Estudio teológico sobre "El verdadero pensamiento de Pablo" Alfonso Pérez Ranchal: "Tras 'la revolución de Sanders', pensamiento paulino 'según Wright'"
"El anglicano N.T. Wright es uno de los mayores especialistas que hay del Nuevo Testamento y, en particular, de la figura del apóstol Pablo. Cuando en 1997 escribió el presente libro ya llevaba más de dos décadas estudiando su figura"
"Supongo que para tanto predicador que lleva toda la vida hablando como si Dios lo hiciera por su boca esto puede ser un auténtico problema, porque, ¿y si Wright tiene razón? ¿Se ha equivocado el Espíritu Santo durante todo ese tiempo?"
| Alfonso Pérez Ranchal
El anglicano N.T. Wright es uno de los mayores especialistas que hay del Nuevo Testamento y, en particular, de la figura del apóstol Pablo. Cuando en 1997 escribió el presente libro ya llevaba más de dos décadas estudiando la persona y el pensamiento del apóstol de los gentiles. Su tesis doctoral la realizó sobre la carta a los Romanos y también había escrito un comentario tanto a Colosenses como a Filemón… y todo ello sin hablar de los artículos escritos para revistas especializadas.
Este volumen es el resultado de sus muchas clases sobre Pablo junto a una serie de conferencias dadas en diversos lugares. Estas conferencias están aquí recogidas y debidamente arregladas y, sin duda, el resultado es una magnífica introducción al pensamiento paulino «según Wright», y que después plasmaría en una obra muchísimo más extensa (1 700 páginas en la edición original) llamada Paul and the Faithfulness of God.
El autor nos dice que conocer los pensamientos de un escritor es algo bastante complicado y en muchas ocasiones a lo más que se puede llegar es a una aproximación. En cuanto a Pablo, el tratamiento que ha tenido en el siglo XX sin duda ha dado algunos buenos resultados, pero estos avances conseguidos se han visto opacados por los desastrosos resultados en otros aspectos.
¿Y cuál es el contenido esencial de un libro con un título al que alguno podría tachar de demasiado «atrevido»? El mismo parte del enorme redescubrimiento que realizó E. P. Sanders y que marcó una época, un punto de inflexión en la investigación sobre Pablo. E. P. Sanders es el erudito que más ha influido, con enorme diferencia, en los especialistas del presente. Tanto es así que para aludir a esta repercusión se la conoce como «la revolución de Sanders». Esto es reconocido incluso por aquellos que no están de acuerdo con él, y se puede decir que muchos de los libros escritos antes de su propuesta son considerados en la actualidad como anticuados o desfasados. Su obra más importante en este sentido fue Paul and Palestinian Judaism de 1977.
Sanders no partió para su estudio tan solo de las fuentes rabínicas, sino que se abrió a un marco más amplio para contemplar el judaísmo palestino en su pluralidad y en su diversidad literaria, y así incluyó los Rollos del Mar Muerto, los escritos apócrifos, los pseudoapócrifos, los sapienciales y otros.
Desde aquí presentó su postulado esencial que era la negativa a aceptar por errado lo que a través de las épocas se había creído sobre el judaísmo del tiempo de Pablo: una religión legalista basada en que la persona podía ganar su salvación si realizaba suficientes obras. Por tanto, Pablo no estaría combatiendo este tipo de religión que bien parece una variante pelagiana en donde el esfuerzo personal desembocaba en la justificación y en la salvación.
Sanders sostenía que «En el judaísmo, guardar la ley siempre ha funcionado íntimamente unido a la idea de pacto. Dios tomó la iniciativa, cuando hizo un pacto con el judaísmo; la gracia de Dios precede a cualquier cosa que puedan hacer los humanos (especialmente los judíos). El judío guardaba la ley porque está agradecido a la gracia de Dios -no para entrar en el pacto, sino para mantenerse en el pacto. Estar en el pacto es regalo de Dios» (p. 26).
Esto fue un golpe para la idea tradicional, ya que además significaba que el judaísmo era una religión válida. Los cristianos la deberían tratar con más respeto. Lo que entonces Pablo estaría denunciando en algunas de sus cartas, según Sanders, no era lo equivocado que estaba el judaísmo, sino cuando desde el mismo se enfrentaba al cristianismo con su novedad del mesías Jesús. Además, Pablo había sido transformado en el seno del cristianismo, por lo que para él este tenía algo esencial que al judaísmo le faltaba.
Esta revolución tuvo respuestas diferentes. Una de ellas fue la oposición y el rechazo hostil que encontró en los ambientes más conservadores cuando comenzaron a esforzarse «… por rehabilitar la vieja visión del judaísmo como forma de protopelagianismo, y la vieja lectura de Pablo como predicador de la justificación por la fe, como medio de salvación que anula el esfuerzo humano (“obras de la ley”)» (p. 27).
