El capitulo 5 del evangelio de San Lucas recoge la tan usada explicación de Jesús acerca de la inservible acción de remendar un manto viejo con un trozo de tela nuevo.

Estas palabras nos parecen claras y quizás hasta en la experiencia de cada uno sabemos que son ciertas, o ¿no lo hemos intentado a veces remendar, remodelar, reconvertir algo ya viejo y caduco con elementos nuevos? Y quizás al momento pareció que la reparación fue buena pero un poco más tarde el desarreglo vuelve a surgir y tirando lo nuevo de lo viejo el desperfecto se hace más grande. 

Pero ni aun con nuestra experiencia logramos llevar a la vida estas pequeñas o grandes explicaciones que nos da Jesús. Y es que remendar bien aquello que se ha roto no es fácil, aunque en la mayoría de ocasiones es el único camino posible y viable que tenemos porque no somos dueños para construir de nuevo, ni muchas veces tenemos la iniciativa para hacerlo. 

Si queremos adecuar lo de ayer a este hoy tan efímero que tenemos, deberíamos ser capaces de reconocer cuales son las transformaciones que se nos están pidiendo. Hoy el mundo está preocupado por esta plaga que lleva a tantos a la muerte, ¿cómo hacemos para que en medio de esta angustia las palabras de Jesús sean en verdad comprendidas sanadoras y salvadoras?

Quizás si fuésemos capaces de buscar unas palabras y gestos en verdad comprensibles para todos, también para los niños y jóvenes, llevaríamos mayor consuelo al sufrimiento que afecta a tantos.

Lograr que el mensaje de Salvación y Amor de Jesús sea bien comprendido es el primer logro para que luego sea vivido por todos y como un remiendo adecuado nos ayude a la construcción de cuanto ha de ser nuevo porque lo antiguo ya pasó.