"Alguien me ha dicho que me pasa como a Ignacio Ellacuría, que tengo gente que me adora, y gente que me rechaza" Nicolás Castellanos: "Mi penúltima confesión y mi última oración, en gratuidad y gratitud"
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"Mi vida está marcada por dos intentos: Responder a la llamada de Dios y explotar los talentos que Él me regaló. He intentado dar lo mejor de mí mismo, ser el hombre bueno, que dicen, que llevamos todos dentro". Así comienza la llamada "Mi penúltima confesión" del inolvidable Nicolás Castellanos, enviada por quienes guardan su memoria para ser publicada es su blog en Religión Digital
"No puedo aceptar sin pruebas que en Hombres Nuevos se roba, que algún boliviano ha robado, cuando siempre hemos hecho gala de transparencia y honestidad"
"Karol Wojtyla ha sido un obispo de Roma de gran categoría humana y creyente, pero no ha conseguido tener una Iglesia abierta, alegre y confiada en la providencia de Dios. La Iglesia Romana aprendió mucho de los viejos emperadores pero muy poco de las democracias modernas"
"También intuí que teníamos que proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, no desde nuestra sabiduría, talento o eficacia de nuestras organizaciones o el poder institucional centralizado, sino desde Jesús, el gran Profeta, que proclamó el Reino y cumple su misión profética, no solo a través de su jerarquía, sino a través de los laicos (LG 35), desde los profetas de hoy"
"Con este bagaje, los genes que herede de mis padres, Ángela y Severiano, y mi creatividad, inicié y seguí mi aventura humana hasta hoy, porque el amor siempre engendra vida nueva y despierta el sentido de ayudar a los empobrecidos, excluidos, a lo desechables, a lo descartables en esta cultura del descarte"
"Padre de todos, de los empobrecidos, excluidos, de los nadies ninguneados, de los felices, dichosos, bienaventurados, como María, de los enfermos, de los que carecen de libertad, o están abatidos en la soledad o perdidos en el egocentrismo, o empoderados en el alocentrismo, en el ser para los demás. Padre de los que llegan tarde a la cita con Dios, por desatascar las carretas de los caminos de la vida, de los que viven la tragedia, de las rupturas familiares, de género o condición homosexual"
"Desde mi ordenación presbiteral (12 de julio de 1959) para mí Dios ha sido un levante auroral para estrenar vida cada mañana. Después de un largo camino, atravesado de noches oscuras y levantes aurorales, Dios me regala estrenar vida cada mañana y descubrir que la vida es don, regalo, que el Señor nos la da gratis para que gratis la demos a fondo perdido a todos, pero preferentemente a los últimos, a los más pequeños, a los nadies"
"Una anécdota de mi infancia puede definir mi talante, mi espíritu crítico inconformista, decidido. Tomamos la iniciativa Tomás Franco y yo, monaguillos, de hacer la primera huelga de monaguillos en toda la Iglesia. El sacerdote nos daba una perrina, cinco céntimos y nosotros le pedíamos una perrona, 10 céntimos. Le tocamos las campanas y no le ayudamos a misa"
"Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido"
"Me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia"
"Karol Wojtyla ha sido un obispo de Roma de gran categoría humana y creyente, pero no ha conseguido tener una Iglesia abierta, alegre y confiada en la providencia de Dios. La Iglesia Romana aprendió mucho de los viejos emperadores pero muy poco de las democracias modernas"
"También intuí que teníamos que proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, no desde nuestra sabiduría, talento o eficacia de nuestras organizaciones o el poder institucional centralizado, sino desde Jesús, el gran Profeta, que proclamó el Reino y cumple su misión profética, no solo a través de su jerarquía, sino a través de los laicos (LG 35), desde los profetas de hoy"
"Con este bagaje, los genes que herede de mis padres, Ángela y Severiano, y mi creatividad, inicié y seguí mi aventura humana hasta hoy, porque el amor siempre engendra vida nueva y despierta el sentido de ayudar a los empobrecidos, excluidos, a lo desechables, a lo descartables en esta cultura del descarte"
