Narcea y su colección "Mujeres" Un modelo de compromiso cristiano: 'Dorothy Day- periodista, activista social y pacifista', de Terence C. Wright
El autor perfila, con sencillez y maestría, los contornos radicales que enmarcaron la vida y el pensamiento de una de las periodistas católicas más importantes del siglo XX
Dorothy Day (fragmento): "No me convertí con los ojos cerrados. Sabía que la Iglesia tenía mucho pecado dentro. ¿Cómo podría no haber pecado dentro de una Iglesia compuesta por hombres y mujeres?”
Un nuevo título enriquece la ya tan conocida y reconocida colección “Mujeres”, de la editorial “Narcea”, empeñada por vocación y bibliografía en prestarle atención a uno de los colectivos más marginados en la literatura religiosa, dentro de la misma Iglesia, cual es el relacionado con las mujeres. El mismo hecho de tener que justificarse esta circunstancia, es ya señal de discriminación que fuera de la misma Iglesia daría la impresión de ser incomprensible, anticuada y fuera de tiempo y lugar.
De entre los títulos de la citada colección hago mención a “Mujeres en tiempos de transformaciones económicas”, “Nuevas formas de libertad en el siglo XXI”, “Mujeres a favor de la paz”, “Creación artística y mujeres”, “Bellas indomables: mujeres con grandes destinos”, “Mujeres y religión”, “Maternidad: autonomía y dependencia”, “Misión y lugar de las mujeres en la Iglesia”, “Las primeras universitarias en España”, “Madres de personajes famosos”, “Mujeres líderes en política”, “Orígenes del feminismo”, “Mujeres novelistas”, “La increíble suerte de nacer mujer”, “Igualdad bajo sospecha”…
Toda una letanía de títulos avalados con autoridad, sabiduría y reconocimientos universitarios, por muy buenas firmas, equilibradas y sin que se note en demasía afán alguno de revancha entre los sexos, uno y otro, obra de Dios, de la que en el mismo libro del Génesis manifestó estar satisfecho y contento.
A cualquier bibliógrafo, potencial lector de los libros de la colección, no se le ocurrirá pensar que sus destinatarios son tan solo, o fundamente, hombres o mujeres. Para ambos sexos fueron y siguen estando en vigencia sus consideraciones, argumentos y exposiciones de ideas, con la seguridad de que tanto ellos como ellas son, por igual protagonistas de la obra creada por Dios.
Dejo constancia de estas consideraciones, al filo de la publicación del nuevo libro en la citada colección de “Narcea”, con el título de “Dorothy Day- periodista, activista social y pacifista”, del que es autor Terence C. Wright, profesor asociado de Filosofía, y autor de diversas obras sobre las relaciones entre Filosofía y Literatura. Con sencillez y maestría el autor describe y comenta el perfil de los contornos radicales que enmarcaron la vida y el pensamiento de una de las periodistas católicas más importantes del siglo XX.
Puede afirmarse con verdad e inteligencia, que “desde su muerte en 1980, Dorothy Day sigue siendo un modelo de compromiso cristiano con las grandes cuestiones sociales de su tiempo y con la búsqueda de la verdad y la dignidad de la persona humana especialmente de los más oprimidos”
En la página 67, capítulo 5, intitulado “La Iglesia”, refiere nuestra protagonista que “nunca dejó de ver a la Iglesia, como conversa, como a su “Santa Madre”, aunque reconociendo que la mayoría de los católicos de cuna han pasado, o necesitan pasar por una segunda conversión que los una con un amor y una obediencia más profunda y madura… No me convertí con los ojos cerrados. Sabía que la Iglesia tenía mucho pecado dentro. ¿Cómo podría no haber pecado dentro de una Iglesia compuesta por hombres y mujeres?”