El experto en abusos a menores basa su propuesta en experiencias exitosas llevadas a cabo en EEUU Zollner propone "cárceles eclesiásticas" para los sacerdotes pederastas
Zollner sugiere que, una vez cumplida la pena de prisión, los clérigos acusados de abusos a menores podrían ser acogidos, atendidos y controlados de forma voluntaria para evitar nuevas agresiones
Consciente de que estos maltratadores "tienen muchas posibilidades de reincidir", el psicólogo y sacerdote jesuita basa su propuesta en experiencias positivas en los EEUU
Ante el grave problema de conciencia y credibilidad que significa para la Iglesia católica el abuso de menores dentro de su seno, la institución sigue pensando maneras de abordar esta lacra. El último en pronunciarse en este sentido ha sido el jesuita alemán Hans Zollner, uno de los mayores expertos en este ámbito.
Pensando cómo la Iglesia podría garantizar un control del seguimiento más eficaz de los pederastas condenados de sus propias filas, el presidente del Centro para la Protección de los Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana sugiere idear una suerte de “cárceles eclesiásticas” para los criminales.
En una entrevista con religion.ORF.at recogida por Katholish.de, Zollner sugirió que, una vez cumplida la pena de prisión, los clérigos acusados de abusos podrían ser acogidos, atendidos y además controlados estrictamente de forma voluntaria para evitar nuevas agresiones. Consciente de que estos maltratadores tienen muchas posibilidades de reincidir, el también psicólogo y sacerdote basa su propuesta en experiencias positivas en los EEUU, donde han sido habilitados estos centros donde los delincuentes “aceptarían ir a una casa así porque saben que serán controlados”.
Zollner describió estas instalaciones en “zonas remotas”, instalaciones “similares a una prisión” en el sentido de que habrían “claras restricciones de salida y contacto con el exterior”. Según el jesuita, el control, definir exactamente qué pueden hacer y qué no, son “una de las herramientas más importantes con los maltratadores dentro y fuera de la iglesia”.
Una medida solo para paises desarrollados
Ahora bien, para Zollner, esta iniciativa solo podría surtir efecto en las sociedades occidentales “altamente especializadas”, como podrían ser Europa, Estados Unidos o en Canadá. “En otras partes del mundo, donde la responsabilidad de la comunidad es más prominente, las parroquias o comunidades espirituales podrían asumir estas tareas”, asegura el jesuita.
De aplicarse este procedimiento, existiría un dilema que Zollner no pasa por alto: si los delincuentes son expulsados de la Iglesia, como sería del todo conveniente, esto implicaría que la institución ya no tendría acceso a ellos, lo que impediría, por tanto, su control o supervisión.
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