La Conferencia Episcopal no participará directamente de la comisión del Defensor del Pueblo Los obispos reconocen 506 casos de abusos que serán "reconocidos y reparados"

“Hemos dado un nuevo paso, un giro en nuestro trabajo”. El tono, al menos eso, sí que ha cambiado en el interior de la Conferencia Episcopal en lo referente a la lucha contra los abusos a menores. Hoy, por sorpresa, el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ofrecía nuevos datos, procedentes de 202 oficinas que la Iglesia española tiene repartidas por diócesis y congregaciones.

Y un dato, que reconocen: al menos 506 víctimas de abusos, “a las que queremos ofrecer en el futuro reconocimiento y reparación”. En 2020, se hablaron de 220 casos remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En 2021, el órgano vaticano ha recibido 14 nuevos casos.

De los casos anunciados, recabados en las 60 oficinas diocesanas y las 142 que tienen las congregaciones en España, 300 se refieren a casos que estarían prescritos civil y canónicamente, pues son de hace al menos 30 años, mientras que el resto sí serían objeto de persecución judicial o eclesiástica. 103 de las denuncias se refieren a personas fallecidas. “Hay denuncias a clérigos, sacerdotes, religiosos, hermanos y a laicos con encomienda o trabajo en la Iglesia”, apuntó, señalando la necesidad de “hacer un mapa” de la pederastia en España.

No habrá obispos en la comisión

Eso sí: no habrá una participación “directa” de obispos con la comisión aprobada en el Parlamento por el Defensor del Pueblo, aunque sí colaboración. “Tenemos que conocer la propuesta real que se nos haga. ¿Formar parte de la comisión? A priori, nuestra inclinación sería negativa”, aunque sí apuntó que “el equipo de Cremades presentará su trabajo”.

“Creemos que es importante que se respete el ordenamiento jurídico. Pero si se nos pide otra colaboración explícita, valoraremos”, recalcó Argüello, quien admitió que “no se ha planteado” un encuentro con las víctimas en la próxima Plenaria. “Las víctimas de los abusos no son sólo las que están asociadas”, apuntó, señalando que “me consta que el equipo Cremades tiene el deseo de encontrarse con todas las asociaciones y con todas las personas que quieran hacerlo”.

"Nos parece que esta propuesta (Defensor del Pueblo) es más respetuosa con las víctimas", apuntó Argüello, quien añadió que "daba la impresión" de que estas iniciativas podrían ser politizadas. "La Iglesia no es una administración pública", matizó el portavoz, quien se mostró cauto ante lo que puede hacer, y no, el Defensor del Pueblo.

Sobre las inmatriculaciones, el obispo auxiliar de Valladolid sí que quiso indicar que "nos molestó" el modo en que el Gobierno gestó mediáticamente el acuerdo tras la reunión entre Sánchez y Omella. "Ofrecemos colaboración, pero desde ambas partes". 

'Manos libres' a Cremades

Sobre una posible apertura de los archivos, el portavoz de la CEE indicó que “la Iglesia colaborará facilitando la información disponible, con el respeto al a protección de datos, la privacidad de las víctimas, pero desde un espíritu de colaboración. Somos los mas interesados en el conocimiento de la verdad”.

Sobre su relación con el bufete “es de colaboración total y de respeto a su independencia y ritmo de trabajo”. “Nos han pedido información y se la estamos comunicando. Han de ser ellos los que comuniquen lo que están realizando”.

“De nuevo queremos señalar que todas las iniciativas que permitan desenmascarar y ayudar a acabar con la lacra de los abusos en la Iglesia y en la sociedad contarán siempre con nuestro apoyo”, recalcó el obispo auxiliar de Valladolid. Dicha colaboración “quiere estar fuera de toda duda, en el marco de la legalidad vigente”.

“La Iglesia se sigue comprometiendo a desarrollar procesos de formación para evitar los abusos y apartar a aquellas personas que demuestren que son indignas. Queremos que resplandezca la verdad, para que no haya lobos que se disfracen de corderos y sean pastores, pero también para que decenas de miles de personas que entregan sus vidas en la actividad educativa, catequética y misionera no se vean sometidos a una permanentes sospecha, y no se pueda decir, porque es injusto, que la Iglesia es un lugar inseguro para niños, adolescentes y jóvenes”, finalizó.