| Gemma Morató / Hna. María Nuria Gaza
Los Evangelios no nos traen ni una sola palabra de San José. Es el hombre que ejecuta las órdenes de Dios con prontitud, pero en silencio. El ángel le dice en sueños: no temas coger a María por esposa pues lo que lleva en su seno es obra del Espíritu Santo. ¿Qué hace José? Llevarse a María a su casa. Así el hijo de María tendrá un padre. Trabajará por él, lo protegerá y Jesús será llamado hijo de José y María, el hijo del carpintero.
Pocas cosas nos cuentan de la vida de José. Va a Belén a empadronarse con su esposa María que está por dar a luz, busca posada para ellos pero no la encuentra y María tendrá que dar luz en un portal en la más estricta pobreza. Jesús nace pobremente y muere como los peores condenados a muerte.
No sabemos cuando muere San José. Imaginamos que murió antes de que Jesús iniciara su vida pública. Murió en compañía de Jesús y María. ¡Qué buena compañía tuvo! De ahí que lo llamamos con razón patrón de la buena muerte. También los carpinteros lo tienen como patrón y es modelo de todos los padres. ¿Quien mejor padre que San José?