Comisión episcopal de Adveniat conoce la realidad de la Amazonía brasileña En visita a la Amazonía, Adveniat recibe “inspiración, ánimo y testimonio de fe”
"Es un gesto de solidaridad, un intercambio de Iglesias, evangelización, una Iglesia evangelizando a otra, una Iglesia apoyando a otra"
“La Iglesia en América Latina en las últimas décadas tuvo un papel de precursor y también de laboratorio”
Una visita que ha ayudado a seguir dando pasos comunes, a conocer problemáticas presentes en la Amazonía
Una visita que ha ayudado a seguir dando pasos comunes, a conocer problemáticas presentes en la Amazonía
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
La Comisión Episcopal de Adveniat, constituida por cuatro obispos de la Conferencia Episcopal Alemana, el Consejo Fiscal, el director y la subdirectora, ha visitado Manaos de 3 a 8 de abril, un viaje que suelen realizar cada tres años, visitando la Amazonía brasileña, dada la importancia que están dando a la Amazonía y a la concretización de las propuestas del Sínodo para la Amazonía.
Un contacto vivo con las personas
Para Adveniat es importante poner los pies en la tierra y tener un contacto vivo con las personas, lo que ha llevado a visitar la comunidad indígena Muray, en el municipio de Autazes, una comunidad de la periferia de Manaos, un encuentro con el Equipo Itinerante y la visita a la Casa Amazónica de la Economía de Francisco y Clara. A ello se suma un encuentro con representantes de diversas instituciones que han ayudado a profundizar en el conocimiento de la realidad desde diferentes perspectivas.
Entre las diversas realidades visitadas, Tanja Himer, subdirectora de Adveniat, destaca la visita a la comunidad indígena y la posibilidad de escuchar las voces de la gente, cómo se sienten, sus luchas por la vida, algo que dice ser nuevo para ella. Ella señala que desde Alemania pueden luchar junto con la comunidad y concienciar a la población alemana de diversos modos, dado que mucha gente en Alemania no sabe de la situación de los pueblos amazónicos.
Solidaridad entre iglesias
Aquellos que viven su fe en la Iglesia alemana conocen la Querida Amazonía y lo que el Papa Francisco dice con relación al cuidado de la casa común, según Himer. La subdirectora de Adveniat muestra el deseo de esta institución de continuar apoyando proyectos en la Amazonía, especialmente con los pueblos indígenas, ayudándoles en su defensa en procesos judiciales y en otras situaciones que viven estos pueblos.
Una visita que en palabras del cardenal Leonardo Steiner, arzobispo de Manaos y presidente del Regional Norte1 de la CNBB fue una oportunidad para que los obispos alemanes pudiesen conocer la región y darse cuenta de las necesidades, "donde pueden seguir apoyando, donde pueden pensar también en apoyar otros proyectos". Todo ello "es un gesto de solidaridad, un intercambio de Iglesias, evangelización, una Iglesia evangelizando a otra, una Iglesia apoyando a otra", subrayó.
Puentes de ida y vuelta
Según el jesuita Martin Maier, director de Adveniat, la visita “nos da una visión de lo que está pasando en la Arquidiócesis de Manaos”, insistiendo en el papel de Adveniat como puente de solidaridad, de inspiración y de intercambio, resaltando que los puentes se utilizan en los dos sentidos, en que en Adveniat dan, pero también reciben, diciendo estar muy convencido de la dimensión universal de la Iglesia, y de que “somos una comunión de solidaridad, somos comunión también de aprendizaje”.
El director de Adveniat, que dice haber publicado recientemente un artículo en una Iglesia alemana, con el título “La Iglesia en América Latina, laboratorio de cambios”, resalta que “la Iglesia en América Latina en las últimas décadas tuvo un papel de precursor y también de laboratorio”. Cita como ejemplo de eso la fundación en 1952 de la primera Conferencia Episcopal del mundo en Brasil, el desarrollo de un Magisterio Continental en las Conferencias Generales del Episcopado, en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida. Igualmente cita la Asamblea Eclesial Continental en noviembre de 2021, el Sínodo para la Amazonía, que ve como aprendizaje para el actual Sínodo.
