Reflexión... Conéctate contigo
“Salgo, he quedado con alguien, conmigo misma”.
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Hace unos días, una amiga puso el siguiente mensaje: “Salgo, he quedado con alguien, conmigo misma”. Me hizo gracia y a la vez conocía el significado de dicha frase por el momento que vivía.
Ahora retomo de alguna manera esas palabras y qué necesario se hace el tomar tiempo para encontrarse con una misma y desde ahí tratar de encontrar a Dios que habita en nosotros.
Nos pasamos el día tan conectados pero sería bueno preguntarse de qué manera conectamos con nosotros mismos, cómo pasan nuestros días, si nos dedicamos tiempo pero un tiempo también que sea agradecido, en el que también reconozcamos quiénes permanecen en nuestro corazón, con quiénes caminamos en el día a día. Quizás la rutina también lleve a dejar cosas para otros momentos pero la mejor conexión es la que nos toca y llena el corazón y ahí siempre hay rostros.
Es cierto, que hay personas que literalmente no lo tienen o bien les es más difícil; pienso sobre todo en las familias, cuando los hijos son el centro de sus vidas e incluso es admirable ver todo lo que son capaces de llevar en el día a día. Cuántas veces les he escuchado decir ¡no tengo tiempo para mí! y bien cierto que es, porque la verdadera conexión es la del amor que se entrega, desde la gratuidad de olvidarse de uno mismo, por un Amor más grande.
Ahora se me regala tiempo para quedar conmigo misma, ¡ojalá lo aproveche!, para tratar de cambiar el wifi, estar más accesible a Dios y que en estos días especialmente alcance más cobertura desde Él, escucharle en el hoy de la vida por la que seguimos caminando, buscando sus huellas, acogiendo su Palabra, queriendo crecer más desde su gracia.
Si hoy tienes tiempo o bien intenta buscarlo, puedes quedar con Jesús, porque está disponible para pasar tiempo contigo, conmigo, con nosotros. Busquémosle, deseemos encontrarnos con Él y gustemos de su presencia, escuchemos su voz en nuestro corazón “Si alguno me ama, yo le amaré, y me manifestaré a él” (Jn 14,21)