Las Vísperas se celebraron en la Iglesia de San Martín Pinario Barrio: "Demos testimonio de que el cristianismo es el modo más fascinante de vivir la propia humanidad"
El arzobispo manifestó que el testimonio cristiano debe darse “a pesar de nuestras limitaciones y debilidades”, pues es el propio Cristo quien “fortalece nuestras débiles fuerzas para que podamos ofrecer el testimonio"
Las Vísperas se celebraron en la Iglesia de San Martín Pinario, una ceremonia en la que participó la Capilla Musical de la Catedral de Santiago, y a la que asistieron numerosos fieles
| Archisantiago
El arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, abogó hoy en su homilía de las Vísperas Solemnes de la fiesta de Santiago por fortalecer el testimonio de fe de los cristianos en toda circunstancia y situación. “Hay que volver”, dijo, “al hecho cristiano fundamental, identificándonos con la persona y la historia de Jesús, y dando testimonio de que el cristianismo es el modo más fascinante de vivir la propia humanidad”.
Monseñor Barrio aseguró además que “Cristo que nos ha comunicado la vida divina, nos compromete no sólo como destinatarios de la Revelación divina, sino también como anunciadores del Evangelio. La primera comunidad cristiana veía cómo el evangelio iba difundiéndose mediante la predicación y el testimonio. El celo de los cristianos por testimoniar a Cristo, que en muchos casos llega al martirio es lo que hace humanamente posible la fe de otros”.
Las Vísperas se celebraron en la Iglesia de San Martín Pinario, una ceremonia en la que participó la Capilla Musical de la Catedral de Santiago, y a la que asistieron numerosos fieles. Con las Vísperas se cerraba la Novena que desde el día 15 de julio se había desarrollado en la Iglesia de San Francisco.
El arzobispo manifestó en su homilía que el testimonio cristiano debe darse “a pesar de nuestras limitaciones y debilidades”, pues es el propio Cristo quien “fortalece nuestras débiles fuerzas para que podamos ofrecer el testimonio. Entender esto nos ayuda a poner de manifiesto que el testimonio cristiano nunca suple el papel insustituible de Cristo a quien hemos de remitir siempre a todo el que cree. El espíritu misionero es un signo claro de la madurez de una comunidad eclesial que no se puede limitar a una pastoral de mantenimiento”.