¿SE HA VUELTO INSÍPIDA LA IGLESIA?


¿LA IGLESIA SE HA VUELTO INSÍPIDA?

SAL Y LUZ: SABOR Y COLOR DE LA VIDA.


El evangelio de hoy es la conclusión de las bienaventuranzas, que escuchamos el pasado domingo

Las dos lecturas de hoy ensamblan dos símbolos: la sal y la luz. Vosotros sois la sal y la luz. Somos testigos (luz y sal) de las bienaventuranzas.

LA LUZ:


En la vida necesitamos ver y, para ello, necesitamos luz.

Es muy noble la tarea la de iluminar caminos y horizontes. La vida nos llama a ser luz. Es una noble y hermosa tarea iluminar, aconsejar, acompañar en la vida.

 Los PADRES DE FAMILIA que iluminan y encauzan la vida de sus hijos.

 En ocasiones como COMPAÑEROS y AMIGOS nos ayudamos, nos “iluminamos”: quien encuentra un amigo encuentra un tesoro, dice la Biblia.

 En una COMUNIDAD RELIGIOSA es importante la luz y el sabor que proyectamos y dejamos, (hay quien todo lo ve negro y de sabor amargo; también se puede encender una vela y hacer un poco de luz).

 La responsabilidad de un PROFESOR, de un MAESTRO es grande a la hora de orientar, de enseñar más con su testimonio que con su ciencia. Se debería cuidar mucho más de lo que se hace los planes de educación.

 Los PSICÓLOGOS, los MÉDICOS iluminan también la vida, los problemas de las personas. Un buen consejo, enseñar a vivir, etc.

 También los PRESBÍTEROS, los CATEQUISTAS tenemos una responsabilidad de transmitir la luz de Cristo
 Otras profesiones también iluminan la vida de los demás: los medios de comunicación, científicos, incluso los políticos.

Hemos atravesado una larga etapa de una Iglesia de hierro, de ultraortodoxia, que sería verdad, no lo dudo, pero que no iluminaba.

El papa Francisco, gracias a Dios, ilumina no tanto con su doctrina, cuanto con su vida y sus gestos.

Cuando Francisco se acerca a los pobres, acoge a los refugiados, se encuentra con los hermanos separados, cuando habla de una Iglesia abierta, de salir a las periferias, está siendo luz, que es lo que Juan XXIII proclamaba a los cuatro vientos.






SAL

La sal conserva los alimentos además de dar sabor a la comida. La sal es un símbolo de cierta viveza: sabor y saber en la vida. Saborear la vida es saber de ella y saborearla.

(Saber) Sabiduría no es lo mismo que ciencia: Se puede tener conocimientos y carreras universitarias, pero no saber vivir ni saborear la vida. Cuántas personas no tienen ciencia, pero saben vivir, tienen sabiduría. Y cuántas personas tienen ciencia pero no saben, tienen miedo a vivir por lo que se refugian en un entramado del mero cumplimiento religioso.

Los cristianos, la comunidad eclesial es sal de la tierra: Vosotros sois la sal de la tierra. La sabiduría y el sabor cristiano es el de las bienaventuranzas: en paz, en honradez, en justicia, en pobreza, en justicia

¿UNA IGLESIA INSÍPIDA?

¿No nos habrá ocurrido algo de esto en la Iglesia? Una Iglesia, unos obispos que viven con el hacha de guerra continuamente alzada contra todo lo que se mueve: homosexuales, abortos, divorcios, etc., porque probablemente se ha perdido el sabor del evangelio y ya, tiene poco que decir.

Lo peor que le puede pasar a la Iglesia es que ya no diga nada y que su mensaje sea insípido y anodino, que haya perdido el sabor del evangelio y se reduzca a tres o cuatro cuestiones de tipo ético, importantes quizás, pero secundarias.

Gracias a Dios que Francisco le está dando sabor al mensaje cristiano, que, en estos últimos 30 / 40 años se había vuelto soso, sin sabor.

TRES BREVES CONCLUSIONES:

Abramos nuestras puertas y ventanas, nuestra mente, nuestro pensamiento, nuestro corazón a la luz para ver y saborear, disfrutar de la vida.

No quememos lo que pisamos el hábitat en el que vivimos: dejemos respirar y vivir a la gente.

 La sanación, la salvación están afuera, más allá de nosotros: cuando partas tu pan con el hambriento, verás la luz (Isaías / primera lectura). La sanación de muchas limitaciones está en abrirse a los demás, a la luz.

VOSOTROS SOIS LA LUZ Y LA SAL DE LA TIERRA


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