Jesús indignado (Juan José Tamayo)

Jesús indignado (Juan José Tamayo)
Jesús indignado (Juan José Tamayo)

Job y Jesús, dos paradigmas de indignación

  __ Juan José, usted también ha hecho incursiones más que llamativas en el panorama del pensamiento político-social. Tiene publicaciones, ponencias y comunicaciones que podríamos considerar “de alto voltaje” para el establishment. Sus críticas al orden establecido y a los poderes fácticos junto a su defensa de una teología liberadora y profética hacen de usted uno de los autores más comprometidos de la actualidad a nivel teológico-político. Sabemos que “no tiene pelos en la lengua”, por ello quisiera hacerle una pregunta un tanto comprometida: ¿Jesucristo era de izquierdas?

JJT► Jesús, si me lo permites, antes de responderte directamente con un sí o con un no, me gustaría presentar a los lectores lo que para mí es el verdadero rostro de Jesús de Nazaret, muchas veces maquillado y otras distorsionado por diferentes motivos que aclararé dentro de un momento. A su vez, me gustaría presentar a Jesús y a Job como dos personajes, dos paradigmas de indignación bíblico-teológicas. Ello nos ayudará a entender el calado de la pregunta y la trascendencia de mi respuesta, de por qué Jesús es crítico con  la religión, la política y la sociedad establecida en su época. ¿Te parece?  

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__ Perfecto, Juan José. Cuando quiera. Estamos deseando de escucharle. Pero eso que usted comenta implica un cambio importante en relación con la presentación que tradicionalmente se hace de Jesús como persona sumisa, ¿no es cierto?  

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JJT► Efectivamente. Durante las últimas décadas se han producido importantes transformaciones en torno a Jesús de Nazaret y a las imágenes e interpretaciones que se han hecho de él. Tales transformaciones se deben, en primer lugar, a los avances en los estudios exegéticos del Nuevo Testamento, que han descubierto dimensiones perdidas, escondidas, olvidadas, o simplemente preteridas por las iglesias cristianas, más preocupadas por defender su divinidad y legitimar las estructuras jerarquico/patriarcales que por un verdadero conocimiento del Jesús histórico y por el seguimiento de su práctica liberadora.

En el cambio han influido los descubrimientos arqueológicos y los estudios de antropología cultural, historia social y económica y sociología del Nuevo Testamento, que han permitido un mejor conocimiento del Jesús histórico, del judaísmo de su tiempo y de sus plurales tendencias, así como de la cultura y la sociedad mediterráneas[1], en cuyo contexto se lleva a cabo la primera expansión del cristianismo bajo el liderazgo ideológico y organizativo indiscutible de Pablo de Tarso.          

Durante los últimos han surgido numerosas organizaciones sociales que han mostrado su indignación frente a la ideología neoliberal, la democracia representativa y la dictadura de los mercados y han dado lugar a los Indignados, movimiento presente y activo en todo  mundo, y que luchan por “otro mundo posible”, liderado mayoritariamente por jóvenes[2]  A él se han incorporado no pocos cristianos y cristianas tanto a nivel personal como colectivo bajo la guía de la ética evangélica inspirada en la ética liberadora , no para confesionalizarlo, sino para cambiar el rumbo de la política y la economía, sometidas hoy al asedio del mercado.     

Ambos factores, el de las investigaciones sobre el Nuevo Testamento y la presencia de los cristianos en los movimientos sociales comprometidos en la lucha por un mundo sin exclusiones han llevado a leer de forma nueva los textos fundantes del cristianismo, a cambiar de manera radical la forma de entender la actitud de Jesús ante el conflicto en sus diferentes niveles: religioso, político, social, teológico, de género, y a descubrir su indignación con los poderes y poderosos de su tiempo.

contra los fariseos

El cambio a este respecto tiene mucho que ver con el que ha producido en torno a la figura veterotestamentaria de Job, muy presente en el imaginario colectivo de mi generación. La imagen que teníamos de Job resultaba de la lectura del prólogo y del epílogo del libro que lleva su nombre, que lo presentaban como una persona resignada ante los diferentes reveses de fortuna que le hundieron en la miseria. Esa imagen se resumía en la reacción sumisa del propio Job cuando perdió todos sus bienes: "¡Yahvé me lo ha dado, Yahvé me lo ha quitado. Bendito sea el nombre de Yahvé" (Job 1, 21), y en el comentario del autor del libro: "A pesar de todo, Job no pecó ni imputó nada indigno a Dios" (Job 1, 22).

