"Nos vemos en el Paraíso… Recen el rosario… Manden un abrazo para todos". Estas fueron las últimas palabras que el sacerdote italiano Cirillo Longo pudo compartir por teléfono con un amigo, desde el hospital.
Ingresado por coronavirus en Bérgamo, el padre Longo, a pesar de los dolores físicos, se dedicó a animar a los trabajadores sanitarios que le atendían, falleciendo finalmente el pasado 19 de marzo, día de San José.
Recogida por Aleteia.org, su historia ha trascendido como ejemplo de positividad frente a la muerte, por tratarse de un afectado por la pandemia en la zona de Italia más golpeada por el Covid-19 y porque el religioso murió precisamente un día después de cumplir 95 años.
"No tengan miedo, estamos todos en manos de Dios", dijo el padre Longo, orionista, en su lecho de muerte. Extrañado por cientos de personas que le han acompañado a lo largo de su misión por diferentes centros de Don Orione, incomunicado en su habitación, pero visiblemente feliz, como muestra la fotografía que se ha difundido en los medios.
En ella se aprecia cómo el sacerdote, sobre la ropa de cama de hospital, sube las manos apretadas, en señal de victoria. Luciendo un rosario colgado del cuello y un respirador en el rostro.