"¿Podemos continuar con estos gastos en el fútbol?" El adiós de Messi ha llevado a Cataluña (casi) a un estado de shock
La salida de Messi del Barça, prácticamente ha anulado en las noticias el drama de los refugiados y los inmigrantes, que continúan muriendo en el Mediterráneo; el paro, las guerras (olvidadas) en tantos países, la violencia de género, la dramática situación de los profesionales de la sanidad que continúan luchando contra la pandemia y tantos otros problemas de nuestra sociedad que, informativamente, han quedado medio olvidados
Cabe recordar que durante la temporada 20/21, el crack azulgrana supuso al Barça un salario bruto de 60,3 millones de euros, aunque el argentino generaba unos ingresos enormes y un rendimiento deportivo monumental
Ante las cifras (siderales) de los fichajes de los jugadores, ¿qué cobra un maestro, un enfermero, una periodista o un médico? ¿Qué cobra un labrador o un carpintero? ¿Cuál es el sueldo un camarero? ¿Podemos continuar con estos gastos en el fútbol?
Ante las cifras (siderales) de los fichajes de los jugadores, ¿qué cobra un maestro, un enfermero, una periodista o un médico? ¿Qué cobra un labrador o un carpintero? ¿Cuál es el sueldo un camarero? ¿Podemos continuar con estos gastos en el fútbol?
Sí, ya sé que este es un artículo políticamente incorrecto, porque hablar de la salida de Messi del Barça y de los sueldos astronómicos y las fichas desorbitadas de los futbolistas, puede crear suspicacias y sarpullidos, ya que este tema levanta pasiones y mueve muchas emociones.
Estos días, la primera (y prácticamente la única) noticia de los medios de comunicación ha sido la salida de Messi del club azulgrana. Frases como: Laporta triste con el adiós a Messi; Messi y el drama de la masa salarial; el retuit de Enric Masip que aclara mucho de Leo Messi; día 1 de la era post-Messi; Minguella ya alertó de la situación de Messi cuando todos creían que renovaría; la reacción de Guardiola al adiós de Messi; ya nada volverá a ser igual; el llanto de Messi es el llanto del barcelonismo; se van las botas que llevaron al Barça al cielo; todo es Messi….. y otros comentarios semejantes, han llenado les páginas de los periódicos (y no solo de los deportivos), las ondas de la radio y las horas de televisión. El adiós de Messi ha llevado a Cataluña (casi) a un estado de shock.
La salida de Messi del Barça, prácticamente ha anulado en las noticias el drama de los refugiados y de los inmigrantes, que continúan muriendo en el Mediterráneo, el paro, las guerras (olvidadas) en tantos y tantos países, el negocio de los señores de las guerras, que se enriquecen con la vergonzosa e inmoral venta de armas, la violencia de género, la situación dramática de los profesionales de la sanidad que, agotados, continúan luchando contra la pandemia y tantos otros problemas de nuestra sociedad, que, informativamente, han quedado medio olvidados en un segundo, tercero o cuarto nivel informativo. Incluso un periodista, muy mediático, escribía al su twitter, en relación a la salida de Messi: “Tengo 47 años, pero ahora me pondría a llorar como un crio. Fue muy, muy, muy bonito mientras duró. Mucha suerte allí donde vayas”.
Cabe recordar (El Nacional, 6 de agosto de 2021) que durante la temporada 20/21, Messi supuso al Barça un salario bruto de 60,3 millones de euros, aunque el argentino generaba unos ingresos enormes y un rendimiento deportivo monumental. Y también, hace falta decirlo, una inmensa alegría a los aficionados culéspor los goles y las jugadas geniales del “pibe”. Por su parte, Griezmann tuvo una ficha de 35,8 millones. El sueldo de Coutinho fue de 24,5 millones. Pjanic, cobró la temporada pasada, 16,3 millones. Jordi Alba, Umiti y Dembélé, 12,8 millones cada uno de ellos; Sergi Roberto y De Jong, 10,6 millones; Piqué, 6,6 millones.
Y en el Madrid, Hazard, 24,5 millones; en el Liverpool, Salah, 12 millones; en el Manchester United, De Gea, 21 millones y en la Juventus, Cristiano Ronaldo, 31 millones. Una cosa parecida pasa con el sueldo de los jugadores del Hèrcules, el València, el Atlético de Bilbao, el Real Madrid, el Castelló, el Llevant, el Mallorca, el Sevilla o el Vila-real.
Ante las cifras (siderales) de los fichajes de los jugadores, ¿qué cobra un maestro, un enfermero, una periodista o un médico? ¿Qué cobra un labrador o un carpintero? ¿Cuál es el sueldo un camarero? ¿Podemos continuar con estos gastos en el fútbol? ¿No aprenderemos nada de la pandemia que estamos viviendo? ¿No nos dice nada la situación (muchas veces desesperada) de las familias que, por problemas económicos, no pueden llegar a finales de mes y que han de recibir ayuda de Cáritas y de los Bancos de Alimentos?
Se habla mucho (y con razón) de la amenaza que supone el cambio climático, con incendios, inundaciones, pandemias y temperaturas en alza. Y es cierto. Pero no hablamos nunca de la amenaza que plana sobre nosotros por el ritmo de vida, insostenible, que llevamos y que es una agresión constante a la naturaleza. Por eso creo que ya es hora de ponernos manos a las obras y cambiar de una vez por todas de rumbo, que nos lleva al precipicio. Y hacerlo ya, aunque eso sea impopular. Y sabiendo que este artículo puede ser políticamente incorrecto, cabe replantear ya, de una manera totalmente nueva y racional, el mundo del fútbol. Porque lo que no es racional, es que la salida de Messi del Barça sea más importante que la muerte de los refugiados, las guerras del Tercer Mundo, siempre olvidadas o los problemas económicos que sufren muchas familias. Ya es hora de aprender a vivir de una manera más austera y más frugal, sin derrochar tanto dinero en fichas y sueldos de jugadores de fútbol.
Es necesario repensar los fichajes de futbolistas y todo el entramado, a veces opaco, del mundo del deporte
La pandemia del coronavirus, como nos recuerda el papa en su encíclica “Fratelli tutti”, nos llama “a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades” (nº 33). Y por eso es necesario repensar los fichajes de futbolistas y todo el entramado, a veces opaco, del mundo del deporte, con sueldos millonarios mientras la pobreza se extiende en la sociedad. Solo un ejemplo de despilfarro que surge de “nadar” en la abundancia: el futbolista Kün Agüero, recientemente incorporado al Barça, se ha comprado un Ferrari de medio millón de euros (El Periódico, 4 de agosto de 2021).
Hace tiempo Cáritas utilizó un eslogan (muy acertado) para concienciar a la sociedad de la necesidad de ser solidarios con las personas que lo pasan mal. Este eslogan decía: “Vive sencillamente, para que otros, sencillamente, puedan vivir”. ¿No sería hora ya de hacer realidad este lema, comenzando por el mundo del fútbol?
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