Liturgia de SANTA MARÍA 2025 (C)
- ¿Empezaremos el año con nuestra habitual claudicación y sometimiento o CAMBIANDO a la LUZ que viene del Cielo por el fondo de cada ser humano?
- ¿Seguiremos practicando e induciendo a practicar una Religión PASIVA donde todo se le cuelga a un imaginario "dios perchero"?
- ¿Persistiremos en la IDOLATRÍA a la "Gran Marioneta", sagrada máquina mecánica, que solo se mueve con un supuesto "poder de la oración" a impulsos de nuestras palancas: ritos, peticiones, fórmulas, rutinas, sacrificios y magias estéticas?
- ¿Descubriremos, por fin, la AUTONOMÍA y LIBERTAD con que fue creada la criatura humana y que TODO son CONSECUENCIAS de nuestras decisiones y nunca de las velas que encendamos o las súplicas que hagamos?
- ¿Cuánto tardaremos todavía en descubrir que el Creador solo puede actuar desde DENTRO de ti y contigo?
- ¿Nos abriremos a la LUZ en este nuevo año y empezaremos a ver la VOLUNTAD de Dios en las "leyes de la Naturaleza" ya prefijadas a nuestro favor?
- ¿Nos alejaremos por fin de la confusa y antiquísima Torre de Babel en la que se mantiene la "teología oficial" dando vueltas y vueltas sin avanzar?
Estamos peor que cuando nos visitó la LUZ. Empedernidamente dependientes de unos "gurús excelsos y prepotentes" que a sí mismos se erigen en "delegados de Dios"...
- ¿Podremos abrir los ojos y la mente, ejercitar la autonomía y libertad que nos es inherente, y darnos cuenta que el Jesús, sacralizado y manipulado como víctima expiatoria, no fue más que un REBELDE contra todo MAL, en especial el religioso y su manipulación sometedora?
¡¡ Feliz luz, feliz autonomía, feliz conversión !!
SANTA MARÍA 2025 (C)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Amigos y hermanos. La Nochevieja ha quedado atrás. Hoy, María, como Madre de Dios y Madre nuestra, nos recibe en el día más nuevo del año 2025. ¿Seremos capaces de dejar atrás todo aquello que nos estorba para ser felices con Jesús?
Comencemos este nuevo año poniéndonos bajo la mirada de la Virgen. Además, en estas primeras horas de estos doce meses, pongamos en el pórtico de este año un deseo que es necesidad y urgencia en el mundo: LA PAZ.
Que estas tres notas que hoy suenan en nuestra celebración: María, Año Nuevo y Paz, sean un motivo para vivir intensamente esta Eucaristía, que por ser la primera del año, la tenemos que celebrar como si fuera la primera vez.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Agradecemos a Dios el comienzo de un nuevo año. Y sobre todo que Él esté con nosotros, impulsándonos a que en este nuevo año pongamos a producir los dones y cualidades que nos ha dado, y a través de las cuales Él se manifiesta. Nos comprometemos a ello en esta eucaristía primera del año.
Gracias Señor por el don de la ESPERANZA, que tiene su fuente en saber que siempre estás a nuestro lado y que en tu Casa tenemos ya un sitio reservado. Queremos comprometernos a vivirla y compartirla con los hermanos. Por eso te decimos:
Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por el don de la ALEGRÍA, la alegría de sentirnos queridos por Ti y la alegría de sentirnos queridos por los hermanos y de quererlos nosotros a ellos y la ALEGRÍA de saber que nuestra vida tiene siempre un cielo eterno después. Queremos acrecentar esa alegría y difundirla. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y nos impulsa a comunicar con nuestro comportamiento hacia los demás. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre Amoroso TIENE misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos guía de su mano a la vida eterna. Amén.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS
ORACIÓN COLECTA
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
Atrás quedó lo viejo y nos espera lo nuevo. Atrás quedaron asignaturas pendientes pero Dios nos da otra oportunidad para amar y entregarnos, para levantarnos y ser más hermanos.
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS!
El Señor, con su Nacimiento, ya está alumbrando con 12 lámparas cada mes de este Año Nuevo.
El Espíritu, con su brisa suave nos infundirá 365 soplos de aliento divino.
La Virgen María, Madre de Dios y nuestra, marchará delante de nosotros, sus hijos, enseñándonos a vivir dignamente cada hora y cada segundo, cada día y cada instante de este Año Nuevo que ahora se inicia.
¡VAYAMOS! ¡CORRAMOS! LA VIDA y LA FE NOS ESPERAN.
Lectura del libro de los Números (6,22-27):
EL Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».
Salmo 66
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.
V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7):
Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,16-21):
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Palabra del Señor
R/Gloria a tú Señor Jesús
HOMILÍA
Comenzamos el año celebrando a María en su maternidad. Ella es el mejor ejemplo para descubrir y transmitir a Dios.
