Brasil supera los 4.000 muertos en 24 horas por Covid-19 Cardenal Odilo Scherer: “Que no tengamos misas presenciales no significa que no valoramos la Eucaristía”
“Adhieran las medidas de cuidados de la salud que están siendo recomendadas. Ahora con más intensidad, porque la pandemia se agravó, está muy grave, las autoridades sanitarias están alertando que podremos llegar a 5.000 muertes por día en Brasil si no hacemos lo necesario”
“Estamos pensando en la salud de la población, y queremos que todos puedan volver a la misa cuanto antes, puedan participar de la comunión, puedan rezar en las iglesias y cantar con alegría, pero vivos y no muertos, no en el ataúd”
“Debemos valorar la salud y la vida, nuestra y de todos, no vamos a colocar en riesgo nuestra vida, nuestra salud”
“Debemos valorar la salud y la vida, nuestra y de todos, no vamos a colocar en riesgo nuestra vida, nuestra salud”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Brasil pasa por un momento de extrema gravedad en relación con la pandemia de Covid-19, lo que ha hecho que se vayan superando el número diario de muertos. Este 6 de abril se ha establecido un nuevo récord con 4.211 muertos en 24 horas, elevando el número total a 337.364.
Ante esta situación, el cardenal Pedro Odilo Scherer, en el programa “Encontro com o Pastor”, de la Radio 9 de Julho, reflexionaba sobre esta realidad a la luz de la Octava de Pascua, “que continúa siendo celebrada con solemnidad y con alegría”, a pesar de la tristeza que supone “que las iglesias están vacías y no se puede celebrar con el pueblo”. El purpurado recordaba que “están abiertas y las personas pueden hacer su visita y buscar la iglesia para rezar personalmente y así por lo menos encontrar paz y conforto, rezar pidiendo con mucha intensidad a Dios por sus familiares, por los enfermos, por los fallecidos y también pedir la superación que estamos viviendo”.
En su reflexión, el arzobispo de São Paulo insistía en que “no debemos olvidar que la Pascua nos trae esta esperanza y esta certeza que profesamos en la fe, la vida es más fuerte que la muerte, el amor vence al odio, Dios tiene salida para nosotros cuando pensamos que no hay más salida. Por eso continuamos confiando y haciendo nuestra parte”.
El vicepresidente del Celam pedía a todos que “adhieran las medidas de cuidados de la salud que están siendo recomendadas. Ahora con más intensidad, porque la pandemia se agravó, está muy grave, las autoridades sanitarias están alertando que podremos llegar a 5.000 muertes por día en Brasil si no hacemos lo necesario”. Por eso insistía en que “vamos a cuidar más, vamos a cuidar bien, vamos a usar máscaras, vamos a evitar salir de casa cuando no es necesario, vamos a evitar reuniones, encuentros con gente, vamos a evitar propagar el virus, no darle oportunidad. Él se propaga con nosotros, lo transportamos, un enfermo que lo transmite, muchas veces no sabe que está enfermo, pero ya lo está trasmitiendo”.
Ante la polémica suscitada por uno de los ministros del Supremo Tribunal Federal, nombrado recientemente por Bolsonaro, que el sábado 3 de abril suspendía la prohibición de apertura de las iglesias en todo el país, lo que ha sido rebatido por otros ministros de la institución, el cardenal Odilo Scherer, que continua manteniendo cerradas las iglesias de la Archidiócesis para las celebraciones presenciales, afirmaba que “el hecho de que no tengamos misas presenciales no significa que no valoramos la misa, que no valoramos la Eucaristía”.
Rebatía de esta forma la postura de grupos que reclaman la participación presencial en las misas. Se repite una vez más la misma situación que se ha dado en otros países, inclusive en Brasil en otros momentos durante la pandemia. Esa postura, apoyada por algunos obispos, se debe no solo a cuestiones religiosas, sino que también se defiende la postura del presidente Bolsonaro, que incluso con más de 4.000 muertos por día es contrario a cualquier tipo de restricciones de movilidad.
En palabras del purpurado “estamos pensando en la salud de la población, y queremos que todos puedan volver a la misa cuanto antes, puedan participar de la comunión, puedan rezar en las iglesias y cantar con alegría, pero vivos y no muertos, no en el ataúd”. Por eso ha apelado “para que acompañen las celebraciones remotamente, a través de los medios, la radio, la televisión”, insistiendo en “no jugar con el peligro”.
“Es muy arriesgado en este momento querer que todo mundo vaya a la iglesia, que todo mundo participe de la misa”, según el arzobispo de São Paulo. Por eso ha pedido a los fieles que “recen en casa, recen mucho, y si quieren ir a la iglesia vayan individualmente, en la iglesia no debe haber aglomeraciones, no debe haber ocasiones para el contagio”. Sus palabras son consecuencia de que “debemos valorar la salud y la vida, nuestra y de todos, no vamos a colocar en riesgo nuestra vida, nuestra salud”.