Era una imagen que estaba muy fijada en el imaginario social cristiano de mi infancia y juventud. Lo refleja muy bien esta escena que todavía recuerdo con plena nitidez. Estaba mi madre las tardes de verano con las vecinas cosiendo a la puerta de mi casa. Llegaba yo a recoger la merienda para llevar a la era donde estábamos haciendo las faenas agrícolas. Al verme, la vecinas comentaban a mi madre: “¡Qué pacífico es tu hijo Juan José!”. Y mi madre respondía: “Sí, sí, pacífico, pero de armas tomar. Con él hay que tener más paciencia que el Santo Job”. Seguro que en su juicio sobre mí llevaba razón, en el de Job ciertamente no. 

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__ ¿Por qué no llevaba razón?

JJT► Porque cuando se conoce el conjunto del libro se descubre otra imagen que muy poco o nada tiene que ver con la del prólogo y la del epílogo. Es la del Job impaciente que descubrí en mi juventud leyendo el excelente libro de J. Mª Cabodebilla, La impaciencia de Job, y que he vuelto a leer estos días, mientras preparaba esta entrevista

Leyendo el cuerpo del libro de la Biblia hebrea, nos encontramos con un Job rebelde, que osa litigar con Dios y poner en cuestión la doctrina tradicional de la retribución y, por ende, de la justicia divina; con un Job crítico, por igual, de Dios y de quienes pretenden salvar el honor de Dios; con un Job que se adelante en casi veinte siglos a los críticos modernos de la teodicea y pone en aprietos a Dios cuando le interroga por las razones de su comportamiento tan arbitrario. Bloch lo define muy certeramente como el "Prometeo hebreo", que pone en cuestión el orden del mundo como fundamento de las pruebas de la existencia de Dios y ridiculiza a sus amigos Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naama.

Los supuestos amigos van a consolarle y a convencerle de que tiene bien merecido el castigo por sus pecados anteriores, pero no expresan actitud alguna de com-pasión para con su desgracia, al tiempo que ni  el castigo se lo tiene se lo tiene pretenden demostrar la justicia y equidad de Dios, al tiempo que pretenden exculpar a Dios de toda responsabilidad en los males que padece el jeque idumeo  y defenderlo con argumentos desmentidos por los hechos. Hay un momento en que la indignación de Job sube de tono. Es cuando maldice el día que nació: “Muera el día en que nací, la noche en que anunció: ‘¡Ha sido concebido un varón!’. Que ese día se vuelva tinieblas, que Dios, desde lo alto, no lo eche en falta, que la luz no brille sobre él… ¿Por qué no morí antes de nacer o salí del vientre ya cadáver? ¿Por qué me recogerían dos rodillas, dos pechos para amamantarme?... Como aborto ignorando, no existiría, como niño que no llega a ver la luz” (Job, 3, 1ss).

De Jesús se predicó siempre, como de Job, la paciencia como virtud que llevaba a la aceptación de la voluntad de Dios, el acatamiento de las leyes judías y la sumisión al orden religioso y político vigente como talante de vida. Desde muy pronto se recurrió a la imagen veterotestamentaria del Siervo de Yahvé para explicar su comportamiento resignado, cual cordero llevado al matadero, cuando era conducido hacia el Gólgota.

anticristo. Nietzsche

Esa es, en buena medida, la imagen de Jesús que Nietzsche ofrece en El Anticristo: "Él no opone resistencia, ni con palabras ni en el corazón, a quien es malvado con él... No se encoleriza con nadie, ni menosprecia a nadie. No se deja ver en los tribunales, ni se deja citar ante ellos ("no jurar")... Lo que él legó a la humanidad es la práctica: su comportamiento ante los jueces, ante los sayones, ante los acusadores, ante toda especie de calumnia y burla- su comportamiento en la cruz. Él no opone resistencia, no defiende su derecho, no da ningún paso para apartar de sí lo más extremo, más aún, lo provoca. Y él ora, sufre, ama con quienes, enquienes le hacen el mal. No defenderse, no encolerizarse, no hacer-responsable a nadie... Por el contrario, no oponer resistencia a nadie, ni siquiera al malvado, -amarlo [1]. Según esta imagen, Jesús habría huido del conflicto como de la quema, y se habría instalado en una religión conformista, privada, espiritualista, sin que nada ni nadie le turbara.

FICHADO

Nada más lejos de la realidad. Jesús fue un Indignado, que, durante su actividad pública, estuvo en permanente conflicto con el orden establecido. Se comportó como un ciudadano en rebeldía –rebelde con causa- y como un creyente insumiso ante el sistema religioso y político. La indignación y el conflicto constituyen las opciones fundamentales de su vida, el principio ético que guía su práctica liberadora y la clave hermenéutica que explica su trágico final[1]. Lo veremos en la próximas entrevistas en seis escenarios de su vida y actividad pública.

            - Indignado con las autoridades religiosas, en defensa de la libertad de la persona y de la comunidad religiosa.

            - Indignado con el poder político, en defensa del pueblo.

            - Indignado con los poderes económicos, en defensa de la justicia.

            - Indignado con la religión oficial y con los teólogos oficiales del judaísmo, en defensa de la vida.