Pero para ello debemos bajarla de donde la hemos subido. La vida auténtica de María nos obliga a abandonar las sedas y coronas que le hemos puesto, para seguirla por los caminos polvorientos. Nos obliga a cubrir su túnica con un delantal, a imaginarla amasando pan, cargando agua desde el pozo, dando de mamar, fregando el suelo. ¡Vamos! Todo lo que han hecho nuestras madres durante siglos.
También debemos tener claro que María tuvo que hacer su propio itinerario para creer en Jesús. Creer en quien ha dado a luz, limpiado, amamantado, protegido, enseñado. Recordemos el pasaje del evangelio donde se nos dice que sus parientes vienen a buscar a Jesús porque creían que estaba loco, eso nos hace ver que la fe en Jesús no es evidente en su propia familia.
En el pasaje de hoy se dice que María “guardaba todas esas cosas en su corazón”, es decir, que interioriza todo lo que está viendo y oyendo, contempla y descubre la presencia de Dios en todos los acontecimientos de la vida.
Creer supone un proceso y una profundización. Con ella y como ella hemos de recorrer nuestro propio camino de fe, con sus luces y sus sombras, buscar momentos de silencio y reflexión para meditar, para descubrir la presencia de Dios en nuestro interior, para gozar de su amor y aceptar lo que nos vaya sucediendo aunque sea incomprensible.
Y para transmitir luego esa presencia y ese amor de Dios, como hicieron los pastores. Por cierto aquéllos que tenían fama de ser poco piadosos son los que alaban a Dios.
A nosotros se nos ha anunciado la misma alegría que a los pastores. Por ello como decía S. Ignacio de Loyola: “atrévete a pensar que tú has provocado la Encarnación”
Finalmente el evangelio nos recuerda la ceremonia de circuncisión -una sencilla operación de fimosis- donde además se imponía el nombre. El nombre de Jesús -Yeshua en hebreo- significa salvación, esa es su misión que va a realizar mostrándonos un “Dios nuevo”, muy distinto del que venían temiendo los judíos. Jesús nos hace ver el Dios Amor y borra el “dios temor” anterior.
Como Jesús cada uno tiene un nombre y una misión.
Escucho a Dios pronunciar mi nombre con alegría y ternura. Escucho a las personas que me quieren, me llaman, me nombran. Doy gracias a Dios por ellas. Me dejo llamar por Él y por los demás.
Feliz y bendecido año.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
María, mujer de fe, medita muy dentro de ella la llamada a la Vida, se deja atravesar por lo que va aconteciendo en su vida. Oremos.
Queremos ser signo de Vida
• Como María buscaremos a Dios en lo cotidiano, en el simple nacer de cada ser humano, en el acontecer de cada momento.
Queremos ser signo de Vida
• Como María, seremos cauce de cercanía, de protección junto a los pequeños, presencia curativa para los enfermos, esperanza para los que viven sin esperanza.
Queremos ser signo de Vida
• Como María viviremos hacía adentro, cultivando nuestra vida interior, haciéndonos silencio para escuchar la llamada a la Vida que nos llega desde dentro.
Queremos ser signo de Vida
• Como María aprenderemos a mirar y a descubrir en los rostros sufrientes de los olvidados la llamada al compromiso en favor de un mundo más humano y justo.
Queremos ser signo de Vida
• Como María protegeremos a la infancia, no permitiendo que ningún niño pase hambre, se quede sin acceso a la educación, sufra malos tratos o sea explotado laboral o sexualmente.
Queremos ser signo de Vida
Padre Madre buena, deseamos descubrir la riqueza y necesidad de la aportación femenina en nuestra Iglesia, en nuestro mundo; reconociendo a María reconocemos a todas las mujeres sin comparaciones, ni rebajas. Te damos las gracias por tu hijo Jesús que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Junto con el pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo humano, te presentamos, hoy, nuestras vidas. Al comenzar el año, queremos recordar a María y a nuestras madres de la tierra. Te presentamos nuestra ilusión por la vida y nuestro deseo de seguir unidos entre nosotros y a nuestra Madre María. Te lo ofrecemos con Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
PREFACIO
El Señor ESTÁ con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Te damos gracias, Padre Dios,
por regalarnos aquel Niño, nacido de una gran mujer, que vino a librarnos de las injusticias y la opresión con su inmensa LUZ.
Jesús es para nosotros tu perfecta encarnación,
por su medio te hemos reconocido como Emmanuel,
un Dios inmerso en la humanidad,
próximo y cercano, un Dios bondadoso y paternal.
De Jesús dirían luego que fue la luz y el camino.
Y es que Jesús es nuestra fuerza,
nos motiva, nos anima a seguirle
y nos descubre la satisfacción de vivir para los demás.
Dijeron de él que fue agua, y también vida.
