Liturgia del 29º DOMINGO ORDINARIO 2024 DOMUND (B)

Comentario inicial de Jairo:


Hoy nos vuelve a saltar, COMO UNA PEDRADA, el Evangelio machacado por los llamados "elegidos", "doctores" y "líderes" de la Iglesia. Es decir, los llamados herederos de los apóstoles y guías del Pueblo.

¿Qué dice el Evangelio? «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».

Pues la Historia de nuestra Iglesia demuestra que no solo han esclavizado al Pueblo y han apostatado sino que se han erigido en "representantes del mismísimo Dios" y han usurpado su poder para tiranizar a los creyentes e, incluso, confundirlos con sus "incoherencias", contrarias a la razón, don supremo del Creador.

Pero ahí siguen empinados en sus torres de marfil y vestidos de colorines para que se vea bien su supremacía y dominio. Ya sé, ya sé.... Todo es por buena voluntad, por el bien del Pueblo creyente, para que no se descarríe y se disgregue... Pero de eso no dice nada el Evangelio de hoy.
Que los llamados a SERVIR lo que hayan hecho es "apropiarse del poder de Dios" para imponerse y someter, me parece tal contradicción que no me extraña que muchos salgan corriendo...

Menos mal que existen MISIONEROS que han entendido eso de SERVIR y se han especializado en limpiar sudores, alentar, acompañar, abrazar y en ocasiones dar de comer y limpiar culos y llagas. ¡Os bendigo con las dos manos!

29º DOMINGO ORDINARIO 2024 DOMUND (B)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.


MONICIÓN DE ENTRADA


Nos encontramos en una nueva Jornada del Domund. En el mensaje del Papa Francisco de este año, estar “en salida” se define como “ir a los cruces de los caminos e invitar a todos los que encontremos”. La eucaristía tiene esa finalidad, invita, exhortar, proponer para vivir lo que hemos recibido de Jesús, el Misionero del Padre.

Como los misioneros a quien hoy tenemos presentes que nosotros también sepamos ser servidores de los demás, como nos pide Jesús en el evangelio de hoy.


ACTO DE RECONOCIMIENTO


Muchas veces estamos ciegos a la presencia de Dios en nosotros, a los dones y cualidades que nos ha dado, acogemos ahora su perdón ETERNO y le damos gracias por ellas comprometiéndonos a ponerlas al servicio de la misión que Jesús nos encomienda.


Queremos vivir el don de la PAZ cultivando cada día nuestra paz interior y construyendo con los hermanos la paz en nuestros ambientes y en el mundo. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR


Queremos vivir el don de la ALEGRÍA,  la alegría interior de sentirnos amados y acompañados por Ti nuestro Padre, y la alegría de compartir la vida con los hermanos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR


Queremos comprometernos a vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y ayudando a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.


Dios Padre amoroso TIENE siempre misericordia de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.


GLORIA


Gloria a Dios en el cielo…

Tú que quitas el pecado del mundo,   TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...

Tú que quitas el pecado del mundo,   TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS…

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,  TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS…


ORACIÓN COLECTA


Señor, Jesús. Tú conoces nuestro corazón y nuestros sentimientos; Tú viniste a la tierra para abrirnos tu corazón y entregarnos tu vida entera. Nosotros te aceptamos y creemos en Ti, pero nos cuesta conocerte de verdad. Nos quedamos con los actos piadosos, y con mantener costumbres heredadas, y continuamos con nuestra fe de niños.

Queremos acercarnos a Ti, y conocerte tal como eres. Queremos seguir tus enseñanzas y tu ejemplo, así como el ejemplo de tantos misioneros que te hacen presente en el ancho mundo. Con el impulso de tu Espíritu lo haremos. Amén


Lectura de la carta a los Hebreos (4,14-16):


Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno.


Salmo 32


R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.


Que la palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra. R/.


Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»

Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»

Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»

Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»

Contestaron: «Lo somos.»

Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.»

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»


HOMILÍA

Como ya indiqué en otras ocasiones, para comprender el mensaje de un texto bíblico tenemos que tener en cuenta cuando fue escrito, cómo y qué pretendía el escritor en ese momento.

Por ejemplo: En el pasaje evangélico de hoy cuando Jesús dice: “El Hijo de hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir, y dar su vida...”, el término utilizado por el evangelista es “psyche” que no significa exactamente vida biológica (“bios”), sino lo humano, la persona.

“Dar la vida” no significa morir (como se interpreta erróneamente muchas veces) sino poner su humanidad al servicio de los demás mientras vive. Que es lo que hizo Jesús toda su vida, y pide a sus discípulos que hagan lo mismo.

