"Se ha demostrado que Iglesia española no estaba tan dormida como pensaban algunos" Juan del Río: "En los políticos sobran ideologías y falta coraje por buscar el bien común"
"Muchos periodistas, por realizar su labor 'a pie de calle', se han jugado la salud con tal de contarnos los testimonios de entrega y solidaridad que se han dado y se siguen dando en nuestra sociedad española"
"Atisbo una gran reestructuración del mundo de la comunicación, que no sólo dependerá de factores económicos, sino también políticos y culturales"
Antes de esta pandemia, hablar del mundo digital en la Iglesia era como “cosa de iniciados”. De pronto, la fuerza de las circunstancias nos ha obligado a pasar de una liturgia y asamblea presencial a una “Iglesias digital”
Antes de esta pandemia, hablar del mundo digital en la Iglesia era como “cosa de iniciados”. De pronto, la fuerza de las circunstancias nos ha obligado a pasar de una liturgia y asamblea presencial a una “Iglesias digital”
Monseñor Juan del Río Martín, arzobispo castrense de España, concede esta entrevista a Religión Digital con motivo de la Jornada mundial de las comunicaciones. Reflexiona sobre el papel de la Iglesia en España, en estos momentos de distancia física en el que las otras conexiones posibles se hacen urgentes para llevar consuelo y "tejer historias" por el bien común.
“Para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2). La vida se hace historia”. ¿Qué le sugiere el lema que el Papa Francisco ha elegido para la Jornada mundial de las comunicaciones de este año?
Que es profético y original. El Mensaje de la 54 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del Papa Francisco se celebra el próximo domingo, solemnidad de la Asunción. Resulta muy sugestivo en los tiempos calamitosos que estamos pasando. Tiene dos características fundamentales: su originalidad temática que presenta a los comunicadores como “tejedores de historias que construyan, no que destruyan”. El otro distintivo es su sentido profético, ya que se publicó el pasado día 24 de enero, fiesta de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas, antes que media humanidad entrara en confinamiento.
¿Los periodistas españoles han sido "garantes de esperanza ante el Covid", como los obispos piden en su mensaje para la Jornada?
En general creo que sí. Muchos de ellos, por realizar su labor “a pie de calle”, se han jugado la salud con tal de contarnos los testimonios de entrega y solidaridad que se han dado y se siguen dando en nuestra sociedad española. Luego están los que sirven a la gran corriente de lo “bien pensante” que siguen el camino fácil de decir lo políticamente correcto. Ese tipo de comunicación es de pura fachada, porque hay una brecha entre lo que dicen, con aquello que verdaderamente está sucediendo y sufriendo la gente. Es iluso pensar que el pueblo se lo traga todo, el público tiene su sabiduría propia.
¿Los medios de la Iglesia han ofrecido y están ofreciendo esperanza e invitación al diálogo frente a la polarización política y social?
Hay un deseo en la sociedad de buscar la concordia, limar asperezas, “arrimar el hombro” ante el declive de la economía que se nos viene encima. Por eso mismo, produce crispación en la población las medidas y actuaciones de políticos y gobernantes que buscan más los intereses partidistas que el bien de todos los españoles. Esta forma de proceder de los actores de la vida pública, provoca extremismos que nos llevan a la ruina. En estos momentos en España, sobran ideologías y falta coraje por buscar el bien común.
La crisis publicitaria está afectando en profundidad a los medios de comunicación. ¿Cree que serán capaces de superar la actual situación y salir fortalecidos de la crisis?
Ya los Obispos de la Comisión Episcopal de la Comunicación Social de la CEE en nuestro mensaje de Pascua a los periodistas aludíamos a esta crisis y mostrábamos nuestra preocupación por las repercusiones que eso tendría en un futuro inmediato de la pérdida de puestos de trabajos. Desgraciadamente muchos compañeros periodistas lo están padeciendo y las condiciones de trabajo dejan mucho que desear. ¿Cómo vamos a salir de estos aprietos? Desde luego no soy adivino, pero atisbo una gran reestructuración del mundo de la comunicación, que no sólo dependerá de factores económicos, sino también políticos y culturales. Después del Covid-19 no todo será igual, pero se abrirán nuevas formas de hacer periodismo.
En este tiempo difícil de #pandemia, estamos llamados a descubrir a Cristo en los más #necesitados, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a #escucharlos, a interpretarlos, a acogerlos y a recoger la misteriosa sabiduría q Dios quiere comunicarnos. pic.twitter.com/PBumNZNsAj
— Juan del Río (@arzobispodelrio) May 18, 2020
¿Con el confinamiento, la Iglesia ha redescubierto, más que nunca, lo mucho que necesita Internet?
Antes de esta pandemia, hablar del mundo digital en la Iglesia era como “cosa de iniciados”. De pronto, la fuerza de las circunstancias nos ha obligado a pasar de una liturgia y asamblea presencial a una “Iglesias digital”. Lo que se ha demostrado es que Iglesia española no estaba tan dormida como pensaban algunos. Ahí está la gran creatividad de fieles y pastores en las redes para seguir comunicando y viviendo la “alegría del Evangelio”, que se ha hecho efectiva en la oración por los enfermos y por los fallecidos, en el acompañamiento a los mayores, en el consuelo a los afligidos, en socorrer a los más pobres y necesitados. Todo ha sido un derroche de caridad por estar al lado del pueblo y cercano a todos los españoles. Los templos estarían vacíos, pero la Iglesia estaba viva.
Una palabra de consuelo a tanta gente que ha sufrido y está sufriendo tanto por culpa del coronavirus.
Simplemente diré como san Pedro le dijo al lisiado de nacimiento que todos los días se ponía a pedir limosna en la puerta del templo de Jerusalén: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y anda”. El Señor sacará bienes de nuestros males presentes. Todo tiene solución, todo pasa, nada permanece, no estamos llamados a la desesperanza, sino a la esperanza “en una tierra y cielos nuevos… donde no haya lágrimas, ni dolor…”. Porque “el amor es más fuerte que la muerte”.
Ante tanta información sobre el #COVID19 y manipulación diaria de datos, mucha gente se siente agobiada y desconcertada. Anhelamos la verdad, necesitamos una palabra de consuelo y esperanza. En esta dolorosa y confusa situación el Señor nos dice: “No tengáis miedo”#FelizSábadopic.twitter.com/LNKjYCSp9j
— Juan del Río (@arzobispodelrio) May 16, 2020