"Padre de todos, de los empobrecidos, excluidos, de los nadies ninguneados, de los felices, dichosos, bienaventurados, como María, de los enfermos, de los que carecen de libertad, o están abatidos en la soledad o perdidos en el egocentrismo, o empoderados en el alocentrismo, en el ser para los demás. Padre de los que llegan tarde a la cita con Dios, por desatascar las carretas de los caminos de la vida, de los que viven la tragedia, de las rupturas familiares, de género o condición homosexual"
"Desde mi ordenación presbiteral (12 de julio de 1959) para mí Dios ha sido un levante auroral para estrenar vida cada mañana. Después de un largo camino, atravesado de noches oscuras y levantes aurorales, Dios me regala estrenar vida cada mañana y descubrir que la vida es don, regalo, que el Señor nos la da gratis para que gratis la demos a fondo perdido a todos, pero preferentemente a los últimos, a los más pequeños, a los nadies"
"Una anécdota de mi infancia puede definir mi talante, mi espíritu crítico inconformista, decidido. Tomamos la iniciativa Tomás Franco y yo, monaguillos, de hacer la primera huelga de monaguillos en toda la Iglesia. El sacerdote nos daba una perrina, cinco céntimos y nosotros le pedíamos una perrona, 10 céntimos. Le tocamos las campanas y no le ayudamos a misa"
"Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido"
"Me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia"
"Con este bagaje, los genes que herede de mis padres, Ángela y Severiano, y mi creatividad, inicié y seguí mi aventura humana hasta hoy, porque el amor siempre engendra vida nueva y despierta el sentido de ayudar a los empobrecidos, excluidos, a lo desechables, a lo descartables en esta cultura del descarte"
"Padre de todos, de los empobrecidos, excluidos, de los nadies ninguneados, de los felices, dichosos, bienaventurados, como María, de los enfermos, de los que carecen de libertad, o están abatidos en la soledad o perdidos en el egocentrismo, o empoderados en el alocentrismo, en el ser para los demás. Padre de los que llegan tarde a la cita con Dios, por desatascar las carretas de los caminos de la vida, de los que viven la tragedia, de las rupturas familiares, de género o condición homosexual"
"Desde mi ordenación presbiteral (12 de julio de 1959) para mí Dios ha sido un levante auroral para estrenar vida cada mañana. Después de un largo camino, atravesado de noches oscuras y levantes aurorales, Dios me regala estrenar vida cada mañana y descubrir que la vida es don, regalo, que el Señor nos la da gratis para que gratis la demos a fondo perdido a todos, pero preferentemente a los últimos, a los más pequeños, a los nadies"
"Una anécdota de mi infancia puede definir mi talante, mi espíritu crítico inconformista, decidido. Tomamos la iniciativa Tomás Franco y yo, monaguillos, de hacer la primera huelga de monaguillos en toda la Iglesia. El sacerdote nos daba una perrina, cinco céntimos y nosotros le pedíamos una perrona, 10 céntimos. Le tocamos las campanas y no le ayudamos a misa"
"Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido"
"Me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia"
"Desde mi ordenación presbiteral (12 de julio de 1959) para mí Dios ha sido un levante auroral para estrenar vida cada mañana. Después de un largo camino, atravesado de noches oscuras y levantes aurorales, Dios me regala estrenar vida cada mañana y descubrir que la vida es don, regalo, que el Señor nos la da gratis para que gratis la demos a fondo perdido a todos, pero preferentemente a los últimos, a los más pequeños, a los nadies"
"Una anécdota de mi infancia puede definir mi talante, mi espíritu crítico inconformista, decidido. Tomamos la iniciativa Tomás Franco y yo, monaguillos, de hacer la primera huelga de monaguillos en toda la Iglesia. El sacerdote nos daba una perrina, cinco céntimos y nosotros le pedíamos una perrona, 10 céntimos. Le tocamos las campanas y no le ayudamos a misa"
"Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido"
"Me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia"
"Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido"
"Me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia"
| Nicolás Castellanos Franco osa
1. MI PENÚLTIMA CONFESIÓN
Mi vida está marcada por dos intentos: Responder a la llamada de Dios y explotar los talentos que Él me regaló.
He intentado dar lo mejor de mí mismo, ser el hombre bueno, que dicen, que llevamos todos dentro.