No se acaban ahí los signos
que representan a tu hijo Jesús.
Jesús simbolizó toda su vida y hasta su muerte,
en unos sencillos gestos,
pidiéndonos que le siguiéramos
por ese mismo camino de salvación.
Jesús fue un hombre bueno, creyó en Ti y te imitó en todo.
Por ello ahora te alabamos con este himno
en tu honor.
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
SANTO eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
nos das Vida y santificas todo.
Congregas a tu Pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor esta OFRENDA
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino
y se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús,
en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
Porque Él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
habiendo amado a los suyos,
que estaban en el mundo, hasta el extremo del amor,
mientras cenaba con sus discípulos,
tomó un pan, y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo repartió a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA ILUMINAR VUESTRAS VIDAS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ÉSTE ES EL SACRAMENTO DE NUESTRA FE.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial
de la ENTREGA de Jesús,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
TODO lo que somos y tenemos.
Tú diriges tu mirada sobre esta OFRENDA de tu Iglesia
y reconoces en ella nuestra adhesión a Jesús,
que vino a revelarnos tu rostro
de verdadero Padre, que nos ama sin límite.
Nos unimos en este sacramento al Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
que se entregó por nosotros para dejarnos su ejemplo de Vida.
Y nos abrimos de todo corazón a tu Espíritu Santo
para ser iluminados y fortalecidos en el seguimiento de Jesús, tanto individual como colectivamente.
Y así, unidos como hermanos,
formemos con Cristo un solo cuerpo
y un solo espíritu.
Él nos transforma en verdaderamente humanos
en nuestro diario caminar hacia tu Heredad,
donde seguiremos alabándote
junto con tus elegidos,
con María, la Virgen Madre de Dios y madre nuestra, su esposo san José,
los apóstoles y los mártires,
y todos los santos,
que nos precedieron en el camino hacia Ti.
Te ofrecemos, Padre, nuestro compromiso de adhesión a Jesús,
que ratificamos en esta celebración,
para que contribuya a la Paz y
la Humanización del mundo entero.
Confirmamos nuestra lealtad con esta tu Iglesia,
que peregrina en la Tierra,
fortalecida por nuestra fe y caridad.
Nos unimos a TODOS tus hijos de este Pueblo,
iluminado y fortalecido por Jesús,
junto con sus servidores: el papa Francisco,
nuestro obispo N…,
el orden episcopal, los presbíteros y diáconos.
Tú atiendes los deseos y compromisos
de esta Familia,
que has congregado en tu presencia
en este domingo, día en que Cristo
venció a la muerte.
Él nos ha hecho partícipes de su Sabiduría y Fortaleza
para que imitemos su ejemplo
en el camino hacia tu Heredad eterna.
Te damos GRACIAS porque nuestros
hermanos difuntos…, familiares,
amigos y miembros de nuestra Comunidad,
tras su maduración en este mundo,
ya disfrutan contigo en tu casa del Cielo.
Queremos ser parte del Reino interior,
que tu Hijo nos reveló,
y extenderlo a nuestro mundo
para que podamos gozar TODOS de tu felicidad eterna,
junto con Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS LA PAZ
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Te damos gracias, Señor, por el año que ha terminado. Tú iluminas el que ahora iniciamos. Deseamos adherirnos a tu LUZ.
Te damos gracias, Señor, porque nos das otra oportunidad, que no queremos perder en ninguno de los meses que vamos a vivir.
Te damos gracias, Señor, porque nos haces instrumentos de tu paz, tu impulso nos ayudará cuando asome el pesimismo.
Te damos gracias, Señor, porque Tú eres el Dueño del tiempo, queremos ser relojes empujados y alentados en tu mano.
Te bendecimos, Señor, porque conoces nuestra vida pasada, y te bendecimos, Señor, porque guiarás la futura.
Te bendecimos, Señor, porque pasas o detienes el calendario, deseamos vivir con amor y fe todas y cada una de sus jornadas.
Te bendecimos, Señor, porque Tú elaboras, construyes y levantas, en estos próximos meses lo harás realidad a través de nuestras manos.
Te bendecimos, Señor, por tu Madre y Madre nuestra, María, que nos ayuda a olvidar lo malo del año precedente y a prepararnos con amor de Madre, en el presente y en el mañana.
¡Gracias, por la vida, Señor!
BENDICIÓN
El Señor te bendice y te protege.
Te guía, te defiende, te sostiene siempre en sus brazos,
donde te sientes seguro.
El Señor ilumina su rostro sobre ti y te concede su favor.
El Señor te acoge y te ama con ternura, no aparta sus ojos de ti,
te mira con cariño, con mirada íntima y entrañable.
El Señor te muestra su rostro y te da su paz.
Siéntete siempre abrazado y bendecido por este Dios enamorado.
Padre, Hijo y Espíritu Santo