            - Indignado con la sociedad patriarcal, en defensa de la dignidad y la subjetividad de las mujeres.

            - Indignado con el Dios autoritario, en defensa de una relación interpersonal confiada y cercana.

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Juan José, a modo de resumen para recapitular tu exposición, déjanos por favor un titular que responda de forma sintética a cada una de las preguntas que surgen de la tesis presentada.

__ En tu exposición Job y Jesús aparecen como dos paradigmas de indignación, a la vez que señalas transformaciones en la comprensión del propio Jesús. ¿Cómo influyeron los estudios exegéticos del Nuevo Testamento en estas transformaciones?

JJT ► Básicamente he querido decir que los avances exegéticos revelaron dimensiones olvidadas por las iglesias, que se centraban más en la divinidad que en el Jesús histórico y su práctica liberadora.

              __ ¿Y cómo los descubrimientos arqueológicos y los estudios socioeconómicos influyeron en la percepción del Jesús histórico?

JJT ► Estos estudios proporcionaron un mejor conocimiento del contexto judío de la época, y una mejor comprensión de Jesús y de su indignación contra poderes opresores.

             __ Pero mencionas la presencia de cristianos en movimientos sociales. ¿Cómo influyeron en la lectura de los textos fundantes del cristianismo?

JJT ► La participación cristiana en movimientos sociales propició una nueva lectura de los textos fundantes, revelando la indignación de Jesús frente a los poderes de su tiempo.

__ Comparas la figura de Job con la tradicionalmente aceptada. ¿Qué aspectos descubriste sobre Job que contrastan con la imagen convencional?

JJT ► Job se revela como un crítico impaciente, cuestionando la doctrina de retribución y la justicia divina, desafiando las tradiciones y ridiculizando a sus supuestos amigos.

              __ Hay un asunto que me parece notable. Hablas de Jesús como "Indignado". ¿Cómo desafía esta perspectiva la imagen tradicional de Jesús?

JJT ► Contrario a la visión conformista, Jesús fue un ciudadano en rebeldía, en confrontación con las autoridades religiosas, políticas y económicas.

              __ ¿Cuáles son los seis escenarios en los que Jesús demostró su indignación?

JJT ► Jesús se indignó con las autoridades religiosas, con el poder político, con los poderes económicos, con la religión oficial, con la sociedad patriarcal y con la concepción autoritaria de Dios, y defendió la liberación de las personas oprimidas, la vida de quienes la tenían más amenazada, la dignidad de las mujeres y la relación directa y confiada con Dios.

__ Y por último, aunque esto no es un adiós sino un hasta pronto: ¿Cómo influyó esta indignación en la vida y el trágico final de Jesús?

JJT ► La indignación y el conflicto fueron fundamentales en la vida de Jesús, guiaron su práctica liberadora y explican su trágico destino. En próximas entrevistas, exploraremos estos aspectos en detalle en distintos escenarios de su vida pública.

__ Gracias Juan José, En las entrevistas siguientes profundizaremos en los distintos escenarios en los que se producen los conlfictos y la indigación de Jesús.  Siempre es un enorme placer poder conversar con usted. Hasta pronto.

INDIGNADOS.-

NOTAS: 

[1] Cf. B. J. Malina y R. L. Rohrbaugh, Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I. Comentario desde las ciencias sociales, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1996;  B. J. Malina, El mundo del Nuevo Testamento. Perspectivas desde la antropología cultural, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1995;  E. W. Stegemann y W. Stegemann, Historia social del cristianismo primitivo. Los inicios en el judaísmo y las comunidades cristianas en el mundo mediterráneo, Verbo Divino, Estella (Navarra) 2001; F. Vouga, Los primeros pasos del cristianismo. Escritos, protagonistas, debates, Verbo Divino, Estella (Navarra) 2001.

[2] Cf. J.-J. Tamayo, “Un fantasma recorre el mundo: los Indignados”, en Presencia Ecuménica, n. 73 (septiembre-diciembre 2011), pp.. 2-12.

[3] F. Nietzsche, El Anticristo. Maldición sobre el cristianismo, Alianza, Madrid 1974, parágrafos 33 y 35, pp. 63. 65.

[4]. Esto es lo que he intentado mostrar y demostrar en J.-J. Tamayo, Imágenes de Jesús. Condicionamientos sociales, culturales, religiosos y de género, Trotta, Madrid 1996; id., Por eso lo mataron. El horizonte ético de Jesús de Nazaret, Trotta, Madrid 2004, 2ª ed.; id., Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret, Trotta, Madrid 2006, 4ª ed. También se encontrarán elementos clarificadores para el tema en J.-J. Tamayo (dir.), Diez palabras clave Jesús de Nazaret, Verbo Divino, Estella (Navarra) 2008, 5ª ed. 

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