"No confundamos las cosas con los valores" Ser cristiano se parece más a ser pobre que a ir a misa
¡Ay de vosotros los ricos y los que estáis saciados, quienes confiáis en vuestra riqueza, en vuestro poder o en vuestra sabiduría!
Al mismo tiempo, Jesús propone un estilo de vida enormemente chocante para nuestra mentalidad. Tan chocante que, apenas nadie, sigue ese camino, que sin embargo es el que lleva a la felicidad
Me parece que solamente quien cree en Dios puede ser libremente pobre y se es pobre libremente cuando creemos y confiamos en Dios
Me parece que solamente quien cree en Dios puede ser libremente pobre y se es pobre libremente cuando creemos y confiamos en Dios
- La ética cristiana
El evangelista S Lucas nos propone hoy el estilo, el "cómo" ser y vivir desde Cristo: el comportamiento: es decir, la moral y la ética. Son las bienaventuranzas: “Dichosos” y, al mismo tiempo, como contrapunto de San Lucas, las “malaventuranzas.”: ¡ay de vosotros…!
Tengamos en cuenta que en el estilo de vida, en el talante que tengamos en la vida, en el comportamiento se juega nuestra felicidad, nuestra serenidad en la vida. Jesús habla de felicidad: seréis dichosos, bienaventurados y felices…
No se puede vivir de cualquier manera, ni se puede ser feliz de cualquier modo, ni en la vida vale todo.
- maldito - bendito
El profeta Jeremías y Jesús usan palabras fuertes para expresar cuál ha de ser el comportamiento humano ¡maldito quien confía en el orgullo del hombre! ¡Ay de vosotros los ricos y los que estáis saciados, quienes confiáis en vuestra riqueza, en vuestro poder o en vuestra sabiduría!
Al mismo tiempo, Jesús propone un estilo de vida enormemente chocante para nuestra mentalidad. Tan chocante que, apenas nadie, sigue ese camino, que sin embargo es el que lleva a la felicidad. Bienaventurados los pobres, los que se esfuerzan y trabajan en la vida por la paz, porque realmente son dichosos y libres.
En los parlamentos, lo mismo da sea Vitoria que Madrid u otras instituciones, si alguien osara proponer estos criterios de vida, duraría veinte minutos como mucho.
Sin embargo los grandes problemas de la vida y las grandes tristezas las tenemos en casa: el problema del sentido de la vida, la pacificación del pueblo tras tantos años turbulentos de violencia, la depresión y el suicidio en aumento, Ucrania-Rusia-Usa-Otan…
¿Cómo llegar a vivir serenamente en paz y dichosos?
JesuCristo nos propone el camino de las bienaventuranzas, de la confianza en Dios y no en las cosas. Alguien decía aquello de que: Cuando se deja de creer en Dios enseguida se cree en cualquier cosa.
El filósofo alemán del siglo XX, M. Heidegger decía: solamente Dios puede salvarnos.
- Jesús tiene una escala de valores diferente:
Jesús cree inicial y únicamente en Dios Padre. Bendito quien confía en el Señor (Jeremías). Desde Dios, Jesús vive, ama y entrega su vida por todos los hombres, no se reserva nada para sí: se vacía no solamente de cosas (pobreza material), sino incluso se vacía de su propia persona, que la entrega hasta la última gota de su sangre (pobreza personal).
Me parece que solamente quien cree en Dios puede ser libremente pobre y se es pobre libremente cuando creemos y confiamos en Dios.
- ¿En qué o en quién ponemos nuestra confianza?
El salmo 20,9 dice:Unos confían en sus carros, y otros en caballos; mas nosotros confiamos en el SEÑOR.
La riqueza, el poder, el dinero, el orgullo, deben de tener algún atractivo especial y fuerte porque los seres humanos seguimos poniendo nuestra fe, nuestra confianza y nuestra esperanza en ellos.
Para muchos de nosotros es más importante el dinero que Dios y que el hombre. Es más importante la raza, la patria que Dios y que el mismo hombre; para muchos de nosotros es más importante el estar arriba, ocupar cargos o dominar que Dios y el ser humano. Para muchos de nosotros son más importantes las cosas que los valores. Lo que cuenta es tener cosas.
- No confundamos las cosas con los valores.
Los bienes, las cosas son lo que son y sirven para lo que sirven, pero los valores no se logran con tener.
Del tener no viene el ser. Es evidente que hoy en día, en los países que llamamos desarrollados, tenemos muchas más cosas de las que tenían nuestros mayores hace 70 o 100 años. Pero ¿somos más pacíficos, somos más felices-dichosos, somos más honrados, más libres de lo que fueron aquellos mayores?
El sentido de la vida, la esperanza, la felicidad, la paz, el perdón, la convivencia no son valores que se fabriquen en ninguna industria ni se venden en ningún supermercado.
En nuestra sociedad ¿alguien cree en la pobreza (no miseria, pero sí pobreza libremente elegida) como forma valiosa de vida, pobreza que nos hace libres? ¿Alguien cree en la humildad, en el “estar abajo” en actitud de servicio? (recordemos el debate político de estas últimas semanas).
- 05. Tres breves conclusiones:
- En primer lugar:
Nosotros hemos centrado todo el cristianismo en la práctica religiosa casi estrictamente sacramental. Eso puede que tenga algún interés, pero no es ni lo único, ni lo más importante, porque ser cristiano se parece más a ser pobre que a ir a misa, se parece más a ser servicial que sacral, a trabajar por los demás que a refugiarse en un castillo de espiritualidad del Templo.
- Y en segundo lugar:
Posiblemente el estilo de vida en el ámbito socio.cultural.político que nos toca vivir, en el "aquí" occidental y en el "ahora" no genera valores: produce cosas, pero no valores. Este proyecto y sistema producen consumismo, sin.sentido, muerte, droga, paro, guerras y racismos, pero no felicidad ni personas.
- pongamos la confianza en Dios
Se trata de ser dichosos en la vida, de vivir en serenidad, a lo cual llegaremos poniendo nuestra confianza en Dios
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