El evangelio nos dice, por activa y por pasiva, que el cristiano es un ser para los demás. Si no hemos comprendido esto estamos muy equivocados y nos estamos dejando llevar por una “tradición de barro” que no nos sirve para nada salvo para justificarnos y tranquilizar nuestra conciencia, diciéndonos que  cumplimos con normas y ritos, de los que Jesús siempre huyó.  Somos cristianos en la medida que nos damos a los demás. Dejamos de serlo en la medida que nos aprovechamos de ellos, de cualquier forma, para estar por encima de ellos o utilizarlos.

Hoy celebramos el Domund, con el lema, elegido por el Papa Francisco, “Id e invitad a todos al banquete”

Empecemos por el final,  banquete: una de las cosas que más repetimos los seres humanos son los banquetes, hemos terminado el verano tiempo de fiestas, tiempo de banquetes; ahora en el otoño y el invierno tendremos también fiestas gastronómicas como los “magostos” o las “matanzas”.

Será por esto que Jesús cuando nos habla de la Vida eterna lo hace comparándola con un banquete, es decir, algo alegre, feliz, dichoso. Pero Jesús no se refiere solo al banquete final sino también al banquete de la fraternidad, de la solidaridad, de que todos se sientan felices. Y eso debe ser también la Eucaristía, aunque la hayamos convertido muchas veces en un rito aburrido y triste.

Por ello nos choca, y debería motivarnos, cuando los misioneros nos hablan de que las eucaristías, en los sitios donde ellos trabajan, duran horas, con bailes, cantos, participación activa de todos, es decir son una verdadera fiesta. Decía que debía  motivarnos para recuperar el sentido festivo de la Eucaristía, del encuentro entre los que creemos y compartimos una misma fe, que nos sentimos unidos entre nosotros y con Jesús nuestro hermano y Maestro. Sentirnos motivados a participar con ganas en los cantos, en las lecturas y en hacer de nuestras misas una verdadera fiesta.

Pero la eucaristía no termina con el “podéis ir en paz” sino que ahí comienza de algún modo, ahí somos enviados, ID, en este “id” estamos todos incluidos, porque por el bautismo todos somos “sacerdotes”, es decir, testigos de lo que vivimos y creemos, todos implicados en la misión de la Iglesia de dar testimonio del evangelio de Jesús, de transmitir sus valores; de invitar a todos a formar parte de esa gran fraternidad universal que nos propone Jesús. Esta es la auténtica religión que debemos vivir y practicar.

Recordemos las palabras del Papa Francisco en la Evangelii Gaudium: “Somos enviados a anunciar el Evangelio a todos y no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría”. Y esto con nuestras palabras y obras, “sirviendo” como nos pide Jesús en el evangelio de hoy.

La misión universal requiere el compromiso de todos. Por eso es necesario continuar el camino hacia una Iglesia al servicio del evangelio, completamente sinodal y misionera (no olvidemos que se está celebrando en Roma la segunda sesión del sínodo de la sinodalidad).

Tenemos el ejemplo impagable en los misioneros, que dedican sus vidas a “servir” en tantos países del mundo, con la gente más humilde, anunciando el evangelio y mejorando la vida de tantas personas. Unámonos a ellos en la oración agradeciendo a Dios su entrega, colaborando con nuestra aportación económica para ayudarles en sus obras de promoción humana, y tomando conciencia de nuestro compromiso de ser misioneros aquí en nuestros ambientes haciendo visibles con nuestra vida los valores del evangelio.


CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?

Todos. Sí, Creemos.


ORACIÓN UNIVERSAL


La lectura de Marcos es una buena noticia e invitación a nuestro mundo, nuestra Iglesia y nuestra propia vida  para revisar todo lo que hemos construido para justificar nuestros roles, dignidades y poderes. Oremos.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.

• Queremos una Iglesia amiga de los desheredados, comprometida en el servicio desde una postura de amor fraterno.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.

• Queremos ser la comunidad del Reino donde busquemos seguir a Jesús sirviendo, entregándonos y no buscando ocupar puestos de poder.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.

• Queremos comunidades educativas que favorezcan el crecimiento personal recordando la llamada y responsabilidad a la unidad en hermandad y diversidad.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.

• Queremos gobernantes generosos, vocacionados, servidores y defensores de los más débiles y desfavorecidos.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.

• Queremos despertar nuestra fe y nuestro compromiso como seguidores de Jesús, ser puentes de vida, dignidad, paz y justicia.

