Fe... La oscuridad del silencio

Dios se dirige siempre al hombre, no lo deja abandonado

“Una sola Palabra tenía Dios para decirnos, y esta Palabra es Jesucristo, y Dios la pronuncia en el eterno silencio. Y es en el silencio donde ha de ser escuchada por el alma” (Juan de la Cruz)

Silencio

Este poema de San Juan de la Cruz nos dice que Dios se dirige siempre al hombre, no lo deja abandonado; Dios nos habla a través de su Hijo Jesús, por eso, se hace hombre y habita entre la humanidad. Pero hay un aspecto importante que también se hace presente en estas líneas, y es que Dios se presenta en el silencio, en el momento más íntimo del ser humano.

Dios habla muchas veces en el silencio oscuro de la noche, es por ello que cuando lo buscamos, lo hacemos desde el silencio. De alguna manera, en el silencio notamos la necesidad de encontrar sentido a la vida, por eso buscamos su Palabra; en el silencio nos encontramos a nosotros mismos; en ese silencio descubrimos la verdad de lo que somos, añoramos, deseamos; y en el silencio vivimos también a la espera del Amor, desde la esperanza, aunque haya sombras de duda y desolación.

La vida está llena de contrastes y aunque muchas veces nos invada la ceguera de la oscuridad no podemos olvidar que la esperanza da sentido a lo que hacemos y fortalece lo que somos. Dios también se hace presente en esos momentos, especialmente en esos momentos en los que no vemos nada, y su presencia es luz en el camino. Dios habla con y a través de su Hijo, y en el silencio lo encontramos porque sólo en el silencio y con el alma podemos escucharle.

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