Liturgia del 12 DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.

MONICIÓN DE ENTRADA


A los cristianos, cuando somos bautizados, no se nos hace un seguro de vida. Es decir; no se nos garantiza que por el hecho de serlo, vayamos a estar exentos de dudas y de batallas, de dificultades y de tormentas.


Jesús, que era el Señor, no vivió ajeno a ellas, los discípulos tampoco y ¿nosotros? Posiblemente si analizamos nuestra propia historia, encontraremos enseguida situaciones tormentosas. Momentos en los que hemos sentido que el mundo (la familia, el matrimonio, el sacerdocio, la profesión, etc.) se nos iba entre las manos, se abría en mil fisuras bajo nuestros pies.


A los que nos decimos amigos de Jesús, no nos deben de asustar las tormentas, ni las del mundo ni las de la Iglesia. Y no nos debe de asustar porque, entre otras cosas, Jesús va a nuestro lado. 

Por ello hoy una vez más, y con fuerza, reafirmemos nuestra adhesión y unión con Jesús y nuestra fraternidad.

ACTO DE RECONOCIMIENTO


En las tormentas y dificultades de la vida es cuando deben brillar nuestros dones y cualidades. Por eso empezamos la celebración dando gracias a Dios Padre por ellas y comprometiéndonos a vivirlas en nuestra maduración personal y en el servicio a los demás.


Nos has dado Padre el don de la INTELIGENCIA para que a través de ella te conozcamos a Ti, nos sepamos conducir por la vida ordenadamente y construyamos juntos un mundo fraterno. Nos comprometemos a cultivarla para que sea nuestra guía y la podamos poner al servicio del bien común.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.

Nos has dado Padre el don de la SENSIBILIDAD para descubrir tu presencia en todas las cosas bellas que has creado, para estar atentos a los demás y poder ayudarles. Nos comprometemos a dejarnos sentir toda la bondad que has derramado en este mundo.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.


Nos has dado Padre el don del AMOR. Nos comprometemos a cultivarlo siendo amables, cariñosos y serviciales con todos, en especial con nuestras familias.


NOS COMPROMETEMOS SEÑOR


Dios Padre Amoroso TIENE misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos guía de su mano a la vida eterna. Amén.

GLORIA


Gloria a Dios en el cielo….


Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...


Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS


Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS

ORACIÓN COLECTA


Señor, Tú nos enviaste a tu Hijo Jesús al mundo. Él supo enfrentarse a los problemas y dificultades. Él nos enseñó a ser fuertes ante los peligros, y nos enseñó a dominar al mal. Nos ayudas a ser fuertes, pero no orgullosos, a vivir unidos como hermanos, a colaborar para que nuestra vida transcurra feliz y en calma. PJNS

Lectura del libro de Job (38,1.8-11):


El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: «Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas»?»

Salmo 106


R/. DAD GRACIAS AL SEÑOR, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA


Entraron en naves por el mar,

comerciando por las aguas inmensas.

Contemplaron las obras de Dios,

sus maravillas en el océano. R/.


Él habló y levantó un viento tormentoso,

que alzaba las olas a lo alto;

subían al cielo, bajaban al abismo,

el estómago revuelto por el marco. R/.


Pero gritaron al Señor en su angustia,

y los arrancó de la tribulación.

Apaciguó la tormenta en suave brisa,

y enmudecieron las olas del mar. R/.


Se alegraron de aquella bonanza,

y él los condujo al ansiado puerto.

en gracias al Señor por su misericordia,

por las maravillas que hace con los hombres. R/.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,14-17):


Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos. Por tanto, no valoramos a nadie según la carne. Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no. El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-40):


Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»


Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.


Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿No te importa que nos hundamos?»


Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»

El viento cesó y vino una gran calma.


Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»

Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

HOMILÍA


<< Había una vez un pueblo en un monte, lejos de la ciudad, donde los oficios se heredaban de la familia: el hijo del panadero aprendía a hacer pan, el hijo del herrero aprendía a trabajar el metal. Y en el pueblo no faltaba nada, porque tenían cantero, carnicero, médico… y hasta relojero. Sí, en el pequeño pueblo había un relojero, hijo, nieto y biznieto de relojeros, arreglaba y mantenía los relojes de todos sus vecinos, y por supuesto, el enorme reloj de la torre de la iglesia.


En aquel pequeño pueblo, todos cooperaban y se sentían útiles y necesarios. De esta forma, no había problema que no pudiera solucionarse.


Pero un día llegó un mensajero con una carta para el relojero, donde le informaban que había heredado una gran vivienda en la ciudad. Y entonces cogió a toda su familia y se marchó a la ciudad.


Todos en el pueblo vivieron la marcha del relojero con ansiedad. ¿Qué pasará ahora con nuestros relojes? se preguntaban todos.