Desde mis tiempos del Seminario Mayor en el Monasterio de Santa María de la Vid, como educador en el Seminario Menor de Palencia, como Provincial de los Agustinos, como obispo de Palencia y misionero en Santa Cruz de la Sierra, el leit motiv siempre ha sido el Reino de Dios por el camino de los pobres.
He intentado siempre agradar a todos, volcarme en los demás y ayudarles siempre a fondo perdido, en muchos casos, me ha resultado positivo, pero otros muchos, menos, no he acertado y hasta me han rechazado. Mientras ejercía el servicio, gozaba de la mayor estima, la gente se identificaba conmigo, estaban contentos y les iba mi espíritu conciliar, de libertad, de corresponsabilidad, de participación y de convivencia alegre, distendida y amigable.
Pero cuando terminaba el servicio, en los distintos campos en que me he movido, parece que las cosas cambiaban. El pueblo me seguía queriendo y valorando. Recuerdo cuando volvía de Bolivia a Palencia, era frecuente que me abordara gente mayor, adulta, joven y me decían, 'señor obispo', o simplemente 'Nicolás, desde que tú te marchaste a Bolivia, ya no hemos vuelto a tener obispo'. Sin embargo, la Iglesia oficial, me ignora, y según me dicen, me critican, para ella, no existo. Alguien me ha dicho que me pasa como a Ignacio Ellacuría, que tengo gente que me adora, y gente que me rechaza. También lo que sí es cierto, es que tengo un grupo de incondicionales en España y en Bolivia.
Al cumplir los 80 años, cerré un ciclo: Dejé la Parroquia y Proyecto Hombres Nuevos. Y para no molestar a nadie, me fui a la comunidad de Jorori, a media hora de Santa Cruz de la Sierra. Cuando me jubilé de la Parroquia Hombres Nuevos no me ofrecieron nada. Si bien dejé claro que estaba totalmente disponible, para todo lo que me pidan. En la Parroquia solo he confirmado y bautizado a un grupo de adultos, que hice con mucho gusto el 7 de junio del 2015. Últimamente los párrocos actuales P. Pedro Bonanomi e Iber Ochoa, me invitan con frecuencia a presidir la Eucaristía con motivo del aniversario de la Parroquia, celebraciones de Comunidades Educativas Hombres Nuevos, a dar charlas y otros encuentros pastorales. Con motivo de la muerte del P. Germán García, tantos años colaborador de la Parroquia Hombres Nuevos, celebramos una Eucaristía con toda la comunidad parroquial.
Antes de terminar mi gestión, hice una integración y traspaso a los nuevos párrocos Bolo y Omar, que ordené yo de sacerdotes en Palencia y siempre hemos sido amigos y a la Fraternidad de Hombres Nuevos, incluido el Proyecto. Se recorrieron todos los pasos en diferentes reuniones, como está escrito.
Creo que el grupo boliviano es suficientemente maduro y lo juzgo preparado. Otro tanto digo de los nuevos párrocos. Entonces, me he retirado totalmente. Vivo aquí, pero no intervengo en nada, estoy totalmente al margen. Cuido mucho no emitir juicios de valor, ni opiniones, ni comentarios
Creo que el grupo boliviano es suficientemente maduro y lo juzgo preparado. Otro tanto digo de los nuevos párrocos. Entonces, me he retirado totalmente. Vivo aquí, pero no intervengo en nada, estoy totalmente al margen. Cuido mucho no emitir juicios de valor, ni opiniones, ni comentarios. Ahora voy a España y mi comentario a toda pregunta: No pertenezco, ni participo, ni en la Parroquia, ni en el Proyecto. Lo he dejado todo en buenas manos.
Ahora mi meta y objetivo, es dedicarme a la contemplación, a la oración, al silencio, al estudio y a escribir. Lo que no pude hacer como quería, a lo largo de mi vida.
Es una delicia, estar junto al Señor, pasar el tiempo a su lado, sin mirar al reloj, hacer silencio interior profundo, dejar que el Señor te hable, ore en ti y dejarte sorprender por Él. Sencillamente escucharle, Él me mira y yo le miro. Los enamorados no se juntan para hablar de temas, sino para estar juntos y ensimismados.
