Paulinas publica 'El Evangelio del Reino', de Antonio Rodríguez Carmona El Sermón de la Montaña y el candil

La relación establecida entre el Sermón de la Montaña y el candil –“lámpara formada por un recipiente de aceite”- apenas si precisa de explicación alguna en nuestro caso, pura y sanamente bibliográfico. Y esta es la siguiente:

Ediciones Paulinas acaba de publicar un libro con el título de “El Evangelio del Reino”, concretamente en su acreditada colección “Candil Encendido”, con el número 48, con indicación de la charnela que pudiera ser y constituir la “Lectio divina sobre el Sermón de la Montaña”. Consta de 256 páginas, de fácil, cómoda y espaciosa lectura y su autor es Antonio Rodríguez Carmona “sacerdote de la diócesis de Almería” y, por supuesto, contado de los correspondientes títulos universitarios en Teología Bíblica y Filología Bíblica Trilingüe, exprofesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Granada y encargado de los cursos del Nuevo Testamento y Literatura Intertestamentaria”.

La síntesis, y fiel reflejo, del contenido del libro la expresa en estos términos la contraportada del mismo:

“Si pretendemos descubrir cual es el corazón del anuncio de Jesús, tendremos que profundizar en el mensaje de las bienaventuranzas, que marca la identidad profunda del cristiano, para cuya sacrosanta tarea nos presenta el autor , de una manera atrayente, didáctica e instructiva, y siguiendo el método de la “lectio divina”, cada una de sus partes más importantes”

El principal énfasis lo centra en las bienaventuranzas, aunque también analiza el autor, por ejemplo, el sentido de la limosna, de la oración, del perdón al enemigo, de la austeridad de la vida y del desprendimiento, de la convivencia fraterna y servicial en comunidad o de la opción por los más pobres y marginados… En definitiva, la alegre, reconfortante e ilusionadora buena noticia del Evangelio del Reino, es el adoctrinamiento del que es fiel y generoso contenedor este nuevo titulo de Ediciones Paulinas.

En tal tarea-ministerio resulta indispensable contar con un buen candil, Un candil sempiternamente encendido. Y un buen aceite, en su respectiva alcuza o “vasija”. con vocación también sanadora y, a ser posible, de procedencia bética- andaluza con denominación de origen, ya desde tiempos pre-cristianos..

Estos comentarios al tratado sobre todas y cada una de las bienaventuranzas, eje del libro, son de radiante e interpelante actualidad, que contribuyen a fundamentar la autenticidad de lo que es, o debiera ser, la Iglesia.