Michel de Truchis: "Ya es hora de que la Iglesia haga una distinción entre una vida apostólica y el celibato La Iglesia francesa aborda la cuestión de los hijos de curas, "hijos de Satanás"
La asociación Enfants du Silence consiga que los obispos franceses abran sus archivos y ayuden a los hijos de curas a saber más de sus padres
Los descendientes de sacerdotes "a menudo solo descubren la verdad tras la muerte [de su padre]", revela la presidenta de la asociación Anne-Marie Mariani, quien tras la decisión de la jerarquía gala expresa su esperanza de que estas situaciones no vuelvan a ocurrir
"Ya es hora de que la Iglesia católica haga una distinción entre una vida apostólica y el celibato". El ex-cura Michel de Trucis, ahora padre de dos jóvenes adultos, está convencido de ha llegado el momento de romper el silencio en torno a los hijos de curas. Los obispos franceses están de acuerdo con él. Han decidido "abrir sus archivos y ayudar a los hijos de curas a saber más de sus padres", cuenta Anne-Marie Mariani, fundadora de la asociación Enfants du Silence ("Niños del silencio").
El pasado 13 de junio Mariani se reunió con Jérôme Beau, arzobispo de Bourges y presidente de la Comisión de los obispos franceses para los Ministros Ordenados y Ministros Laicos, tal y como contó al National Catholic Reporter.
"Fue una reunión muy alentadora", cuenta Mariani del encuentro que mantuvo con Beau y otros dos miembros de Enfants du Silence, y revela que tiene otra reunión prevista con el prelado en octubre.
"Lo que importa es primero escuchar a estos niños del silencio que expresan su sufrimiento y entender lo que está en juego", dijo Beau tras este primer encuentro.
Un sufrimiento muy grande
Y es que el sufrimiento de los hijos de curas -quienes se sienten a veces ilegítimos y rechazados- puede ser muy grande, según la psicóloga Marie-Françoise Bonicel.
"Estos niños a menudo sienten lo que los niños ilegítimos... Pero es más dura de soportar la sensación de que jamás debieran haber nacido, porque su existencia es el resultado de una transgresión no solo de una ley humana, sino de un compromiso sagrado, que algunos ven como ley de Dios", dijo Bonicel.
"Hijos de Satanás"
"Yo siempre he vivido en una inseguridad total", revela Léa, de 45 años, que prefiere mantener su anonimato porque si no "acabaría con mi carrera académica". El padre de Léa fue jesuita, trabajando en París, pero cuando se enamoró de su madre decidió dejar la Compañía para casarse con ella y tener hijos.
"Algunos familiares nos llamaron hijos de Satanás", lamenta Léa de su infancia.
El padre de Léa consiguió trabajo de profesor en Bretaña, donde algunos de sus vecinos se enteraron de que había sido cura.
"Nos insultaron; destrozaron nuestro jardín", afirma Léa. "A día de hoy, me pregunto por qué mis padres no se fueron a vivir en el anonimato de una gran ciudad".
"Nunca hablamos de su pasado. Mi madre nos dijo que no preguntáramos, ya que fue doloroso para él", revela Léa.
"Tu padre nunca debería haber tenido hijos", dice que le dijo su madre una vez. No es de extrañar que Léa siempre haya luchado contra la depresión.
Esperanzas para el futuro
Pero las experiencias de los hijos de curas no son siempre tan duras como las que ha tenido Léa. Basile y Raphaëlle de Truchis, hijos del ex-cura Michel de Truchis, cuentan que en su infancia tenían la libertad de hacer de sus padres todas las preguntas que quisieran y que nunca fue difícil.
"Asistíamos a misa, clase de catecismo; nuestros padres siempre han estado involucrados en actividades en la parroquia", dice Raphaëlle.
Duras o no, lo importante es que por fin se les reconozca a la descendencia de los sacerdotes por lo que son: hijos de sus padres.
Los hijos de los curas, lamenta Anne-Marie Mariani, "a menudo solo descubren la verdad tras la muerte [de su padre]". Ahora, con la decisión de los obispos franceses de colaborar que todos los que busquen a sus progenitores entre el clero, "estamos esperanzados de que estas situaciones no vuelvan a ocurrir", afirma la fundadora de Enfants du Silence.
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