Tu eres Señor nuestra fortaleza.


Queremos tener presentes a tantos misioneros y misioneras que en países lejanos anuncian tu amor y tu presencia, y abren caminos de justicia y solidaridad.


Tu eres Señor nuestra fortaleza.

Padre bueno, queremos ser gesto que enriquece, palabra que alienta, restaura y sana, camino de bienestar y paz para los demás. Te damos las gracias por la entrega total por amor de tu hijo Jesús, nuestro hermano y maestro. Que vive por los siglos de siglos. Amén


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso

El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA… 

ORACIÓN OFRENDAS

Junto con las ofrendas del pan y vino, ofrecemos hoy nuestras vidas de creyentes: creyentes que seguimos en la Iglesia, y que dudamos en los cambios; creyentes que tenemos miedo a perder nuestra fe, y seguimos como fanáticos las costumbres; creyentes que queremos conocer de verdad a Jesús y seguirlo en su camino de entrega y servicio. PJNS


PREFACIO


El Señor ESTÁ con vosotros…

Levantemos el corazón…

DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…


Gracias, una vez más, Padre,

por haberte manifestado en Jesús de Nazaret,

que pasó por este mundo haciendo el bien

y haciéndolo todo bien.


Es tu humana encarnación,

por eso, conociéndole, te conocemos a Ti,

siguiéndole, hacemos causa común contigo

para la implantación de tu Reino.


Asumimos el fuerte compromiso de imitarle,

aunque nos lo han puesto difícil.


A Jesús lo vemos siempre liberando de ataduras

a los que se le acercan,

ayudando a los más necesitados,

interesándose por los pobres y oprimidos

conviviendo con todos, sin acepción de personas,

valorando el corazón de cuantos se le acercan,

predicando la supremacía del hombre frente a la norma y frente a la tradición.


Jesús no se arredró ante las amenazas

y siguió adelante con su misión.


Por todo ello

nos alegra el alma decir en tu honor este himno de gloria.

SANTO, SANTO, SANTO…


CONSAGRACIÓN y PLEGARIA


Nosotros creemos en Jesús Resucitado

y creemos en Ti Padre.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.


El mismo Jesús antes de su Pasión y muerte

se sentó a la Mesa con sus discípulos,

tomó un pan te dio gracias

y se lo repartió diciendo:


Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por vosotros. 


Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo: 


Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

Sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

Haced esto en conmemoración mía.

Éste es el Sacramento de nuestra fe.


Este es el buen testimonio de la vida de Jesús.

Tú, Padre, nos envías tu Espíritu,

para poder vivir como él.


Hemos llenado este mundo de calamidades,

tenemos que aceptarlo,

nuestro primer deber es abrir los ojos

y no mirar para otro lado.


Cerca y lejos, en todas partes,

muchos hermanos están pasando hambre,

o sufriendo violencia, rechazo

y marginación


No podemos contentarnos, Dios y Padre nuestro,

con rezarte cada domingo.

Tenemos que provocar la alegría y sembrar esperanza,

solucionando los problemas reales

de los que sufren injusticias y pobreza.


Tiene que conmovernos el alma,

 y que nos salga de dentro ayudarles.


Te damos gracias, Señor,

porque inspiras y motivas a mucha buena gente

que luchan por tu Reino en parroquias, misiones y ONGs.

Sabemos que tú los animas para  que 

no se sientan cansados y no desfallezcan.


Unidos al Papa, a nuestro Obispo

y demás Pastores de la Iglesia,

y a la gran comunidad universal

que desea y espera un mundo más justo y solidario.


Unidos también a...

y nuestros amigos, familiares y miembros 

de nuestra comunidad 

que ya están contigo  en el Cielo


Y junto con María nuestra madre, su esposo san José,

los apóstoles, los santos 

y todas las personas de buena voluntad

brindamos en tu honor  y

en la esperanza de hacer posible entre todos, el mundo nuevo que anhelamos.

Por Cristo, con él y en él…


PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo

TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen


CORDERO DE DIOS

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL


Animados, Señor, por tus palabras y alimentados con tu vino y pan, queremos trabajar para que tu Evangelio no se quede en buenas palabras, sino en algo real: Queremos hacer un mundo nuevo, sin hambre, sin violencia, sin odios y guerras. Queremos trabajar por un mundo donde todos puedan vivir en paz, siguiendo el ejemplo de tantos misioneros que comparten su vida con los últimos. Con el impulso de tu Espíritu que nos das a manos llenas. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.


BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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