Laus Deo
DICHA EN EL ENCUENTRO, DESDICHA EN EL DESENCUENTRO
Ciertamente en mi largo itinerario se han multiplicado los encuentros dichosos, gratificantes, que son una legión a lado de los desencuentros, que son mínimos pero muy dolorosos y afligidos.
El mayor sufrimiento en mi larga vida, que me ha proporcionado el mayor dolor y ha sido como una llaga abierta, permanente, han sido los desencuentros y rupturas de personas amigas, entrañables íntimas que antes del desencuentro nos queríamos, eran incondicionales, que nunca podíamos pensar en distanciarnos, ni llegar a no hablarnos, como si no existiésemos para ellos. Ciertamente ha sido mi cruz mayor, el sufrimiento de mi vida. Misterium iniquitatis. Tropezamos con el misterio de la vida que nos aflige y pone en evidencia la vulnerabilidad y limitación de la persona humana.
Me refiero a Jesús Bravo, que durante los 13 años de obispo de Palencia fue amigo inseparable y juntos preparamos la misión de la Fraternidad y Proyecto Hombres Nuevos, Juan Carlos Martínez, Goyo, Marta, Carmelina eran mi familia y la de mi padre Severiano y por ellos lo doy todo, Angélica Pastor, amiga del alma desde que era niña.
Respeto sus decisiones. Ellos creen que están en la verdad. Para ellos yo soy el que ha fallado, el malo, ellos los buenos y desde ahí han roto conmigo, con nuestra amistad. Es así de claro para ellos. Sin embargo a mí me ha sumido en el dolor más terrible. Con humildad lo acepto. Todo por el Reino.
Sin causas graves, ni razones mayores hemos perdido el mejor tesoro de nuestra amistad. Qué dolor y qué tristeza me produce que sin razones de peso, solo por sospechar, acusaciones falsas, por protagonismos estériles hayamos perdido lo más preciado de la vida
Aunque me parece injusto, irracional, porque sin causas graves, ni razones mayores hemos perdido el mejor tesoro de nuestra amistad. Qué dolor y qué tristeza me produce que sin razones de peso, solo por sospechar, acusaciones falsas, por protagonismos estériles hayamos perdido lo más preciado de la vida, la amistad.
Reconozco mis fallos, limitaciones, pero mi conciencia no me reprocha nada, siempre he actuado de un modo sincero y con la mejor voluntad de agradar a todos, ayudar a la gente, a los pobres, intentando buscar siempre el bien, sin hacer daño a nadie.
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No puedo aceptar sin pruebas que en Hombres Nuevos se roba, que algún boliviano ha robado, cuando siempre hemos hecho gala de transparencia y honestidad. Reconozco que en el modo de llevar la administración, la contabilidad pueda haber fallos, pero eso no tiene nada que ver con la acusación del robo o falta de transparencia.
Me parece exorbitado, desproporcionado llegar a esa ruptura y desencuentros sin causa y sin pruebas que lo atestigüen. Se podía haber hecho la corrección fraterna, corregir los fallos más de forma que de contenido, pero no dar el escándalo de la ruptura, sin causa, que tanto daño ha hecho al Proyecto Hombres Nuevos y dolor estéril me ha causado a mí.
Desde mi punto de vista, no es justo ni razonable juzgar, condenar, destituir sin escuchar a las personas y sin aducir pruebas verificadas. Desde la sospecha y desde que no sé qué razones misteriosas, no transparentes, no se puede crear una problemática, un malestar tan grande, que perjudica al proyecto y a los pobres.
No se puede criticar y condenar a los bolivianos que están y siguen implicados en este proyecto boliviano de Hombres Nuevos que llevan y gestionan con dedicación y entrega.
Por las obras les conoceréis.
La postura correcta no se inspira en la sospecha, sino en la complicidad, corrigiendo lo defectuoso, valorando lo positivo y desde luego sintiéndose cómplices en el apasionante proyecto de Hombres Nuevos. Las sospechas no tienen nada que ver con la entrega, empoderamiento, amor a los pobres del fundador y de los 20 fraternos que llevan hoy el Proyecto Hombres Nuevos y son la Fraternidad Hombres Nuevos. Y eso es lo que cuenta.
