Las Iglesias de Mesopotamia y la India refuerzan sus vínculos apostólicos Sacerdotes y religiosas siro-malabares comienzan su misión al servicio de los caldeos iraquíes

Misa en una iglesia caldea en Iraq
Misa en una iglesia caldea en Iraq

El padre George y el padre Paul trabajarán en las parroquias caldeas de Bagdad, mientras que seis religiosas apoyarán las actividades pastorales de las comunidades caldeas de Kirkuk y Sulaimaniyah

Tres hermanas más trabajarán en las comunidades cristianas de Erbil, capital del Kurdistán iraquí

Los refuerzos llegan tras verse falta de curas y religiosas la Iglesia caldea por culpa de las guerras y las migraciones

Llegaron a Irak hace unos días y ya comenzaron su misión al servicio de varias diócesis y comunidades de la Iglesia caldea. Son sacerdotes y religiosas indios de la Iglesia siro-malabar enviados para servir a los cristianos iraquíes.

Dos sacerdotes carmelitas, el padre George y el padre Paul, trabajarán en las parroquias caldeas de Bagdad, mientras que seis religiosas apoyarán las actividades pastorales de las comunidades caldeas de Kirkuk y Sulaimaniyah. Tres hermanas más trabajarán en las comunidades cristianas de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí. 

El envío de sacerdotes y religiosas siro-malabares a Irak reviste especial importancia e interés si se tienen en cuenta los lazos que unen a la Iglesia caldea y a la Iglesia siro-malabar, y si se considera la dinámica con la que se ha extendido el anuncio cristiano en Asia desde los tiempos apostólicos. 

Ya en el cuarto siglo de la era cristiana, las comunidades cristianas que florecieron en Malabar estaban vinculadas a la antigua Iglesia de Oriente; y de Mesopotamia venían periódicamente los obispos encargados de dirigir a los bautizados malabares que habían adoptado el rito siríaco oriental. 

Cristianos iraquíes
Cristianos iraquíes

Después del comienzo de la modernidad y de la llegada de los misioneros portugueses, con los consiguientes problemas vinculados a los intentos de "latinización" de las comunidades cristianas de rito oriental presentes en la India, el patriarca caldeo Youssef VI Audo (1848-1878) intentó restablecer la antigua costumbre de enviar obispos de Mesopotamia a las comunidades siro-malabares.

Las vicisitudes históricas también han contribuido a debilitar las vocaciones sacerdotales y religiosas en la Iglesia caldea que en los últimos 15 años ha sufrido una drástica reducción del tamaño de sus comunidades eclesiales debido a los flujos migratorios que han llevado a cientos de miles de cristianos iraquíes a trasladarse a Occidente o a otros países de Oriente Medio.

En cambio, en la Iglesia católica siro-malabar las vocaciones sacerdotales y religiosas siguen prosperando. El año pasado -así lo destacan los medios de comunicación vinculados al patriarcado caldeo- una delegación de la Iglesia caldea fue a Kerala y pidió a los obispos siro-malabares que enviaran sacerdotes, religiosos y religiosas a Irak para apoyar las actividades pastorales ordinarias de las diócesis caldeas. 

De las comunidades de los llamados "cristianos de Santo Tomás" que florecieron en la India gracias a la predicación de los portadores del Evangelio que llegaron de Mesopotamia, hoy las nuevas energías apostólicas acuden a sostener la vida de fe de las comunidades cristianas iraquíes, en las mismas tierras atravesadas por el Tigris y el Éufrates de las que procedían los misioneros de la antigua Iglesia oriental que trajeron el nombre de Cristo a la India y a China. 

Así, en la historia de los cristianos malabares que ofrecen sus energías en las tierras de Mesopotamia, se manifiesta una vez más la fuente de gratuidad que por sí sola puede alimentar toda aventura misionera. 

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