Para "creer en tiempos de pandemia" "La palabra desencadenada" (Sal Terrae), un libro de sencilla actualidad espiritual
"Su autor, José María Rodríguez Olaizola, jesuita y sociólogo, escribe 'con ojos siempre “abiertos a nuestra sociedad, y que conjuga a la perfección la fe y la vida cotidiana'"
"Significará un inexcusable revuelo, alegato e incitación a la reforma de la Iglesia"
"Un libro importante porque, tal y como están las cosas, las pandemias de cualquier clase y condición serán el marco obligado en el desarrollo de la convivencia propia y ajena"
'La palabra desencadenada. Creer en tiempos de pandemia'
"Un libro importante porque, tal y como están las cosas, las pandemias de cualquier clase y condición serán el marco obligado en el desarrollo de la convivencia propia y ajena"
'La palabra desencadenada. Creer en tiempos de pandemia'
El “Pozo de Siquén” – antiquísima ciudad cananea de Nablus-, le confiere nombre y prestigio de muy altos vuelos a una de las colecciones bibliográficas de mayor relieve de la editorial “Sal Terrae”. El pozo de referencia es bíblico por naturaleza y en él bebieron e hicieron acopio de promesas patriarcales nada menos que Abrahán y Jacob, con alguna que otra mención regia para Abimelec. Sus aguas siguen testificando la promesa de Dios hecha a Abrahán de “concederle un lugar estable donde vivir él y su pueblo…”.
Y precisamente en esta colección de “Sal Terrae”, es decir junto al brocal de aguas tan fecundas, transparentes y con vocación de perpetuidad, es donde se integra el libro que acaba de publicar la editorial con el título de “La palabra desencadenada. Creer en tiempos de pandemia”, con sus 406 páginas y cubierta de Pablo Martín Ibáñez. Destaca el nombre del autor José María Rodríguez Olaizola, jesuita y sociólogo, con ojos siempre “abiertos a nuestra sociedad, y que conjuga a la perfección la fe y la vida cotidiana”. Los títulos de otros libros y su actividad docente así lo refieren con certeza, ciencia, conciencia y mansedumbre.
La historia y el contenido del libro es así de elocuente, sencilla y de amorosa y de sobrenatural actualidad espiritual: “Entre marzo y mayo de 2020 una pequeña capilla en la parroquia de San Francisco de Borja, en Madrid, se convirtió en sede de una gran comunidad virtual. En medio del confinamiento que nos mantenía encerrados, se abrió un espacio de celebración. La Eucaristía diaria se fue convirtiendo para muchos en un lugar en el que acoger el pan, la paz y la palabra, sentirse parte de la comunidad e ir haciendo una lectura creyente de todo lo que nos estaba ocurriendo: la pandemia, el miedo, las muertes, la conflictividad social, la soledad, el servicio… Así pasamos de la Cuaresma a la Semana Santa y de esta a la Pascua. Y todo tenía su paralelismo. La cuarentena, las pasiones que vivimos hoy, o la búsqueda del Resucitado cuando no parece evidente”.
"Todo tenía su paralelismo. La cuarentena, las pasiones que vivimos hoy, o la búsqueda del Resucitado cuando no parece evidente"
El libro ofrece la redacción de cuantas homilías y poemas fueron recitados en las aludidas celebraciones, que de esta manera “se convierten en memoria, en acción de gracias y en motivo para seguir profundizando en la fe".
Los textos están avalados por sus respectivos autores y estos, además del citado José María Olaizola, son los también jesuitas Pablo Guerrero, Daniel Villanueva, José Ramón Busto, Seve Lázaro y Antonio España. De las “vidas y milagros” doctorales, profesorales, pastorales y al servicio a la Iglesia “en salida” y con actitudes y fórmulas sinodales, de tales “colaboradores de “La palabra encadenada”, sería preciso redactar otro nuevo libro, también de peso y contenido espiritual, científico, bíblico y con santa y muy acentuada proyección hacia los problemas que definen nuestro mundo, para los que el evangelio habrá de ser respuesta acertada y cabal. Son ejemplos de homilías.
En la historia de la Iglesia actual, y más en la que llama ya con insistencia y santa impaciencia a las puertas “mundanales” y “sobrenaturales”, este libro significa y significará un inexcusable revuelo, alegato e incitación a la reforma y a la renovación tan necesaria para la institución y la vivencia eclesiales. Y no solo en cuanto a la presentación de los temas, sino además en relación con los procedimientos y técnicas de las que hace uso.
En los tiempos que vivimos, y que vivirán quienes nos sucedan en la creencia y en el ejercicio de la fe, de la caridad y de la esperanza, la liturgia, por ejemplo, vigente con sus cánones, colores, signos, símbolos, mitras, olores a incienso y presencia física de los “fieles cristianos”, se convertirá en recuerdos pasados, añorados por algunos, pero con fervientes deseos de ser olvidados por muchos, por considerarlos huecos y sin sentido, carentes de veracidad y sobrados de magnificencias y solemnidades propias de una “función”- espectáculo, pero no de una misa y de un acto de adoración a Dios.
Un libro importante para “creer en tiempos de pandemia”, es decir, siempre, porque tal y como están las cosas, las pandemias de cualquier clase y condición serán el marco obligado en el desarrollo de la convivencia propia y ajena, lo mismo civil que religiosa.