2. MI ÚLTIMA ORACIÓN ENGRATUIDAD Y GRATITUD
Tengo 86 años y se acerca el momento de encontrarme con el Señor, con quien he intentado encontrarme, a lo largo de mi vida, en la Palabra, en la Eucaristía, en los ratos prolongados de oración, o rezando con el Pueblo en comunidad y en tantos momentos alegres y sangrantes de la vida sin olvidar la contemplación de la naturaleza:
Loado seas mi Señor,
por la hermana tierra que es toda bendición,
la hermana madre tierra que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color
y nos sustenta y rige loado mi Señor.
Buscando siempre, en sinceridad y verdad, todo lo que es justo, verdadero, bello, amable.
“Pues yo reconozco mi culpa tengo siempre presente mi pecado contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces”
Pero me puede la sorpresa de Dios.
Señor me abrirás los labios y mi boca proclamará tu alabanza. Y sigo cantando y alabando al Señor, el Kyrios, el Señor de la historia.
Alabado seas mi Señor.
El sol y las estrellas proclaman tu grandeza, las flores y la luna nos cantan tu poder. Alabado seas, mi Señor
Alabado seas, mi Señor,
cantando el universo te ofrece su hermosura, pues toda criatura es cántico de amor.
Los pájaros y el bosque,
los árboles y el viento, los ríos y los mares nos cantan tu poder.
Por todos los hermanos,
que acogen y perdonan,
por todos los que rezan en su tribulación.
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Y desde el hogar de mis padres, en el páramo leonés, sentí y viví la fuerza seductora del AMOR FIABLE. Sin el amor nada puede mantenernos unidos a las personas. La unidad entre nosotros se podrá concebir no fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el miedo, sino en la bondad de vivir juntos, en la alegría que la sola presencia del otro, pueda suscitar.
Esa fue la matriz en que nací, crecí, me abrí a la vida y a la utopía de empezar a soñar. Dime lo que sueñas y te diré lo que eres.
“Hay hombres que luchan un día y son buenos,
Hay hombres que luchan un año y son mejores.
Hay hombres que luchan muchos años y son muy buenos. Hay los que luchan toda una vida. ESOS SON IMPRESCINDIBLES” (Bertolt Brech)
Así me lo recordaba aquel verso de Antonio Machado:
“Son de abril las aguas mil, sopla el viento achubascado y entre nublado y nublado hay trozos de cielo añil”.
En definitiva, el cielo añil del amor fiable.
Y con idéntica fuerza nos ilumina el inspirado San Juan de la Cruz:
“Qué bien se yo la fonte que mana y corre, aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte
Está escondida
En este vivo pan
Por darnos vida, aunque es de noche” (San Juan de la Cruz)
Aquí aparece en seguida, la fe, o si prefieres Jesús, siempre bebiendo en las fuentes y la primera de todas es JESÚS DE NAZARET: “Haz a los demás, lo que quieres que te hagan a ti” (Mt. 7, 12). Porque donde está Jesús hay libertad. La fe nos acerca y asemeja a Jesús y por eso somos personas libres. Porque Jesús es la verdad y la verdad nos hace libres, a la luz de los dichos y hechos de Jesús.
Amor y libertad, ya tenemos un binario para andar el camino, pero andar el camino en verdad, y eso es la humildad, andar en verdad
Amor y libertad, ya tenemos un binario para andar el camino, pero andar el camino en verdad, y eso es la humildad, andar en verdad. Lo expresa gráficamente Agustín de Hipona: Lo primero, lo segundo, lo tercero y lo último en la vida es la humildad, que es andar en verdad.
Se hace camino al andar, cuando está presente el amor, la libertad, la humildad. Reconocer lo que somos:
Yo soy pobre y desvalido,
pero el Señor se cuida de mí. (Salmo 39)
El Señor es bueno,
enseña el camino a los pecadores
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña el camino a los humildes (Salmo 24)
Y el mismo salmista, nos introduce y acerca al Señor “clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad, bueno con todos, cariñoso con todas sus criaturas; hace maravillas con los hombres, porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Salmo 144, 135, 106, 99).
