Décimo aniversario de la muerte del sacerdote, de carácter generoso y comprometido Josep Faus Beltran

Josep Faus Beltran
Josep Faus Beltran

Tanto en Benicolet, el pueblo de su familia, como en las parroquias de la diócesis de Terrassa donde estuvo destinado, lo recuerdan aún sobre todo por su carácter generoso y su implicación en los problemas económicos y sociales

Es interesante destacar el interés del joven Josep Faus por la lengua y la cultura del País Valenciano (un interés que compartió con su hermano Vicent), en aquellos años que el franquismo perseguía el valenciano. Por eso es importante que recordemos la correspondencia que tuvo Josep Faus, con el intelectual y escritor Joan Fuster.

"Este interés por la lengua y la cultura del País Valenciano le valió el 'desplazamiento' a Barcelona en la época franquista … Casi 70 años después de la primera carta que el joven seminarista Josep Faus escribió a Joan Fuster, ¿sería interesante saber cuál es ahora la actitud del Seminario de Montcada por lo que respecta a nuestra lengua? ¿continúan siendo unos centros que excluyen el valenciano?"

Durante este año 2024, conmemoramos el décimo aniversario de la muerte de mossèn Josep Faus Beltran, nacido en la ciudad de València el 23 de octubre de 1933, pero hijo de una familia originaria de Benicolet, una localidad que está en la comarca valenciana de la Vall d’Albaida. Josep era el segundo hijo de una familia de tres hermanos: Domingo, Josep y Vicent, éste último, escolapio (1937-2010). 

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Cabe recordar que el P. Vicent Faus, hermano de mossèn Josep, que estudió filosofía y teología en los seminarios escolapios de Irache y Albelda, fue ordenado sacerdote en 1960 en Logroño y fue profesor durante veinticinco años en las Escuelas Pías de Gandia, donde introdujo el valenciano en la liturgia y en la enseñanza. Además, recuperó tradiciones como el Cant de la Sibil·la, la Noche Buena. Por eso el P. Vicent Faus fue muy conocido y muy querido por su defensa del valencianismo. 

Gandia rinde un sentido homenaje a su hijo adoptivo a título póstumo Vicent  Faus LEVANTE

Josep, por su parte, del cual este mes de octubre conmemoramos el décimo aniversario de su Pascua, estudió en los Seminarios de València y de Barcelona, siendo ordenado sacerdote en la iglesia de Santa María de Gràcia, de Barcelona, el 20 de septiembre de 1958. Después de su ordenación presbiteral, mossèn Josep fue destinado a diferentes parroquias de Sabadell, Vilanova i la Geltrú, Barcelona, Els Hostalets de Pierola (donde impulsó la creación de una cooperativa agrícola), Sant Andreu de la Barca, Piera, Montmeló y, finalmente, volvió de nuevo a Sabadell. 

Tanto en Benicolet, el pueblo de su familia (donde pasaba algunos años las vacaciones), como en las parroquias de la diócesis de Terrassa donde estuvo destinado, lo recuerdan aún sobre todo por su carácter generoso y su implicación en los problemas económicos y sociales de los pueblos y los barrios donde ejerció el sacerdocio.

Es interesante destacar el interés del joven Josep Faus por la lengua y la cultura del País Valenciano (un interés que compartió con su hermano Vicent), en aquellos años que el franquismo perseguía el valenciano. Por eso es importante que recordemos la correspondencia que tuvo Josep Faus, con el intelectual y escritor Joan Fuster. 

El joven seminarista de 21 años, Josep Faus Beltran, escribía una primera carta (fechada el 13 de abril de 1955) a Joan Fuster, que entonces tenía 32 años, a instancia de un amigo suyo, Alexandre Alapont, también seminarista, que estudiaba en Burgos, en el Seminario para Misiones. Alapont, natural de l’Alcúdia y que más tarde sería misionero durante más de cincuenta años en Zimbabwe (y traduciría la Biblia y el Misal Romano al nàmbia), había conocido a Fuster en 1951 a través de un amigo común, el profesor y activista cultural y cívico Josep Lluís Bausset. 

Josep Faus, que escribía desde el Seminari de Montcada donde estudiaba, se quejaba del “poco ambiente que en el aspecto valenciano tenemos en el Seminario. No he conseguido explicarme aún porque motivo de peso lo hacen y qué es lo que se pretende con esta orientación”. El joven seminarista, que se declaraba “admirador de su obra poética”, acababa su carta con una invocación: “Sr. Fuster. Yo solo quería decir eso que a todos los mortales un poco méteme en todo nos gusta decir, gritar: ¡Yo estoy aquí!, aunque nadie nos escuche y aunque no valga la pena que nadie nos escuche, como en mi caso”.

La respuesta de Fuster le llegó a Faus un mes más tarde. Después de excusarse por la tardanza en contestar la carta de Josep Faus, el escritor de Sueca, que se hacía eco del “poco ambiente” favorable al valenciano que se vivía en el Seminario, lo atribuía a la circunstancia histórica. Así y todo,  el intelectual de Sueca se mostraba esperanzado respecto al futuro. Fuster también aludía a la obligación moral de asegurar la continuidad de la lengua y la cultura de los valencianos, al “derecho del pueblo a su lengua” y a los “derechos de la misma lengua”.