Dice Wright sobre la tesis central de Sanders: «yo no creo que se llegue a refutar lo que él defiende; es más, no creo que se pueda hacer. Para ello se requieren serias modificaciones, pero creo que su argumento base ya está establecido» (p. 27). Para exponer con más detalle esta «nueva» perspectiva de Pablo, con los énfasis, apuntes y desarrollos que nuestro autor cree necesarios, es a lo que va a dedicar el resto del libro.
Para aligerar esta reseña he creído pertinente presentar el pensamiento central del libro sin necesidad ahora de entrar en detalles sobre el contenido de cada capítulo. De todas formas, será útil apuntar al menos el título de cada uno de ellos observando cómo están perfectamente pensados y en donde al final de cada uno Wright lo conecta de forma natural con el siguiente.
Capítulo 1. Aproximaciones al pensamiento de Pablo
Capítulo 2. Saulo el perseguidor, Pablo el converso
Capítulo 3. Heraldo del Rey
Capítulo 4. Pablo y Jesús
Capítulo 5. Buenas Nuevas para los paganos
Capítulo 6. Buenas Nuevas para Israel
Capítulo 7. Justificación e Iglesia
Capítulo 8. La humanidad renovada de Dios
Capítulo 9. El evangelio de Pablo en sus días y en nuestros días
Capítulo 10. Pablo, Jesús y los orígenes cristianos
En realidad llamar nueva perspectiva de Pablo a este enfoque no es correcto, sencillamente se trata de la perspectiva original y por ello sería mejor hablar de redescubrimiento. Si la justificación por la fe estuvo escondida por mucho tiempo hasta la Reforma (y esto lo digo apuntado a que esta declaración necesitaría algunas matizaciones), esta a su vez dejó sin su verdadero significado el concepto de Evangelio y lo que pretendía decir el apóstol precisamente con «justificación», y en todo ello el lugar que ocupa la fe. Y es que como se suele decir de «aquellos polvos vienen estos barros».
Supongo que para tanto predicador que lleva toda la vida hablando como si Dios lo hiciera por su boca esto puede ser un auténtico problema, porque, ¿y si Wright tiene razón? ¿Se ha equivocado el Espíritu Santo durante todo ese tiempo? ¿Qué les dirán ahora a su congregación? Posiblemente esta sea una de las razones por las que la propuesta de Wright ha encontrado tanto rechazo en el sector más conservador, un rechazo automático como mecanismo de defensa. Por supuesto algunos «papas» del otro lado del charco han declarado hereje a nuestro autor.
Este anglicano es un erudito y se le nota. En un libro como este de 200 páginas hay tantas ideas acertadas, tantas otras tan solo apuntadas y que prometen, que el interés y la lectura fructífera se mantiene en cada una de ellas. Por ello es que perspectivas y posicionamientos como el presente son tan necesarios en unos momentos en donde la teología parece que está moribunda. Y es que una teología viva y renovada tiene implicaciones muy serias sobre las iglesias y el impacto de ellas en su entorno. Esto se traduce en aptitudes y acciones a favor del prójimo, en la lucha por la justicia social, en la propia libertad del cristiano e incluso el respeto debido a la naturaleza. Todo ello se desprende de lo que aquí se llama teología del pacto y de lo que en el siglo I significaba el vocablo técnico evangelio tanto en el contexto del judaísmo como en el romano.
"Perspectivas y posicionamientos como el presente son tan necesarios en unos momentos en donde la teología parece que está moribunda"
Una teología de esperanza que nos llama a disfrutar de todo lo bueno que Cristo nos ha dado por cuanto Él es el Señor de todo, y de un llamado a que entre los cristianos nos consideremos como parte de la misma familia con un lugar preparado para todos nosotros en la mesa de nuestro Padre. Una teología basada en el respeto, la amistad y la lucha por los valores cristianos que son los que tienen poder para cambiar este mundo. Todo esto y más se incluye en la propuesta y recomendación de lectura que le hago a todo lector que amablemente le haya dedicado algunos minutos de su tiempo a esta reseña. Como podrá comprobar es una propuesta de lo más atrayente.
«Cualquier persona que haga referencia al cristianismo debe tenerle en cuenta; ahora bien, también puede, y de hecho así es, abusar de él, malinterpretarle, imponerle categorías propias, hacerle las preguntas equivocadas y cuestionar por qué no da una respuesta clara, e incluso puede tener la poca vergüenza de utilizar material suyo con fines con los que Pablo nunca habría estado de acuerdo» N. T. Wright