"Le vale el lenguaje de Góngora: 'ayer maravilla fui – y hoy sombra mía no soy'" Meditación sobre Podemos: Presunción, peleas, protagonismos...
"No pudo nacer mejor: fruto de aquel 15M que sacudió a todo el país y cuyos eslóganes convendría no olvidar porque siguen encerrando tanta verdad como entonces"
"La gente ya vuelve a decir que todos los políticos son iguales y que a los sueños del 15M sobre una manera nueva de hacer política les vale aquello del Segismundo de Calderón: 'los sueños, sueños son'"
Vaya por delante que a Podemos le debemos bastante en el campo social (renta básica, salario mínimo…) y que ha hecho al PSOE bastante más socialista. No se trata ahora de meterse con nadie, sino de aprender de alguien. Y para por eso, puede ser útil preguntar qué le ha pasado a este partido al que le vale el lenguaje de Góngora: “ayer maravilla fui – y hoy sombra mía no soy”. Y que parece estar siguiendo la trayectoria de Ciudadanos.
No pudo nacer mejor: fruto de aquel 15M que sacudió a todo el país y cuyos eslóganes convendría no olvidar porque siguen encerrando tanta verdad como entonces. “Ahora sí” parecía significar; y hoy tenemos que reconocer que “ahora tampoco”. Si ayer estaba a punto de ganar las elecciones hoy parece cerca de desaparecer... En ocho años ha pasado de 69 diputados a 5.
¿Por qué? Reflexionando un poco he encontrado tres posibles causas de esa evolución que (como ahora están de moda las pes) voy a titularlas así: presunción, peleas, protagonismos.
- Ya el nombre del partido era una fanfarronada digna de Tejero (pero sin pistolas, que para algo son de izquierdas). Parecía sugerirnos aquello de “esto lo arreglo yo en seguida”. Ponerse el nombre de “podemos” era, como mínimo, ingenuo y presuntuoso. Lo intentaremos; haremos todo lo posible; vamos a dejarnos la piel…, eran formas de hablar más humildes y menos presumidas. Mientras que hoy, aquella seguridad de que podemos, se está convirtiendo en la duda de si seguiremos.
- A poco de entrar en juego surgieron las peleas. Con Izquierda Unida no, porque se dejó absorber humildemente. Pero la batalla entre Iglesias y Errejón y la pérdida de una pieza tan valiosa políticamente como el fundador de “Más Madrid”, fueron para mí una señal de alarma muy seria.
- Y últimamente, los problemas creados por dos ministras, negándose a reconocer fallos claros y reclamando ministerios como premio a sus méritos, han hecho al partido más daño que una pulmonía. No es el único caso de protagonismos pero me parece el más sonado (sobre todo cuando sabemos que una de ellas es ¡psicóloga de profesión!).
Conclusión: la gente ya vuelve a decir que todos los políticos son iguales y que a los sueños del 15M sobre una manera nueva de hacer política les vale aquello del Segismundo de Calderón: “los sueños, sueños son”.
Y como colofón, hemos asistido últimamente al voto negativo de Podemos a una ley de claro contenido social, no por desacuerdo con esa ley, sino simplemente por hostilidad hacia quien la promovía. Con ello se han puesto a la altura (diríamos mejor: a la bajura) de aquella representante de Junts que tuvo la audacia o la inconsciencia de proclamar en voz bien alta: “no crean que les vamos a dar el voto a cambio de nada”. Con lo cual reconocía (y confirmaba una vez más) que, en nuestra democracia, no se apoyan leyes para el bienestar de los ciudadanos, sino para beneficio del propio grupo.
Pero claro, queridos amigos, si esa es efectivamente nuestra democracia, ¿cómo vamos a extrañarnos luego de que aparezcan las extremas derechas? Son simplemente como las diarreas políticas después de una indigestión de mala política.