Denuncian que tasas estatales "inasequibles" forzaron la cancelación de su única peregrinación nacional Los grecocatólicos sufren en Bielorrusia, "la última dictadura de Europa"

Bielorrusia es conocida como "la última dictadura de Europa". La vida en este país, limítrofe con Lituania, Letonia, Rusia, Ucrania y Polonia, es dura para todos, pero especialmente para la gente religiosa, que frecuentemente sufre restricciones a su libertad de culto.

¿El último episodio de vulneraciones de este derecho humano? La imposición por parte del Estado de tasas "inasequibles" para policías, paramédicos y limpieza en una peregrinación grecocatólica, el elevado coste de las cuales forzó la cancelación del evento en el último minuto.

La peregrinación

A principios del mes pasado, la Iglesia grecocatólica se preparaba para la 25 edición de su única peregrinación nacional, tal como informa Forum 18, el sitio web de una organización noruega pro-derechos humanos que defiende la libertad religiosa en el mundo.

Es una ruta que recorre los alrededor de 100 kilómetros entre las ciudades de Vítebsk y Pólotsk, en el norte del país, en conmemoración del martirio de cinco monjes basilios hace 400 años.

Los organizadores habían obtenido los permisos necesarios para la realización del evento de las autoridades civiles.

Y aunque éstas les advirtieron de que la Iglesia tendría que pagar un dinero para costes de seguridad, posibles tratamientos médicos y mantenimiento en la ruta, los responsables del evento confiaban en que podían convencerlas de que no era necesario y que los fieles se podían ocupar de estos quehaceres.

Las tasas exigidas, el salario medio de un día

Pero finalmente no pudo ser. Los organizadores consiguieron rebajar el dinero exigido desde 3.825 rubles bielorrusos (1.650 euros) hasta 3.000 (1.295 euros), pero la cantidad seguía siendo inasumible. Y resultó que solo era para los policías, y no incluía los paramédicos y limpiadores municipales.

El monte habría representado el salario medio de un día para cada uno de los 100 participantes previstos.

Con este contratiempo, el principal responsable de la peregrinación -el padre Dimitry Grishan- se vio obligado a cancerlarla un día antes de que fuera a empezar.

"¿De qué nos van a proteger?", Grishan cuestionó a las autoridades civiles. "Durante 24 años no ha habido jamás conflictos en la ruta".

El Decreto 49

El responsable de que las autoridades civiles hubieran cobrado a los grecocatólicos por realizar su peregrinación es el controvertido Decreto 49, sacado adelante este enero por el Consejo de Ministros del presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, en el cargo desde 1994.

Gracias a dicho decreto, los organizadores de todos los eventos públicos aprobados han de pagar tasas de seguridad, eventuales atenciones médicas y limpieza.

Pero resulta que las autoridades son más celosos por recibir el dinero en algunos casos que otros.

"Injusticia"

En teoría, los eventos religiosos son exentos del pago. Pero en la práctica, las exenciones solo se aplican en eventos organizados en sitios religiosos en sí. No fuera de estos, como en una ruta pública, tal y como fue el caso en la peregrinación católica.

El padre Grishan califica las tasas como "injusticia". Se quejó de que el Gobierno esté favoreciendo con su aplicación selectiva de las tasas solo a los eventos "que el Estado considere útil" y que dicte "conveniente para el renacimiento espiritual y moral" que él busca promover.

Muchos políticos opositores y defensores de los Derechos Humanos también critican al Decreto 49. Pero no solo ellos. Otros figuras de la Iglesia católica del país también advierten contra la medida.

El cura de Vítebsk Vyacheslav Barok dijo que el Decreto no hace una buena ley, porque depende mucho de cómo las autoridades lo interpreten en casos puntuales.

"La ley debe ser precisa y clara", dijo a Forum 18.

"Actualmente, las autoridades tienen una palanca para influenciar a las organizaciones religiosas", lamentó.