El Papa y el fundador de Sant' Egidio Francisco dialoga con Andrea Riccardi sobre ancianos y corredores humanitarios para refugiados
En España, se estima que podrían haber muerto más de 19 mil ancianos en residencias y existen causas penales abiertas por habérseles negado la derivación desde estos centros a los hospitales
Sant' Egidio está promoviendo el llamamiento internacional “Sin ancianos no hay futuro”, que ya ha recogido miles de firmas
Propone avanzar hacia la asistencia y cuidados de los ancianos en sus propios domicilios, promoviendo una “revolución comunitaria” en la que los ancianos puedan permanecer en su entorno cercano
Propone avanzar hacia la asistencia y cuidados de los ancianos en sus propios domicilios, promoviendo una “revolución comunitaria” en la que los ancianos puedan permanecer en su entorno cercano
| Comunidad de Sant' Egidio de Madrid
El Papa Francisco ha recibido esta semana al fundador de la Comunidad de Sant’ Egidio, Andrea Riccardi. En una audiencia privada, han dialogado sobre la protección de los ancianos y la lucha contra una sanidad selectiva, ante las inaceptables cifras de muertes en las residencias de ancianos en Italia y otros países europeos, como España.
En España, se estima que podrían haber muerto más de 19 mil ancianos en residencias y existen causas penales abiertas por habérseles negado la derivación desde estos centros a los hospitales.
Ante esta triste situación, la Comunidad de Sant’Egidio está promoviendo el llamamiento internacional “Sin ancianos no hay futuro”, que ya ha recogido miles de firmas. La Comunidad de Sant’Egidio propone avanzar hacia la asistencia y cuidados de los ancianos en sus propios domicilios, promoviendo una “revolución comunitaria” en la que los ancianos puedan permanecer en su entorno cercano, con apoyo de las comunidades, jóvenes y nuevos europeos.
Durante la audiencia, el Papa Francisco también ha mostrado gran preocupación por las zonas del mundo donde prosigue la guerra en este tiempo de pandemia. Y también por los campos de refugiados y los campos de detención donde los migrantes sufren especialmente en este tiempo por carecer de cualquier tipo de ayuda, empezando por los alimentos.
En este sentido, coincidieron en la urgencia de abrir corredores humanitarios, modelo de acogida e integración que la Comunidad, junto con las iglesias evangélicas y posteriormente la Conferencia Episcopal Italiana, han puesto en marcha en 2016, y que hoy están considerados una de las mejores prácticas a nivel internacional para el auxilio y la integración de los migrantes.