¿Habrá miedo, y angustia,? ¡Hay!
- Angustia en la vida
Es importante intuir qué final nos aguarda; o de otro modo, es decisivo tratar de saber cuál pueda ser el sentido de nuestra vida.
El evangelio que hemos acogido hoy está redactado en un lenguaje escatológico-apocalíptico para hablarnos del final de la historia, de nuestro propio final. Es una forma de hablar “tremendista”: habrá signos en el sol, estruendo en el mar, los astros se tambalearán, habrá angustia, miedo y miedo en los seres humanos…
Sabemos que es un lenguaje fuerte, un modo de hablar simbólico y radical y también sabemos que las cosas no sucederán así
Pero creo que no solamente es un lenguaje, sino que la vida misma nos muestra su faz de miedo, angustia.
¿O quizás, hasta cierto punto, nuestro existir no está lleno de miedo y ansiedad? Nuestra propia vida a veces se ve embargada por la desazón y la angustia.
La enfermedad y la muerte generan gran desasosiego, miedo y angustia.
Hoy en día las guerras de Ucrania e Israel nos causan también una cierta angustia a la humanidad ante la realidad bélica ya existente y ante la posibilidad de una tercera guerra mundial
- ¿Qué es la angustia?
La angustia es la situación de ansiedad opresiva sin causa precisa. (Diccionario RAE). La angustia es un estado afectivo difuso y penoso que se caracteriza por aparecer como reacción ante un peligro desconocido.
El filósofo (luterano) danés, Sobren Kierkegaard (1813-1855), en su libro “El Concepto de la angustia” vincula la angustia con el pecado y con la libertad.
Este problema lo tenemos los católicos muy dentro de nosotros mismos.
Una desorbitada insistencia en el pecado, en la condenación, en el infierno ha generado una profunda culpabilidad, escrúpulo y miedo en muchas personas y conciencias
Esta “martille ante” insistencia en la culpabilidad, en el miedo a Dios y al infierno, el escrúpulo han inyectado en el alma de muchos católicos, en un estilo de catolicismo una gran angustia, un pánico a la condenación. Dios es un ser temible al que “hay que tener a raya”. Una dura experiencia de Dios encauza la vida hacia la angustia.
La religión, “los sistemas religiosos” pueden agudizar los problemas más que resolverlos. Por desgracia esta experiencia negativa nosotros la hemos vivido en nuestros tiempos jóvenes, digamos que hasta el concilio Vaticano II. Hizo mucho daño aquella predicación moral, aquellos ejercicios y confesiones torturadoras.
+ Lo malo de aquella educación es que se grababa a fuego en la psicología humana y muchas personas no pueden salir de “aquel infierno”, de aquella angustia y miedo.
Yo me temo que esta involución que estamos viviendo en la Iglesia pretende volver a aquel tipo de moral, de cristianismo ultra riguroso.
El Concilio supuso para muchos de nosotros una liberación: levantaos, que está cerca vuestra liberación. El Éxodo supuso la liberación del pueblo, de las tribus hebreas de la esclavitud de Egipto. El Concilio fie también para nosotros un Éxodo, una liberación.
Yo la a la esclavitud de Egipto, anterior al concilio, no vuelvo…
- Algunas consideraciones
+ La angustia es una encrucijada de dimensiones, en ocasiones problemas o conflictos, no asumidos, no resueltos o no “puestos” los caminos de solución, quizás porque “no se ven” tales caminos.
+ Una dura experiencia de “Dios” puede encauzar la vida hacia la angustia.
+ Las neurosis, adicciones, comportamientos compulsivos, fanatismos, escrúpulos, etc. probablemente son expresiones angustiosas de hondos sufrimientos de los que se quiere salir, pero no se hallan caminos.
+ Tres son los ríos principales por los que fluye la angustia:
la culpa-pecado, el absurdo-sin.sentido y la muerte.
- 03. La nube.
Cuando veáis venir al Hijo del hombre sobre las nubes, se acerca vuestra liberación.
Esto no va a ser un hecho histórico. El Hijo del hombre llegará cuando nosotros lleguemos a Él.
La nube no es “quedarse a lo tonto en las nubes”. La nube es el símbolo de la protección de Dios.
+ En su marcha por el desierto, Dios protegía al pueblo del rigor del sol con la nube.
+ En el bautismo de Jesús brotó una voz desde el cielo: este es mi hijo amado.
+ En la Transfiguración la nube les envolvía a los apóstoles allí presentes
+ En la Ascensión JesuCristo quedó tapado por la nube, que significa: Dios.
Cuando venga el hijo del Hombre o nosotros lleguemos a Él, la nube, el ámbito de Dios nos acogerá, nos cubrirá. Estamos y terminaremos en Dios.
Esta confianza despeja la angustia y nos confiere una gran serenidad en la vida. ¡Cuántas veces repitió Jesús: no tengáis miedo!
La esperanza en el futuro es la serenidad y alegría del presente, porque se acerca nuestra liberación
- se acerca vuestra liberación.
En la situaciones de miedo y angustia, miremos al cielo, a la nube. “Siempre está Dios” que es nuestra liberación.
Jesús, el cristianismo no hurga en el terror, más bien el cristianismo es todo lo contrario: sana la culpabilidad, la depresión y nuestras enfermedades más profundas, nos libera de la muerte.
+ La salida al problema de la libertad – culpa, no está en que se rebajen las leyes y sea más fácil la cosa, sino en no temer y confiar cuando hemos hecho mal uso de la libertad.
+ La solución al problema de la muerte, no está en la resurrección, sino en la confianza en Dios (Bonhoeffer).
+ La salida al absurdo, al vacío está en confiar en el ser.
+ No temáis, confiad.
- Ánimo
Cada cual y todos comenzamos el Adviento como nos pilla la vida personal y comunitaria: Vivamos serán y esperanzadamente. Hemos de activar la esperanza precisamente cuando no tenemos muchos motivos ni ganas.
se acerca vuestra liberación