Fiesta de la Concepción de María de Nazaret
El hambre en el mundo no es un problema económico porque hay recursos y medios tecnológicos para erradicarla , es un crimen político, porque es falta de verdadera voluntad política
| Faustino Vilabrille
Esta fiesta viene a decirnos, según la enseñanza de la Iglesia Oficial, que María fue concebida sin Pecado Original.
Pero, ¿Qué es el pecado original? ¿Existe el pecado original? ¿Es posible que un niño o una niña, por el hecho de nacer, nazcan y hayamos nacido todos, marcados por un pecado, ya antes de salir del vientre de nuestra madre?
En el pasaje del Evangelio de hoy que narra la entrevista del ángel Gabriel con María, no le habla para nada de pecado. Sencillamente le dice que se alegre porque Dios está con ella, que halló gracia ante Dios y que va a concebir en su seno un hijo que se llamará Hijo del Altísimo. María no lo entiende muy bien y el ángel la tranquiliza diciéndole que para Dios nada hay imposible y que lo que va a nacer de ella será santo y será llamado Hijo de Dios.
La respuesta de María al ángel es muy clara: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”.
Bien, lo del relato del pecado de Adán y Eva no es hecho histórico, es un mito: no existió tal paraíso terrenal, ni allí se cometió pecado alguno, ni grande ni pequeño, ni tan monstruoso que abarcó a la humanidad entera. Por tanto, ninguno hemos nacido con ninguna clase de pecado ni de mancha. Eso sería tan absurdo que nos llevaría a pensar en un Dios tan fracasado que se le quemó la hornada en el horno de la creación. Esa narración fue un intento de explicar el mal que hay en el mundo, que sí nos preocupa e intriga a todos, pero nos cuesta aceptar que perfecto solo es Dios, y que todo lo demás tiene sus imperfecciones y sus fallos, que nos cuesta aceptar nuestra propia libertad y que tenemos delante de nosotros el fuego y el agua, y que somos libres para tender la mano a cualquiera de los dos, para hacer el bien o hacer el mal: hay quienes con su libertad hacen maravillas en el mundo, y otros con esa misma libertad cometen o cometemos atrocidades, todo porque no somos seguidores de Jesús y su mensaje para hacer en este mundo lo que El hizo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por toda clase de males. Hoy tenemos toda clase de medios y podemos hacer un mundo maravilloso, ¿Por qué no lo hacemos?
Por ejemplo, hoy el hambre en el mundo, (que está aumentando sobre todo en África, y matando a miles de personas cada día: solo en Uganda mueren de hambre 300 niños al día), no es un problema económico porque hay recursos y medios tecnológicos de sobra para acabar con ella: es un problema político, de falta de voluntad política. Es por tanto un crimen político.
Jesús tampoco inventó el bautismo para borrar el pecado original. Nada dice de esto Jesús. Esto les dice a los discípulos: “Id y haced discípulos de todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado”. Aquí está la clave de todo: cumplir todo lo que nos enseñó Jesús para ser sus discípulos o seguidores: amarnos unos a otros (“esto os mando, que os améis unos a otros”), ser justos (“dichosos los que tienen hambre sed de justicia”), tratarnos como hermanos (“a nadie llaméis señor sobre la tierra, todos vosotros sois hermanos”). Por tanto, bautizarse es decidirse por Jesucristo, para hacer en este mudo lo que El hizo, para el bien de todos los Hombres y Mujeres y Toda la Creación.
Lo tenemos muy claro en la respuesta de María: “he aquí la esclava del Señor”, o sea, estar al servicio total de Dios, que en el mensaje y lenguaje de Jesús es estar totalmente unos al servicio de los otros: “lo que hacéis a los demás, a Mi me lo hacéis”.
Hermanas mujeres: luchad por vuestra dignidad en el mundo y en la Iglesia. Que al menos esta os tenga en cuenta para todo exactamente como tiene en cuenta a los hombres. Dios escogió a una mujer para ser madre de su Hijo como hombre. Por tanto, tenéis la máxima dignidad y reconocimiento de Dios para exigirle la Iglesia todos vuestros derechos como mujeres. Las mujeres y las niñas sois los seres humanos peor tratados en este mundo por la sociedad y por las religiones. Esto tiene que cambiar. Por supuesto olvidémonos del Pecado Original, entrémonos en el Mensaje de Jesús, y luchemos por erradicar los grandes pecados, que son los grandes males de este mundo, como las horribles guerras, las espantosas injusticias y desigualdades, la ambición desmedida y absurda de poder, de dominio y de dinero que hay en muchas personas, la violencia de género que está matando a tantas mujeres por todo el mundo… Que se cumpla lo que María le dice Dios en presencia de su prima Isabel: “Mi alma engrandece a Dios… porque derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes, a los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada”. Gracias a cuantos y cuantas estáis comprometidos con los oprimidos de este mundo: sois seguidores de Jesús y de María.
Feliz fiesta para tod@s.-Faustino