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Solo cuatro días después de la carta de Fuster, Josep Faus contestaba al escritor de Sueca con una larga carta, datada el 16 de mayo de 1955, en la cual le expresaba su agradecimiento por haberle contestado. Faus li decía a Fuster que tenía el domicilio en Benicolet y le comunicaba, además, su deseo de ir a visitarlo a Sueca. También le contaba los comentarios que circulaban por el Seminario de València a propósito del valenciano y del valencianismo: Que ser valencianista es una traición a la patria, “Que tambaleaban los fundamentos de la unidad española si hablamos valenciano”, “Que es una aberración pretender alguna transcendencia apostólica al valenciano y a todo lo valenciano...”. 

Casi 70 años después de estas palabras del joven Faus, me pregunto si estos comentarios que se hacían en el Seminario valenciano, todavía se dan estos días y los actuales seminaristas valencianos creen que hablar nuestra lengua es “una traición a la patria”. Evidentemente, la española. 

Por una tercera carta, datada el 11 de diciembre del mismo año, sabemos que Faus tuvo que dejar el Seminario de València y trasladarse al de Barcelona: “Todo lo de València acabó como los hombres han querido, porque Dios a veces también deja hacer a los hombres. No hubo otra solución: Irme. Ni condicionalmente ni incondicionalmente fue posible quedarme en València. El golpe fue demasiado fuerte, porque yo no sabía que las cosas se hacían así”. Completamente abatido, Josep Faus se disculpaba de no haber ido a Sueca a ver a Fuster y de haber interrumpido el intercambio epistolar.

En su respuesta, un mes después, ya en enero de 1956, Fuster le decía a Faus que le habían informado “de la desgraciada solución dada en València a tu caso”, y aunque ninguno de los dos interlocutores no entraba en detalles sobre el traslado del seminarista Faus a Barcelona, parece que fue una decisión (más bien un castigo) de la dirección del Seminario:No puedo imaginarme qué tipo de razones indujeron a aquellos señores de Montcada a desplazarte a Barcelona le decía Fuster. El escritor de Sueca animaba a Faus a sobreponerse y a continuar adelante y le reiteraba su amistad, que esperaba poder reforzar.

El intercambio epistolar se cierra con una última carta de Josep Faus, del 8 de marzo de 1956, ya desde Barcelona, en la cual le decía a Fuster que el arzobispo de València, Marcelino  Olaechea (contrario al valenciano en la Iglesia) y el rector del Seminario de Montcada, habían querido reparar o disimular lo que había sido claramente una expulsión, concediéndole a Faus una beca para ir a estudiar a la Universidad Pontificia de Comillas, en Santander. 

Mossèn Josep Faus, que se jubiló en 2013, vivió los últimos meses de su vida en la residencia sacerdotal Sant Josep Oriol de Barcelona, hasta su muerte, el 27 de octubre de 2014, a los 81 años, ahora hace diez años.

"De los Seminarios de Oriola-Alacant y de Sogorb-Castelló, me imagino que el ambiente, en relación al valenciano, ha de ser asfixiante, como lo era en el Seminario de Montcada en tiempos de Josep Faus"

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Casi 70 años después de la primera carta que el joven seminarista Josep Faus escribió a Joan Fuster, ¿sería interesante saber cuál es ahora la actitud del Seminario de Montcada por lo que respecta a nuestra lengua? De los Seminarios de Oriola-Alacant y de Sogorb-Castelló, me imagino que el ambiente, en relación al valenciano, ha de ser asfixiante, como lo era en el Seminario de Montcada en tiempos de Josep Faus. Pero en la actualidad, el Seminario de Montcada (y la Facultad de Teología de València) ¿continúan siendo unos centros que excluyen el valenciano? ¿Hay asignaturas que se imparten en valenciano o se hacen todas en castellano? ¿Los seminaristas se forman en la lengua propia del País Valenciano, para que aprendan valenciano (los que no lo saben) y así, después, puedan celebrar la liturgia en nuestra lengua o bien se ignora, de nuevo, la lengua de Sant Vicent Ferrer? ¿El Seminario está subscrito a la revista en valenciano, Saó?

"Casi 70 años después de la primera carta que el joven seminarista Josep Faus escribió a Joan Fuster, ¿sería interesante saber cuál es ahora la actitud del Seminario de Montcada por lo que respecta a nuestra lengua? ¿continúan siendo unos centros que excluyen el valenciano?"

Hay que tener en cuenta que durante la dictadura, si a un seminarista se le “escapaba” una palabra en valenciano durante el juego, se le daba una piedra, que él había de guardar en el bolsillo hasta que otro seminarista se le “escapaba” otra palabra en valenciano. Era entonces cuando el primer seminarista, que tenía la piedra guardada, se la daba la al joven que había hablado en valenciano. Un método cruel y vejatorio para, de esa manera, extirpar del Seminario el valenciano.   

No estaría de más que el rector del Seminario de Montcada explicase la importancia que tiene (si la tiene), el valenciano en la formación de los seminaristas, de cara a la acción pastoral de estos jóvenes, para que una vez ordenados presbíteros puedan celebrar la liturgia en valenciano y no pongan como excusa (como siempre sucede), que no saben hablar la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Seminario Metropolitano de Valencia - Wikipedia, la enciclopedia libre

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