Una Iglesia viva
De la Iglesia latinoamericana dice llevar la impresión de una Iglesia viva y más joven, frente a la crisis que vive la Iglesia alemana, con muchas salidas de la Iglesia. Igualmente señala que han recibido inspiración, ánimo, testimonio de fe, algo que se manifiesta en los muchos mártires de las últimas décadas, destacando entre ellos el salesiano alemán Rodolfo Lukenbein y la hermana Dorothy Stang, que dio su vida por la protección del medio ambiente.
Insistiendo en que no quieren que haya mártires, el jesuita resalta que “los mártires muestran que se sigue el camino de Jesús”. Maier, que dice tener una historia de más de 30 años con El Salvador, ha reflexionado sobre la figura de San Óscar Romero, que le abrió como joven jesuita el horizonte para la Iglesia de América Latina.
Ayuda institucionalizada
Sobre lo que Adveniat puede dar destaca la solidaridad, la ayuda recogida en la colecta navideña. En ese sentido, recuerda la ayuda que Alemania asolada por el hambre y el sufrimiento recibió de América Latina después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando Alemania se recuperó, los obispos decidieron dedicar la colecta navideña a América Latina, lo que se ha institucionalizado, consiguiendo en la actualidad administrar unos 1.200 proyectos, con un volumen de más de 30 millones de euros.
La Iglesia alemana también ofrece a América Latina su camino sinodal iniciado en 2018, teniendo como punto de partida los escándalos sexuales mayoritariamente por clérigos en la Iglesia, descubriendo la necesidad de un camino de conversión y de renuncia, que considera el elemento fundamental del Sínodo en Alemania, que determinó cuatro áreas de reflexión: el poder en la Iglesia, la vida sacerdotal y la formación de los sacerdotes, la moral sexual y el papel de la mujer en la Iglesia, que ha llevado a la toma de decisiones después de un proceso de trabajo. Un camino sinodal que está contribuyendo al Sínodo universal, insistiendo en la coincidencia en las temáticas y en que la Iglesia alemana puede contribuir desde ese camino sinodal a la Iglesia de América Latina.
Seguir dando pasos comunes
Una visita que ha ayudado a seguir dando pasos comunes, a conocer problemáticas presentes en la Amazonía, como es la trata de personas, una realidad que se ve como algo natural en la región y que está interrelacionada con el tráfico de armas, de drogas y la destrucción del territorio, en cuyo combate la Iglesia católica ha ayudado de forma decisiva, especialmente después del Sínodo para la Amazonía, sobre todo con el trabajo de la Red un Grito por la Vida, en relación con Caritas y el Regional Norte1 de la CNBB que tiene ese combate como una de sus acciones permanentes.
La Iglesia católica también ha contribuido en el estudio de temas relacionados con la violencia sexual y la trata, con aportaciones como el Proyecto Iça Acción y Protección, en colaboración con Caritas Alemania buscando desenvolver tecnología social de calidad para el atendimiento de la niñez que es víctima de violencia sexual en las comunidades amazónicas. Eso ha dado paso a proyecto comunes en las iglesias locales del Regional Norte1, dando así respuestas más consistentes.
Un camino en la Iglesia de la Amazonía
La Iglesia de la Amazonía tiene un largo camino en común, iniciado en 1952, antes de la creación de la CNBB, con el primer encuentro de los obispos de la Amazonía. En ese recorrido cabe destacar el Encuentro de Santarém 1972, que apostó por una evangelización encarnada en la realidad y liberadora, pensando en un cambio en la dinámica de evangelización, pasando a ser más transformadora y comunitaria. Igualmente, la Conferencia de Aparecida, la creación de la REPAM, que está cumpliendo 10 años y posteriormente de la CEAMA, buscando articulaciones internacionales y luces para una actuación en alianza, la defensa de los derechos humanos de los pueblos y la Justicia Socioambiental y el Buen Vivir.
Igualmente, la Laudato Si y los seminarios realizados para su implantación, el proceso de escucha del Sínodo para la Amazonía, que no es punto de partida, ni de llegada, sino un punto alto en el camino, y su posterior implantación, a partir del Documento Final y Querida Amazonía, a lo que ayudó el encuentro de Santarém en 2022, queriendo avanzar en los ministerios, el diaconado permanente entre los indígenas, el rito amazónico, el papel de la mujer y el diaconado femenino. Junto con ello, el trabajo del Consejo Indigenista Misionero y de la Vida Religiosa en la Amazonía, buscando ser una Iglesia cada vez más inculturada y próxima de la realidad y de la vida de los pueblos.
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