De matrimonios y solterías
Una organización de los EEUU, OMI, (Oklahoma Marriage Iniciative) organiza seminarios, por los que ya han pasado 315.000 personas, en los que habla del matrimonio. No intenta convencer a nadie para que se case pero demuestra, con cifras y ejemplos, que el matrimonio conlleva muchas ventajas. Pero tal es la fobia que algunos grupos han levantado contra la institución, que sólo la mención de una asociación con este fin les coloca en contra.
¿Qué busca la gente? ¿Quieren casarse? ¿Pretenden permanecer dentro del vínculo para siempre? Para conocer esas intenciones se han llevado a cabo una serie de encuestas, muy significativas, y que pienso se pueden aplicar, sin muchos errores, a lo que está pasando en España. Los estudiantes de bachillerato, en el año 2006, contestaron que aspiraban a casarse el 81% y dentro de este número el 91% manifestó, que les gustaría que fuera una relación para toda la vida. En el 2010 la encuesta se hizo a personas que se habían quedado solteras y el 61% manifestó que les hubiera gustado casarse y sólo el 12% dijo que no lo haría nunca.
Y sin embargo estas ilusiones, cuando se confrontan con la realidad, no dan resultados positivos. En 1960, el 72% de las personas estaban casadas y el 15% nunca había pasado por el registro, unas cifras muy distintas de las del 2011 que dan un 51% de personas casadas y un 28% que no lo habían hecho nunca, una bajada en las cifras espectacular. Es muy interesante comprobar que no todos los espectros de la población se comportan de la misma manera ya que el porcentaje de matrimonios es mayor, mientras que la cifra de nacimientos, fuera del vínculo matrimonial (el 42% de los nacimientos en USA son de madres solteras) y los divorcios son menores en las capas sociales más adineradas y mejor educadas.
En 2011, el 35% de los niños americanos vivían en hogares monoparentales y las cifras demuestran que tienen mayores problemas emocionales y académicos. Se forma un círculo vicioso porque el 71% de las familias con menos recursosno cuentan con una relación matrimonial estable de forma que la pobreza tiende a perpetuarse en sus descendientes.
Una serie de agencias, estatales y benéficas, no han conseguido ponerse de acuerdo sobre los motivos de la falta de interés en el matrimonio, ni en los caminos que se han de llevar a cabo para promoverlo ya que parece que el saldo final es beneficioso para los que lo llevan a cabo.
Me pregunto llevado al caso a España ¿Por qué no se casan nuestros jóvenes? ¿Es por dinero, por miedo al fracaso, por considerar que es una institución de carcas, por egoísmo, por los ejemplos que ven a su alrededor? ¿Es mejor vivir en pareja sin papeles? No sé lo que piensa nuestra juventud y me gustaría que alguien me diera razones para comprender algo que prolifera en nuestra sociedad:
¿Qué busca la gente? ¿Quieren casarse? ¿Pretenden permanecer dentro del vínculo para siempre? Para conocer esas intenciones se han llevado a cabo una serie de encuestas, muy significativas, y que pienso se pueden aplicar, sin muchos errores, a lo que está pasando en España. Los estudiantes de bachillerato, en el año 2006, contestaron que aspiraban a casarse el 81% y dentro de este número el 91% manifestó, que les gustaría que fuera una relación para toda la vida. En el 2010 la encuesta se hizo a personas que se habían quedado solteras y el 61% manifestó que les hubiera gustado casarse y sólo el 12% dijo que no lo haría nunca.
Y sin embargo estas ilusiones, cuando se confrontan con la realidad, no dan resultados positivos. En 1960, el 72% de las personas estaban casadas y el 15% nunca había pasado por el registro, unas cifras muy distintas de las del 2011 que dan un 51% de personas casadas y un 28% que no lo habían hecho nunca, una bajada en las cifras espectacular. Es muy interesante comprobar que no todos los espectros de la población se comportan de la misma manera ya que el porcentaje de matrimonios es mayor, mientras que la cifra de nacimientos, fuera del vínculo matrimonial (el 42% de los nacimientos en USA son de madres solteras) y los divorcios son menores en las capas sociales más adineradas y mejor educadas.
En 2011, el 35% de los niños americanos vivían en hogares monoparentales y las cifras demuestran que tienen mayores problemas emocionales y académicos. Se forma un círculo vicioso porque el 71% de las familias con menos recursosno cuentan con una relación matrimonial estable de forma que la pobreza tiende a perpetuarse en sus descendientes.
Una serie de agencias, estatales y benéficas, no han conseguido ponerse de acuerdo sobre los motivos de la falta de interés en el matrimonio, ni en los caminos que se han de llevar a cabo para promoverlo ya que parece que el saldo final es beneficioso para los que lo llevan a cabo.
Me pregunto llevado al caso a España ¿Por qué no se casan nuestros jóvenes? ¿Es por dinero, por miedo al fracaso, por considerar que es una institución de carcas, por egoísmo, por los ejemplos que ven a su alrededor? ¿Es mejor vivir en pareja sin papeles? No sé lo que piensa nuestra juventud y me gustaría que alguien me diera razones para comprender algo que prolifera en nuestra sociedad: