respecto a la británica, la estadounidense, la australiana?
Yo creo que la Iglesia española está muy, muy, mal acostumbrada. Es decir, ellos intentan hacer las cosas como se han hecho siempre y no han aprendido el dicho de que “cuando las barbas de vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Entonces, deberían aprender de lo que ha pasado en otras Iglesias, que se han metido un golpe monumental. Por ejemplo, la Iglesia irlandesa: ellos han elegido la peor opción posible, que es retrasar lo inevitable, por lo tanto, van a sufrir una muerte lenta y esto va a ser la tortura de la 'gota malaya' porque, en vez de decir: “hacemos una investigación en condiciones, sacamos todos los casos a la luz de los últimos cincuenta años, y marcamos una línea roja que suponga un antes y un después”, lo que han intentado es ocultar el mayor número de casos durante el mayor tiempo posible.
¿Os creéis eso que dijo Blázquez y la jerarquía de toda la Conferencia Episcopal de, primero, que no hay archivos y, segundo, que no se puede obligar al resto de los obispos a que entreguen sus archivos de los últimos cincuenta años?
Yo creo que en el señor Blázquez caben dos opciones: o es un ignorante o es un cínico. ¿Cómo no va a ser posible, si otras Iglesias lo han hecho? Se ha hecho en Norteamérica, en Bélgica, en Holanda, en Alemania. ¡Se ha hecho en Polonia!
"Para ser nuestros primeros pasos, no está nada mal haber forzado a los políticos a comprometerse a cambiar una ley"
O sea, que si el señor Blázquez no sabe cómo hacerlo, que llame a sus homólogos de otras conferencias episcopales y que se lo expliquen. Posible es. Lo que han hecho otras Iglesias, más inteligentes, es encargar a una comisión externa que revise los archivos y que haga el informe.
También decía el portavoz de la Conferencia Episcopal que él había hecho el intento en su diócesis, en Valladolid, y que no encontraba nada, no porque no hubiera, sino porque probablemente la dinámica de silencio que se instaló hacía que ni siquiera se consignaran las posibles denuncias que llegaran, los posibles avisos. Si eso es así, se puede dar el caso de que cientos, miles, cuántos casos de abusos en la Iglesia española, en colegios... Además, en el caso español con la derivada de que durante cuarenta años la norma la marcaba la institución, que estaba aliada con un régimen dictatorial. ¿Cuántos casos pueden estar sin que jamás se sepan?
Si esto ha pasado, el Vaticano tiene que mandar una delegación para investigarlo. Porque, según el código de Derecho Canónico, cuando hay una denuncia de abuso sexual cometida por un religioso, se tiene que abrir una investigación canónica que se tiene que documentar, se tiene que guardar en los archivos secretos y se tiene que mandar copia al Vaticano. Por lo tanto, si la Iglesia católica, de forma sistemática y generalizada, se ha pasado por el arco de triunfo el código de Derecho Canónico, el Vaticano algo tendrá que decir.
Pero, imagina que abren todos los archivos de los años cincuenta o sesenta, y no encuentran en ninguna de las diócesis nada porque por la dinámica de silencio no consta nada en ningún papel. ¿Qué puede hacer el Vaticano? ¿La ausencia de datos, qué implica?
¿Pero, que no hay, o que se han destruido archivos?
Pongámonos en lo peor, en que no hay pero no porque no los hubiera habido, sino porque ni siquiera se han llegado a consignar.
Pues, a lo mejor la Conferencia Episcopal tiene que dimitir en pleno. Es el aviso. Si la jerarquía católica española se ha pasado por el arco de triunfo no solamente la Constitución Española...
Pero me refiero a hechos ocurrido antes de ellos. Si, en los años cuarenta, cincuenta o sesenta, hubo casos que no se consignaron.
¿Y en los ochenta, noventa, dos mil? O sea, que a día de hoy, ¿no guardan documentación? Eso es difícil de creer. Y luego, imaginemos por un momento que España es una anomalía. Que en todos los países del mundo hay archivos y hay documentos, y en España los han destruido. Pues busca, genera una comisión, dale un presupuesto y haz una campaña de sensibilización y de concienciación pidiéndole a todas las víctimas que se pongan en contacto contigo. En Montserrat lo hicimos. Entonces, ¿por qué no haces una búsqueda activa de víctimas?
"Si no saben nada de lo que ha pasado, ¿por qué tienen tanto miedo?"
