QUIÉN PUDIERA SER FELIZ - LAS BIENAVENTURANZAS




QUIÉN PUDIERA SER FELIZ
LAS BIENAVENTURANZAS


01. TEXTOS DE GRUESO CALADO.
Las bienaventuranzas tienen una cierta majestuosidad. Están pronunciadas con gran autoridad y se ventila mucho en esta especie de programa de vida, pues se juega la felicidad del ser humano.

Las bienaventuranzas constituyen la carta magna del Reino, del cristianismo, quizás la visión que Jesús tenía y deseaba para el ser humano. Este texto no es solamente una normativa, una ética, sino un modo de entender la vida humana. Este entramado de las bienaventuranzas propone un modo de entender al ser humano.



02. CONTEXTO DEL TEXTO.

Mateo es un evangelio compuesto para cristianos provenientes del mundo judío, por tanto de cultura y religión judías. Aquellos cristianos conocían perfectamente la ley, el monte Sinaí, Moisés, etc. De ahí que Mateo sitúe las bienaventuranzas en un monte, en un nuevo Sinaí, con un nuevo legislador, ya no Moisés, sino JesuCristo, y brota un nuevo “decálogo”.

Las bienaventuranzas en San Mateo están dirigidas no solamente a los cristianos sino a los discípulos y al gentío: a todo el mundo.



03. QUEREMOS SER FELICES, PERO...
Cuestiones terminológicas aparte lo primero que Cristo dice y desea para el ser humano es: sé feliz, dichoso, bienaventurado.

La primera cuestión cristiana no es, pues, religiosa: cumple con los preceptos, ni es legal: cumple y sé bueno. Tampoco el cristianismo es una cuestión teórico-dogmática: tienes que aceptar este jeroglífico teológico.
Ante todo el cristianismo es un asunto humano: vivir honesta y serenamente, en paz de Dios.

La primera cuestión es, pues: SÉ FELIZ: BIENAVENTURADO.

San Agustín formuló en sus Confesiones aquello de que:
no soy sólo yo, ni siquiera unos cuantos los que deseamos ser felices, sino absolutamente todo el mundo.

La nostalgia de felicidad ya estaba en el ser humano cuando Dios modeló con sus manos y su aliento vital el barro humano, (absténgase directores espirituales de altas pseudo-místicas y bajo o nulo sentido común humano). Todos queremos ser felices. Es evidente.

Incluso el pecado profundo es una búsqueda apasionada de la felicidad.



04. LO QUE PASA ES QUE NO CONSEGUIMOS SER FELICES.

Todo el mundo quiere ser feliz, estamos llamados casi biológicamente (a natura) a ser felices. Pero no lo logramos.

Ahora bien, ¿dónde o cómo lograr ser felices?

Solemos decir aquello de darnos una “buena vida”… ¿Darnos una buena vida es lo dionisíaco, el placer, el poder, etc.?

Para Jesús ser dichosos está en ser “pobres de espíritu” y de corazón bondadoso, sin prepotencias ni brillos sociales. El Reino de los cielos no es de Trump, sino de los sencillos misioneros y misioneras, de quienes dan de comer al hambriento, cuidan de los enfermos, etc.

Se es dichoso cuando se está cerca y se “llora” con los que sufren, cuando se está junto a los derrotados y perdedores. Seremos felices cuando la misericordia preside nuestra vida. El consuelo de nuestro llanto no está en el éxito, sino en que Dios es nuestro consuelo.

Para Jesús, la dicha y la paz no vienen del odio y de la venganza, sino de la “misericordia”, así percibimos también nosotros la bondad y misericordia de Dios

Los triunfos sobre los demás y las ideologías vencedoras, pisotear política, eclesiásticamente al débil no confieren felicidad. La herencia de la tierra prometida está en la confianza en el Señor.

Cuando somos conscientes de las injusticias y luchamos contra ellas, porque sentimos “hambre y sed de justicia”, aunque suframos, viviremos lúcida y serenamente. Llegará la justicia y seremos saciados por Dios.
Somos bienaventurados cuando “jugamos limpio en la vida”, cuando tratamos de ser honestos y honrados, cuando no tenemos dobles juegos, ni somos tramposos. Entonces estamos viendo a Dios.

El esfuerzo por la paz, “el que trabaja por la paz” y por la pacificación es feliz y transmite una paz que el mundo no sabe dar

Parece que no es fácil ser feliz “cuando nos persigan y calumnien por causa de la verdad”. Puede que sea el martirio: Dietrich Bonhoeffer, Oscar Romero, Ignacio Ellacuría, los cristianos peseguidos en Oriente Medio, en China, etc.; puede que sea acompañar en el sufrimiento a los que sufren. El reino de Dios es de quien sabe sufrir la persecución.



05. LAS BIENAVENTURANZAS: UNA APERTURA HACIA LOS DEMÁS.
Las ocho bienaventuranzas son un tener en cuenta a los demás. La pobreza, el sufrimiento por los demás, trabajar por la justicia, vivir misericordiosamente, “jugar limpio en la vida”, ser perseguidos por causa de la justicia, es un anteponer siempre a los demás por encima de mis intereses.



06. Y ES QUE NO SOMOS ISLAS, SOMOS CON LOS DEMÁS.

Los seres humanos no somos individuos en nuestra celda, sino que somos relación. Somos con los demás en la vida., en el mundo: familia, amigos, pueblo, trabajo, fiesta, cultura, iglesia, etc.

Jesús siendo rico, se hizo pobre, se despojó de ser Dios, fue honrado, limpio en la vida, trabajó por la justicia al defender y sanar a los débiles, tuvo misericordia.

Seremos felices, bienaventurados si nos relacionamos con los demás con bondad (al menos con respeto), jugando limpio en nuestras relaciones y tareas de todo tipo; seremos bienaventurados si somos pobres-libres, si trabajamos por la paz también en nuestro pueblo, por la justicia.



08. ESTRAMBOTE ECLESIAL.
¿Y si continuáramos soñando con una iglesia de las bienaventuranzas? Porque nos puede pasar dentro de la Iglesia aquello del refrán: consejos vendo que para mí no tengo. Sería bienaventurado y cristiano vivir en una iglesia de misericordia, donde se juega limpio en todos sus criterios y procedimientos: una iglesia cuya primera visión fuesen los débiles y pobres, las periferias y los enfermos; donde se jugara limpio y sin “carrerismos” (Francisco) en los nombramientos episcopales y en otro tipo de nombramientos, en las valoraciones de las personas, de las corrientes de pensamiento, una iglesia que trabajar por la paz y no esgrimiese ni ad intra ni ad extra el arma de la condena, de la condena o de la suspensión.

BIENAVENTURADOS SEREMOS, SEÑOR.
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