Retomar el proceso de acción realizado en los dos últimos años de misión de la Comisión Pastoral Especial de Lucha contra la Trata de Personas de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), a partir de la situación social y económica. Este fue el objetivo de la reunión celebrada en São Paulo los días 6 y 7 de diciembre, en la que participaron obispos, sacerdotes, religiosas y laicos y laicas que forman parte de la comisión.

Según Alessandra Miranda, coordinadora de la Comisión, estamos ante una realidad que "ha generado aún más vulnerabilidad social y empobrecimiento de la población, haciendo más evidente la práctica de la trata de personas entre niños, adolescentes y jóvenes, así como entre mujeres y personas explotadas por el trabajo esclavo". Según ella, "las tecnologías virtuales han sido un elemento extremadamente peligroso en la captación de personas para su explotación sexual y laboral".

Para los años 2022 y 2023, la Comisión priorizará el eje de formación, a través de actividades y talleres nacionales y territoriales para formar multiplicadores que actúen en estas realidades. Junto a ello, se desarrollarán estrategias de comunicación para la incidencia social y la formación, así como el diálogo nacional con las autoridades públicas y los canales de denuncia y los procesos de formación con adolescentes y jóvenes.

En cuanto a las acciones, se basan en la comprensión de la dignidad humana y el potencial de los territorios, con un enfoque en la violencia y la explotación sexual, el trabajo esclavo, las violaciones contra las niñas y las mujeres, y la migración. Desde la Comisión insisten en que, para un mejor desarrollo del trabajo, será de gran importancia la vinculación con las redes eclesiales y la sociedad civil para combatir la trata de personas.

Junto a esto, para la Comisión Episcopal Especial de Lucha contra la Trata de Personas de la CNBB, es también una prioridad de la comisión, su fortalecimiento organizativo y la defensa de la prevención y el enfrentamiento de las violaciones de derechos, especialmente la trata de personas.

Según Mons. Evaristo Spengler, "la lucha por el derecho a la vida y la libertad de todos los seres humanos no es tarea de unos pocos elegidos, sino una exigencia del Evangelio para todos los que creen en Cristo". Para el obispo de la Prelatura de Marajó y presidente de la Comisión, "esta comisión se une al sueño del Papa Francisco de que toda la Iglesia, desde los cardenales, pasando por los obispos, los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los laicos y laicas, hasta los más anónimos entre los fieles, asuman la lucha contra este pecado que clama al cielo -la transformación de los cuerpos en mercancía para producir lucro- que es la trata de personas".