Y también el salmo 41 me traza el camino, la intensidad de vida, la mística de la andadura cotidiana:
Como marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios,
entre cantares de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
Desde el inicio de mi andadura por la vida, me ilumino aquel aforismo de San Atanasio: Cristo resucitado ha venido a armar una fiesta en cada mujer y hombre y en cada bautizado.
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Pero al mismo tiempo, reconociendo la ternura y misericordia del Señor, me acojo al “testimonio unánime de los profetas, que los que crean en Jesús reciben, por su nombre el perdón de los pecados” (Hch. 10, 43). Y así lo confirma la tradición eclesial: “Hemos de alegrarnos en este día santo de la Pascua. Que nadie se sustraiga del gozo común a causa de la conciencia de sus pecados, que nadie deje de participar en la oración del Pueblo de Dios, a causa del peso de sus faltas. Que nadie, por pecador que se sienta, deje de esperar el perdón en un día tan santo. Porque si el ladrón obtuvo el paraíso ¿Cómo no va obtener el perdón el cristiano?” (S. Máximo de Turin, obispo, Sermón 53, 1 – 2. 4). Y lo confirma S. Pablo: “Si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás”. (Rom. 10, 9).
Entonces, siempre con humildad, invoco confiadamente al Señor.
No te acuerdes de los pecados, ni maldades de mi juventud, acuérdate de mí con misericordia
por tu bondad, Señor. (Salmo 24).
Y al decir de Agustín de Hipona, el don y alegría de Dios es el Espíritu Santo que un formador preclaro, Agustín Liébana, me hizo caer en la cuenta.
Desde el seminario, en el Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos), me llamó la atención el texto inspirado de Joel 3, 1
Derramaré mi espíritu sobre toda la humanidad; vuestros hijos e hijas profetizarán; los jóvenes tendrán visiones, y los viejos tendrán sueños
y hasta sobre los siervos y siervas derramaré mi espíritu en aquellos días.
Este texto bíblico siempre me ha inspirado, porque forma parte esencial de la experiencia cristiana: La efusión del Espíritu Santo que se derrama sobre todos sin límite de edad (jóvenes y ancianos), ni de sexo (hijas e hijos), ni de condición social (siervas y siervos).
Destaca en el texto la generosidad de la efusión como lluvia que se derrama y empapa y su universalidad a toda persona humana.
En Pentecostés, Pedro verá cumplida esta profecía en la efusión del Espíritu Santo que dio nacimiento a la Iglesia (Hch. 2, 16 - 21). Entonces lo propio de la Iglesia, el carisma de todo el Pueblo de Dios, es la abundancia del Espíritu Santo que se derrama en un ejercicio permanente de profecía.
Karol Wojtyla ha sido un obispo de Roma de gran categoría humana y creyente, pero no ha conseguido tener una Iglesia abierta, alegre y confiada en la providencia de Dios. La Iglesia Romana aprendió mucho de los viejos emperadores pero muy poco de las democracias modernas
Y este ejercicio de profecía, se verifica, hoy como ayer, lo mismo en la época de hierro, o en las noches oscuras, que en los levantes de la aurora del Concilio Vaticano II (1965). Y el Espíritu Santo no es un consejero cortesano al oído de los poderosos, sino un viento universal, que levanta los tejados y se mueve tan a gusto o más en los barrios marginales, en las parroquias, que en las curias. Karol Wojtyla ha sido un obispo de Roma de gran categoría humana y creyente, pero no ha conseguido tener una Iglesia abierta, alegre y confiada en la providencia de Dios. La Iglesia Romana aprendió mucho de los viejos emperadores pero muy poco de las democracias modernas.
Desde mis años mozos la cuestión ecuménica me golpeó fuerte después de leer un artículo del teólogo Yves Congar, primero perseguido y luego teólogo del Vaticano II, y posteriormente Cardenal.
También llegó a mis manos este texto de la Unión de las Iglesias. Upsala 1968. Me pareció un texto para la conversión, el cambio, el reencuentro y la utopía, que todos soñamos sea pronto realidad.
Sin el Espíritu Santo, Dios queda lejos, Cristo pertenece al pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia, una organización más,
la autoridad un dominio,
la misión, una propaganda,
el culto, una evocación,
el obrar cristiano, una moral de esclavos.
