"En estos tiempos difíciles -dice el mensaje- muchos de nuestros emigrantes en el extranjero se ven obligados a volver a casa sin ninguna seguridad de una vida mejor. Sin embargo, siempre tienen más suerte que los que han regresado en un ataúd o una urna o cuyos restos no pudieron ser repatriados". Pero -señala el Ecmi- también hay otros trabajadores desafortunados: los llamados LSI, gente atrapada en lugares donde se ha impuesto la cuarentena. "Son trabajadores de la construcción de Visayas y Mindanao, pero también estudiantes y muchos otros que no pueden regresar con sus seres queridos".
La pandemia ha desplazado a muchos trabajadores, especialmente en el sector de los servicios (conductores, trabajadores de la industria de la restauración y el entretenimiento). "Esta gente ya no tiene trabajo porque sus negocios se han visto obligados a cerrar”. Son "desplazados", que como todos los migrantes "deben ser acogidos, protegidos, ayudados e integrados" en estos tiempos difíciles, subraya Ecmi, recordando la imagen de la Sagrada Familia obligada a huir a Egipto tras el nacimiento de Jesús, recordada por el Papa Francisco en su mensaje para esta 106ª Jornada Mundial.
De ahí el llamamiento a la solidaridad: si la pandemia es una especie de "nivelador social" porque afecta a todos, "podemos seguir siendo solidarios con los más necesitados y no discriminar ni aislar a las víctimas". Este es el momento en el que más nos necesitamos", concluye el mensaje.