Líder de movimientos populares participante en el encuentro con el Dicasterio vaticano Juan Grabois: "Un salario universal es una medida absolutamente viable desde el punto de vista económico"

El sábado pasado, 24 de octubre, tuvo lugar el encuentro de los movimientos populares y el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. A través de una videoconferencia, los cardenales Turkson y Czerny se reunieron con múltiples líderes sociales de todas partes del mundo. Entre ellos, el argentino Juan Grabois.

Entrevistado por Vatican News para hacer balance de la cita, Grabois afirma que "los movimientos son, como dijo el papa Francisco, ese ejército invisible que junto al personal sanitario está en la trinchera más difícil". La del "hambre en los barrios populares o en las zonas rurales periféricas", desatada o agravada desde el estallido de la pandemia de coronavirus.

Tratando de aplacarla con iniciativas populares ("comedores, merenderos", ollas comunes), Grabois explica que los movimientos populares se organizan para proporcionar los recursos mínimos a quienes se han visto afectados por la paralización de las actividades. Sobre todo aquellos que, como dice Grabois, "no tienen un sueldo estable porque desarrollan actividades por cuenta propia, actividades muy precarias como venta ambulante, reciclado de residuos, tareas textiles".

Apoyando de nuevo al papa Francisco en su defensa de una renta básica, Grabois declara que "un salario universal es una medida absolutamente viable desde el punto de vista económico". "Se puede financiar con un aporte muy, muy pequeño de las grandes fortunas y de los grandes capitales, y traería un poquito de alivio y justicia social al mundo", añade. "Aunque desde luego no resuelve el problema de la exclusión de la tierra, el techo y el trabajo".

Para que se realicen medidas de protección social como ésta, el activista opina que hace falta que "la autoridad política esté por encima de la autoridad fáctica del poder económico". Un capitalismo feroz que, en su última encíclica, el Papa ha vuelto a criticar. En la misma línea, Grabois declara que la exclusión social es "una de las caras más horribles de este modelo, que priva al hombre y a la mujer del derecho al trabajo, del derecho a ganarse el pan". Y confiesa que Fratelli tutti le ha tocado el corazón. "Nosotros creemos que la fraternidad es la síntesis de la libertad y la igualdad".