¿Por qué dicen eso, entonces?
Porque saben los esqueletos que tienen en el armario. O los pederastas que tienen en el armario. Hemos hablado antes de que Irlanda es un ejemplo bastante válido de lo que puede haber en España. La Iglesia irlandesa ha sido arrasada.
Totalmente. Demostrar los casos que hubo, al menos durante un siglo, ha sido brutal. Y muchos pensamos que eso pudo haber sucedido en la Iglesia española.
Yo creo que la pregunta es a qué tienen miedo. Si no saben nada de lo que ha pasado, ¿por qué tienen tanto miedo? ¿Qué se imaginan que puede existir? ¿Qué se imaginan que puede pasar? Si investigan, ¿qué creen que van a encontrar?
Y si lo encuentran ¿por qué no lo sacan a la luz? Porque, los que están ahora probablemente no son los responsables de lo que sucedía en los años sesenta, o de lo que sucedía en los años setenta.
Pero eso es suponer que el encubrimiento sucedía en los setenta.
Estuviste en la cumbre antipederastia que hubo en el Vaticano. En Roma se han empezado a tomar medidas. Sí es verdad que Francisco está actuando de una manera distinta a como lo hacían Benedicto o Juan Pablo II... Pero, bajo tu punto de vista ¿qué le falta a la Iglesia? ¿No son suficientes estas medidas? Tú cómo lo ves. Entiendo que eres más crítico que nosotros, por ejemplo, con la postura de Francisco. ¿Qué deben hacer que no estén haciendo Francisco y la Iglesia de Roma?
Yo creo que tienen que entender un concepto básico, y es que los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes son un delito, no son un pecado. Y como es un delito tienen que ser los sistemas de justicia quienes los investiguen. Porque la Iglesia, aunque quiera, no está preparada para investigar este tipo de casos. Le faltan herramientas, por ejemplo, las investigaciones canónicas no pueden hacer pruebas de ADN. No pueden hacer registro en domicilio. No pueden hacer análisis forense de dispositivos electrónicos.
"Hay que abolir el secreto pontificio"
Aunque quisieran, no pueden investigar este tipo de delitos de forma adecuada. E incluso aunque lleguen a la conclusión correcta, las sanciones que pueden imponer no son proporcionales a la gravedad de los delitos. Lo máximo que pueden hacer es expulsar al pederasta a la comunidad para que siga delinquiendo en comunidad. La única que tiene las herramientas para investigar y castigar estos delitos de forma adecuada es la Justicia.
Por lo tanto, cooperación plena y absoluta con las administraciones de Justicia en todo el mundo. Eliminar, abolir el secreto pontificio y no hacer una pequeña excepción de si la ley del país obliga a denunciar, pues “vamos a tolerar que los obispos denuncien porque no queremos obispos en la cárcel...”. No. Se elimina completamente y, entonces, todas las denuncias de pederasta clerical, de la jerarquía católica de los diferentes países, se notifican a la policía. Y se entregan los archivos secretos con toda la información.
Y que estén a su disposición para lo que sea.
Cooperación plena con la Administración de Justicia.
¿Está preparada la Iglesia para hacer eso?
Si quieren ir desangrándose a cámara lenta, retransmitido de forma global en todo el mundo, pues que sigan haciendo lo que han hecho hasta ahora. Porque esta crisis, si hubieran sido inteligentes, se pudiera haber acotado en cinco-diez años, si hubieran dicho: “transparencia plena en todos los países. No vamos a sacar todos los casos a la luz: Línea roja: hay un antes y un después”. Hubiera sido mucho más acotable... Los primeros escándalos salieron en 1985; llevan 30 años desangrándose. Y ¿qué van a hacer? ¿Seguir desangrándose otros 30?
¿Has podido hablar con algún obispo, imagino que con el Papa no pero, con algún jerarca de la Iglesia sobre esto?
Una delegación de víctimas nos reunimos con los organizadores del comité, con Scicluna. Y, no sé como decir esto: creo que se deben pensar que somos tontos. Porque tuvimos la reunión con el comité organizador. Te reciben, te escuchan atentamente, les dijimos todo lo que les teníamos que decir. Una de las cosas que les comentamos fue: “es que ya lo sabéis todo”. “Es que no os estamos diciendo nada nuevo”. “Es que lo que tenéis que hacer lo sabéis desde hace décadas”. Y, al final, -todos nos habíamos puesto de acuerdo en la última pregunta que íbamos a hacer- preguntamos: “¿y ahora, qué?”. “Nosotros os hemos dicho lo queremos que hagáis. Y ahora, vosotros, ¿qué vais a hacer?”.
