Le prohíbe dar su testimonio sin una réplica desde el punto de visita del agresor Un obispo francés amordaza a una "agresiva" ex-monja víctima de abusos de un sacerdote
El obispo de Limoges, Pierre-Antoine Bozo, impuso que para que Caroline diera su testimonio en propiedad diocesana hablara también alguien de la comunidad del cura que le abusó
Alega que "es una mujer demasiado herida, que tiene una visión demasiado negra de la institución, como para ser justa en sus comentarios"
La Asociación Católica de Mujeres de país galo le contesta: "No podemos esperar que una víctima experimente tal confrontación después de haber ofrecido compartir su historia"
La Asociación Católica de Mujeres de país galo le contesta: "No podemos esperar que una víctima experimente tal confrontación después de haber ofrecido compartir su historia"
Una asociación de mujeres católicas francesas ha denunciado la aparente censura del obispo de Limoges de una ex monja y víctima de abuso sexual clerical.
Tal como informa La Croix, la Asociación Católica de Mujeres (ACF) se vio obligada a cancelar un evento de finales de septiembre en el que Caroline, una ex monja agredida hace treinta años por un sacerdote, debía hablar.
Eso fue después de que el obispo Pierre-Antoine Bozo exigiera que los organizadores del evento invitaran a alguien que hablara frente a Caroline desde el punto de vista del sacerdote.
Esa oferta de contra-testimonio fue la condición que Bozo impuso para celebrar el evento en una propiedad diocesana.
Pero tanto las representantes de ACF como la propia Caroline se sintieron ofendidos por la demanda del obispo, por lo que cancelaron el evento.
Su agresor ya fue condenado canónicamente por tocamientos en el confesionario
Caroline, quien reveló su historia por primera vez hace un año, dice que fue tocada indecentemente en el confesionario por un sacerdote de la Comunidad de las Bienaventuranzas, cerca de la ciudad de Blois.
Fue su segundo trauma sexual, ya que ya había sido agredida en su adolescencia.
Su sacerdote agresor fue condenado en un proceso canónico en 2016 por abusar de otras víctimas.
Pero a pesar de la evidencia de sus gestos y actitudes inapropiados "a veces seriamente escandalosos para los penitentes", el sacerdote abusador, que tiene ahora más de noventa años, fue castigado simplemente con el retiro de sus facultades para escuchar confesiones.
Incluso el obispo Bozo reconoció que el veredicto de la Iglesia fue "complicado" y "no claro" y "redujo la responsabilidad del sacerdote".
Caroline no ha tenido éxito en su intento de reabrir el caso de la Iglesia.
"Sólo quería dar mi testimonio"
La ex monja, ahora de 51 años, dijo que "solo quería dar mi testimonio, no dar una conferencia" en el evento de ACF.
Agregó que todavía ama a la Iglesia y solo quiere "seguir adelante".
Pero eso puede resultar difícil de hacer, especialmente dada la censura del obispo Bozo.
El obispo "propuso que se colocara un sacerdote de las Bienaventuranzas frente a Caroline", denunció a un miembro de la ACF.
"No podemos esperar que una víctima experimente tal confrontación después de haber ofrecido compartir su historia, en toda su subjetividad".
Pero el obispo rechazó las acusaciones de la ACF, y de una estación de televisión local, de que quería "amordazar" a Caroline.
"Bajo ninguna circunstancia", dijo Bozo a La Croix.
Aunque el obispo dijo que creía a Caroline y quería apoyarla, añadió que "ella es una mujer demasiado herida, que tiene una visión demasiado negra de la institución, como para ser justa en sus comentarios".
Bozo además describió a Caroline como "muy frágil" y "agresiva y virulenta".
"Con su resentimiento salvaje contra la Iglesia en su conjunto, su testimonio corre el riesgo de dejar a los fieles y al público con más preguntas que respuestas, y tal vez hacerle más daño que bien", explicó el prelado.
"Y si no explicamos al público cómo la Iglesia ahora recoge las palabras de las víctimas o cómo funciona el plazo de prescripciones penales, este testimonio puede ser incomprensible".
No es el fin del camino
A pesar de la actitud de Bozo, este no es el final del camino para Caroline.
Los fiscales de Blois ya están investigando sus acusaciones de abuso, a pesar de que el plazo de prescripción sobre los crímenes ya se agotó.
En los próximos días, Caroline también debe dar su testimonio a la Comisión Sauvé, un organismo independiente creado por los obispos franceses para investigar el manejo de la jerarquía de los casos de abuso sexual clerical.
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