(Vatican News).- La rama del Isis en África Central, Iscap, ha reivindicado la explosión ocurrida ayer en una iglesia de la provincia de Kivu Norte, que dejó al menos 17 muertos y más de cuarenta heridos. Al parecer, los yihadistas colocaron y detonaron el artefacto y amenazaron con nuevos atentados. La República Democrática del Congo es el país que visitará el Papa Francisco el 31 de enero en su viaje apostólico que le llevará también a Sudán del Sur. Monseñor Ettore Balestrero, nuncio apostólico en el país, analiza el contexto sociopolítico de la región y hace balance de los preparativos de la visita papal.
-¿Qué señal expresa el atentado de ayer reivindicado por el Isis?
-Una señal preocupante, más aún porque confirma la involución de la situación sobre el terreno. Precisamente por eso, el encuentro del Papa, cuando venga, con las víctimas del Este será muy importante. También hay que decir que en realidad se trata de dos atentados: uno en la frontera con Uganda, en un templo pentecostal: las fotos que me enviaron describen un auténtico infierno. Cuerpos mutilados de adultos y niños, un edificio medio destruido. Pero ese mismo día se produjo un atentado en Beni, en un mercado céntrico que es uno de los lugares más seguros de la ciudad.
Delphin Mupanda, portavoz de la sociedad civil de Beni, afirma que se trata de "un balance provisional" y que se espera que la cifra aumentehttps://t.co/BiK7e67woe
— Noticias Internacionales (@Cronica_Balear) January 15, 2023
De nuevo, hay quienes creen que las AdF (Fuerzas Democráticas Aliadas) fueron las responsables como muestra de fuerza y terror. Hay quienes creen, en cambio, que hubo complicidad con la seguridad local, pero una hipótesis no excluye la otra. En cualquier caso, yo diría que la paz en Oriente está aún muy lejos.
Estamos en una provincia, Kivu Norte, que lleva más de un año en estado de sitio, lo que demuestra que la situación no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado. Un mensaje muy preocupante es que, por desgracia, las AdF se están fortaleciendo y me parece que también son las principales beneficiarias del conflicto que está teniendo lugar más al sur, en torno a Goma, con el M23. El atentado de ayer demuestra también que han ganado gran influencia en Butenbo, una gran ciudad cercana a Kasindi. El hecho de que haya sido reivindicado por el Isis demuestra también que los vínculos entre Adf y el Isis son cada vez más fuertes, las metodologías de los atentados son desgraciadamente cada vez más homogéneas, y esto no puede sino ser preocupante para la seguridad regional y sobre todo para la de las poblaciones que son las víctimas constantes de las matanzas
-Estos hechos también nos remiten al ataque mortal contra el embajador Luca Attanasio...
-Sí, ese ataque tuvo lugar cerca de Goma, donde ahora, por desgracia, tiene lugar otro terrible conflicto que ha desplazado a más de 500.000 personas desde noviembre. 250.000 de ellas se encuentran un poco al sur de Goma y el lugar donde fue asesinado el embajador italiano es una de las fronteras invisibles entre la parte del territorio ocupada por el M23 y la que sigue controlada por las fuerzas armadas congoleñas.
Es una situación devastadora, hay gente muriendo en la carretera, se están desarrollando enfermedades, por desgracia también el cólera, y se necesitan urgentemente lugares donde alojar a la gente. La Iglesia está haciendo un gran trabajo, los sacerdotes y las monjas permanecen sobre el terreno, se han convertido en catalizadores de la ayuda: recogen ropa, medicinas, alimentos y los distribuyen. Es una diócesis dividida en dos, baste decir que de 32 parroquias, seis están en territorio ocupado por el M23.
-¿Qué respuesta desde el punto de vista ecuménico?
-Yo diría que una gran colaboración. El atentado de ayer tuvo lugar en un templo que hace referencia a la Iglesia de Cristo en el Congo. Con esta organización, que agrupa a varias confesiones protestantes, también existe una gran cooperación a la hora de subrayar que existe un problema, que es la causa de todos estos conflictos: se trata de la riqueza del subsuelo del Este. Es la razón fundamental de su importancia estratégica con todos los países vecinos y es la causa principal de la economía de guerra que se perpetúa en esta zona del Este. También hay colaboración ecuménica en la preparación de la visita del Papa: se les invitará, por ejemplo, a reunirse con algunos desplazados y con el Papa, algunos de los cuales no son católicos. Juntos intentamos acompañar el desarrollo democrático del país.
-¿Cómo van los preparativos de la visita del Papa y cuáles son las medidas de precaución?
-La más inmediata es a la que se refirió el propio Papa hace unos días, a saber, que en un principio estaba previsto que acudiera a Goma, pero ahora no puede hacerlo. También porque en estas semanas no es fácil ir allí. El esfuerzo en materia de seguridad y orden público es gigantesco: baste decir que se espera que a la misa que el Papa celebrará en Kinshasa asistan al menos 2 millones de personas. Cada semana me reúno con el Primer Ministro y el jefe de la Iglesia local. Se ha hecho mucho...
También hay historias maravillosas: por ejemplo, puedo hablarles de un chico que asiste a misa todos los domingos aquí en la Nunciatura. Se interesó por la visita del Papa y ayer mismo me pidió recibir todos los sacramentos de la iniciación cristiana. Este me parece el objetivo principal de la visita: despertar la fe en los que no la tienen y fortalecer la alegría en los que sí. Muchos dicen que la visita del Papa es un sueño hecho realidad. En todo el país hay expectación por recibir una palabra de consuelo y también por curar heridas que desgraciadamente siguen sangrando y especialmente sangran en el este.