"También me gustaría que hubiera una comisión de la verdad en España, como la habido en Australia, en Irlanda o en Pensilvania"
Eran interlocutores válidos.
“Lo tenemos que pensar. La conferencia aún no ha comenzado...”. El único que dijo algo medianamente inteligente fue Scicluna, que se mostró de acuerdo con revisar lo del secreto pontificio.
Eso es verdad. Es una de las cosas que esperamos incluya el vademécum que tiene que salir en breve. Es lo mínimo que se les puede exigir si de verdad quieren colaborar con la Justicia. ¿Cómo ves el futuro? ¿Cómo os veis a vosotros en el futuro? ¿Cuántas víctimas crees que van a salir en España y van a encontrar voz a través de vosotros?
Yo lo creo es que en activismo, en general, hay que ser muy realista y muy pragmático. Primero, tienes que valorar cuál es la correlación de fuerzas y, en función de esta, marcarte objetivos.
Creo que lo que es muy importante, y es algo que quizá en España nos cuesta mucho, es saber que las grandes luchas no son los 100 metros lisos, sino que son maratones. Son carreras de fondo. No puedes comenzar con mucha fuerza y cansarte. Tienes que saber que esto va a ser mantenido y sostenido.
Pienso que es muy importante que en cada paso consigamos objetivos que merezcan la pena. Es decir, si de aquí a dos años tengo un accidente y paso a mejor vida, si al menos hemos conseguido cambiar la ley de prescripción, ha merecido la pena. Hay que marcase objetivos intermedios que supongan mejoras significativas y claras en los derechos de todas las víctimas; no solo dentro de la Iglesia, sino también de fuera de ella. Porque entonces, si pasa cualquier cosa y la organización desaparece, ya ha cambiado las cosas para mejor.
También me gustaría que hubiera una comisión de la verdad en España, como la habido en Australia, en Irlanda o en Pensilvania. Y eso es carrera de fondo. Pero si no conseguimos comisión de la verdad pero conseguimos cambiarles las prescripciones por la vía penal y por la vía civil, ya es mucho.
¿Cómo afecta, no solo los abusos, sino todo lo que ha pasado después? Entiendo que tú eras persona de fe cuando te ocurrió lo que te ocurrió.
Yo perdí la fe, pero lo que es la formación cristiana, que a fin de cuentas es una formación humanista, yo la conservo. Mi sistema de creencias es humanismo cristiano. Creo que como ateo defiendo de forma más efectiva los evangelios y los principios evangélicos que muchos obispos, abades y cardenales. En ese sentido, perdí la fe católica pero, lo que siempre digo es que encontré una nueva religión, que es la defensa de los derechos humanos. Es una defensa coherente con los valores evangélicos y no es algo específico de una creencia religiosa, sino que es transversal porque en los derechos humanos creemos los ateos, creen los católicos, los judíos, los ortodoxos; es algo que nos une a todos.
Para acabar ¿has tenido algún contacto con la Abadía después de la publicación de su informe y de vuestra reacción?
De momento, no. Con la abadía tenemos una interlocución de que cuando hago una protesta a Montserrat, les escribo antes para coordinarnos, y el responsable de seguridad y de prensa me tratan razonablemente bien. Pero creo que a mí ya me dan como un caso perdido: no me pueden controlar, no me pueden manejar, ya no entro en su dinámica de marketing y relaciones públicas. Yo veo que ellos están mucho más centrados en intentar transmitir a la opinión pública que quieren reformarse.
"Creo que como ateo defiendo de forma más efectiva los evangelios y los principios evangélicos que muchos obispos, abades y cardenales"
¿Dimitirá el abad?
Todo depende de hasta qué punto quiera cargarse la reputación de Montserrat. Si considera que no ha hecho el suficiente daño y aún quiere aumentarlo, pues que siga muchos años más. Pero, habiendo la oportunidad de marcar un antes y un después, de marcar una línea roja, de poner a una persona nueva que no haya estado implicada en el tema de los abusos ni del encubrimiento, si no dimite es un oportunidad perdida para el abad y para la comunidad benedictina, la Iglesia española y la comunidad creyente.