No hacían más que mirar su reloj a todas horas, para comprobar que aún funcionaba. Y al cabo de unos días, cuando vieron que en realidad no pasaba nada, respiraron tranquilos.


– Uff… Tampoco era tan importante el relojero- se decían- Los relojes funcionan solos…


Y así pasó el tiempo y vivían todos tranquilos sin echar de menos al relojero. Hasta que un día a uno de ellos se le cayó al suelo el reloj y empezó a retrasarse.


Al principio, el hombre lo volvía a poner en hora cada cierto tiempo, pero al ver que siempre terminaba retrasándose, se dio por vencido, y lo guardó junto con otros objetos inservibles en un cajón. Y esto mismo les fue pasando a todos en el pequeño pueblo, pues los relojes comenzaron a retrasarse. Y todos hicieron lo mismo: guardarlos en un cajón. Todos, menos una persona, que tenía especial cariño por ese reloj y a pesar de que se retrasaba varias veces al día, él seguía poniéndolo en hora una y otra vez, uno y otro día, fijándose bien en la hora que marcaba el reloj de la torre de la iglesia.


Un día, después de algunos años, el relojero volvió al pueblo, con toda su familia. Los niños, ya mayores, y él mucho más experto.


– Echaba de menos este pueblito- dijo el hombre- En la ciudad todos son prisas y no se puede vivir bien…


Todos se pusieron muy contentos del regreso del relojero, y fueron corriendo a por sus relojes, arrinconados durante tanto tiempo en fríos y oscuros cajones. Pero el relojero no pudo hacer nada ya por ellos. El engranaje se había oxidado al estar parado tanto tiempo y oculto en un lugar tan húmedo y oscuro. Ya no tenían solución… Menos uno. Hubo un reloj que sí pudo arreglar. Le bastó centrar una de las manillas y limpiar bien el engranaje: el reloj de la única persona que había seguido dando cuerda a su reloj estropeado. Él sí consiguió recuperarlo >>.


Amigos la fe es como un reloj. Si la cuidamos, si la atendemos y la ponemos “en hora”, es decir, la vivimos cada día en la oración: encuentro íntimo con el Padre que nos habita; en la ayuda y colaboración con los demás, en las celebraciones en las que la avivamos y reforzamos juntos, entonces, aunque pueda debilitarse por las tormentas de la vida, por no ver los frutos de la siembra (que recordábamos el domingo pasado), o por otras causas, siempre podrá arreglarse, el relojero podrá ponerla en marcha de nuevo. 


Pero si la abandonamos, mejor, si nos abandonamos, si no la cultivamos cada día, si vivimos con superficialidad, sin cultivar nuestra espiritualidad nuestro contacto con el Padre-savia vital que nos impulsa, entonces no se podrá recuperar.


No obstante recordemos lo que Jesús nos muestra en el episodio de hoy: Puede parecer que las tormentas de la vida nos vencen. Que el mal, interior y exterior, el sufrimiento, la enfermedad, el miedo, las injusticias nos zarandean y nos vencen. Pero Jesús está en la barca -en la vida- con nosotros y nos ayuda a vencer todo eso.


Solo nos pide una cosa: que confiemos en él, que continuamente nos está diciendo “ÁNIMO, NO TEMÁIS”.


Que las circunstancias adversas y gozosas de la vida nos ayuden a afianzar nuestra fe en Jesús.

CREDO


SACERDOTE.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

TODOS.- SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?

TODOS.- SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?

TODOS. SÍ, CREEMOS.


SACERDOTE: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?

TODOS. SÍ, CREEMOS.

ORACIÓN UNIVERSAL


Hermanos, las duras condiciones en las que viven muchas personas hoy, tantos países en guerra y tantos tipos de violencia van creando un ambiente de desesperanza bastante generalizado. Oremos.


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


• Necesitamos una Iglesia que no tema perder seguridades y privilegios; se ocupe en acoger y discernir los signos de los tiempos que necesitan y reclaman un mensaje que ensanche el horizonte y libere toda vida.


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


• Necesitamos comunidades de fe empeñadas en la práctica por el Reino, en la acción siempre cerca del pueblo pobre y marginado; y el anuncio de un Dios que nos ama y libera.


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


• Necesitamos creyentes audaces, valientes, sin miedo a lo nuevo, al cambio: que busquen la verdad y sean Buena Noticia en el mundo hoy.


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


• Necesitamos hombres y mujeres sin miedo a la libertad, al compromiso, al riesgo, a la toma de decisiones que supone ir a contracorriente y que sean voz de quienes no tienen voz.


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


• Necesitamos voluntarios y voluntarias que quieran romper soledades, escuchar el dolor de tantos y tantas; acompañar en hospitales y residencias; servir en comedores…


QUEREMOS SER CONSTRUCTORES DE UN MUNDO MÁS JUSTO


Padre bueno, nuestra fe tiene mucho de audacia y de coherencia; es esperanza, interés y atención a los necesitados y excluidos de este mundo. Amén


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso

El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA… 


ORACIÓN OFRENDAS

Junto con el pan y el vino, ofrecemos hoy nuestras vidas. Vidas cansadas y fatigadas, pero vidas llenas de confianza, dispuestas a seguir luchando en favor de nuestros hermanos. Vidas llenas de confianza en Dios, porque después de la tempestad y la zozobra, siempre viene la serenidad y la calma. PJNS

PREFACIO


El Señor ESTÁ con vosotros…

Levantemos el corazón…

DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…


Nos atrevemos, Señor, a dirigirte esta oración

con humildad, reconociendo quiénes somos,

pero con la confianza de saber que eres nuestro Padre.


Un día más, también hoy, queremos 

bendecir tu nombre.

Nos duele el poco caso que 

habitualmente te hacemos.


Deberías ser centro constante de nuestra atención.

Es justo que respondamos con cariño 

a tu infinito amor.


Nuestra oración no puede consistir

en pedirte gracias y dádivas,

cuando vemos que peligra nuestra frágil barca.

Nuestra plegaria ha de ser una pura 

acción de gracias

por todo lo que ya nos has dado

y por el misterio de tu presencia en nosotros.


Queremos proclamar ahora ante el mundo

que eres bueno,

que eres santo y Dios nuestro,

santo y Señor de la tierra y del cielo,

que nos acompañas siempre y 

estás presente, Padre,

en nuestras luchas y afanes,

en nuestra decisión de acrecer tu Reino,

dentro de nosotros y por rebosamiento en el mundo.


SANTO, SANTO, SANTO


CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA

Sólo el que sabe admirar la Creación,

a la luz de la confianza en Ti,

puede descubrir la bondad y la grandeza

de que están llenas todas las cosas.


Sólo los sencillos de corazón,

los que no ceden ante el dinero y el poder,

los que no se dejan aplastar por el placer,

son capaces de ver este mundo como 

obra de tus manos

y darse cuenta de que Tú estás en toda la Creación,

sobre todo dentro de nosotros.


Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros

en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.


Jesús, antes de pasar de este mundo al Padre,

quiso dar a sus amigos la prueba suprema 

de su amor.

Sentado a la Mesa con sus amigos,

tomó pan en sus manos, lo bendijo,

y se lo repartió , diciendo…


TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,

PORQUE ESTO ES MI CUERPO,

QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.


Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:

TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,

PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,

SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,

QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS

Y POR TODOS LOS HOMBRES

PARA ILUMINAR VUESTRAS VIDAS.

HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.


ÉSTE ES EL SACRAMENTO DE NUESTRA FE.


Por eso, Padre de bondad,

celebramos ahora

el memorial que Jesús nos encargó,

y proclamamos la obra de tu amor:

Cristo, tu Hijo, a través del servicio 

y la entrega de su vida

ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha. 


Señor, Padre de misericordia, derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.


Fortaleces a tu pueblo con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y nos renuevas  a todos a su imagen.

Derramas tu bendición abundante sobre el Papa Francisco, sobre nuestro Obispo N… y sobre todos tus hijos.


Para que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio; preocupándonos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y mostrándoles así el camino de la salvación.


Gracias una vez más porque

has acogido en tu casa del Cielo 

a nuestros hermanos difuntos ...

todos nuestros familiares, amigos

y fieles difuntos de esta Comunidad 


Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación

para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,

en la feliz compañía de tu hijo Jesús, 

unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José

a los apóstoles, a  los santos y a todas las personas

de buena voluntad diciendo


POR CRISTO CON ÉL Y EN ÉL…

PADRENUESTRO


PADRE y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


TÚ NOS DAS HOY

nuestro pan  de cada día.


TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

a los que nos ofenden.


No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen

CORDERO DE DIOS

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS LA PAZ


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.


ORACIÓN FINAL


Gracias Padre, por los días de sol y los nublados y tristes. Por las tardes tranquilas y las noches oscuras. Por las penas y alegrías. Por todo lo que nos das cada día. Por las personas que nos acompañan y nos hacen agradable el camino. Por el pan y el colegio; por el trabajo y los estudios. Por el techo y el lecho que nos das cada día. Gracias Dios Padre porque siempre estás a nuestro lado, y nunca nos abandonas. Por todo esto y por mucho más gracias. Y te decimos desde el fondo de nuestro corazón:

¿EN QUÉ PODEMOS AYUDARTE A HACER UN MUNDO MÁS HUMANO?

BENDICIÓN

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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