Pero con el Espíritu Santo,
el cosmos se eleva y gime en la infancia del Reino, Cristo ha resucitado,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia, comunión trinitaria,
la autoridad, servicio liberador,
la misión, Pentecostés.
El culto memorial y anticipación
el obrar humano, realidad divina.
Escuchar al Espíritu Santo en la vida y en la historia. Víctor Codina presenta como cinco clamores del Espíritu Santo: Razón, pobres, diferentes, tierra y escatología.
Reconozco mi sensibilidad temprana para conectar con la mujer y hombre de hoy. Allá por el año 1959, siendo seminarista, en el Monasterio de Santa María de la Vid, poco antes de mi ordenación sacerdotal, acaecida el 12 de julio de 1959, el párroco, hombre de Dios, bueno donde los haya, me prohibió organizar actividades con las chicas mayores de la catequesis, porque podía correr peligro.
Intuí tempranamente el cambio de época, las nuevas situaciones del mundo de hoy y la necesidad de abordar los temas, los problemas con una nueva sensibilidad. Lo mismo que en la Edad Media aplicaron su creatividad en la solución de los problemas de entonces, los moradores del siglo XX y XXI lo mismo podemos hacer y con el mismo derecho. Era normal que Santo Domingo de Guzman, santo y sabio, inventase el Rosario para orar los cristianos medievales, pues casi nadie sabía leer ni podían leer la Biblia, que además estaba prohibido tenerla y leerla.
También intuí que teníamos que proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, no desde nuestra sabiduría, talento o eficacia de nuestras organizaciones o el poder institucional centralizado, sino desde Jesús, el gran Profeta, que proclamó el Reino y cumple su misión profética, no solo a través de su jerarquía, sino a través de los laicos
También intuí que teníamos que proclamar el Evangelio, la Buena Nueva, no desde nuestra sabiduría, talento o eficacia de nuestras organizaciones o el poder institucional centralizado, sino desde Jesús, el gran Profeta, que proclamó el Reino y cumple su misión profética, no solo a través de su jerarquía, sino a través de los laicos (LG 35), desde los profetas de hoy, mártires del Reino por haber proclamado la Palabra de Dios.
Con este bagaje, los genes que herede de mis padres, Ángela y Severiano, y mi creatividad, inicié y seguí mi aventura humana hasta hoy, porque el amor siempre engendra vida nueva y despierta el sentido de ayudar a los empobrecidos, excluidos, a lo desechables, a lo descartables en esta cultura del descarte.

En el siglo XXI, en nuestro mundo coexistimos un 85% de lázaros, frente a un 15% de banqueteadores. Bolivia ocupa el séptimo lugar en el mundo de recursos naturales y el 134 lugar de países pobres. Tenía razón Lucho Espinal: “Bolivia no necesita mártires, sino constructores. No hay que dar la vida muriendo, sino trabajando”.
Consumatum est. Miro para atrás y el campo florece en el encuentro contigo, Padre, Madre, ternura y compasión. Dios, el único absoluto, el primero y lo primero. Todo lo demás, relativo. Tú, él TOTALMENTE OTRO, el único necesario, el Dios de Jesús, descubierto gradualmente a lo largo de mi vida.
Y al final, Señor, te fundes y confundes conmigo, para asumir en tu fortaleza, mi debilidad, mi barro, mi pecado, mi pequeñez, liberadas por la cruz y Resurrección de Jesús de Nazaret. Porque es eterna su misericordia. “Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón no descansará hasta que esté en ti”. (San Agustín)
Mi oración última, postrera, nace, brota en humildad, que es andar en verdad, en sinceridad que he buscado siempre, en ternura, sean compasivos como su padre es compasivo, en esperanza, que pronto será realidad gozosa y pascual, en fe, sé de quién me he fiado, en alegría, porque siempre he caminado alegre en la esperanza, en Jesús de Nazaret, porque el que cree que Jesús resucitó se salvará. Todo esto a pesar del barro que soy.
Mi oración postrera, se expresa en tres espacios, en tres actitudes, en tres deseos y anhelos, en el Padre Nuestro. La oración del Reino es la herencia que nos dejó Jesús. La pronunciamos en plural, comienza con una invocación el ABBA, PADRE. Siguen tres ANHELOS y 4 GRITOS que nacen de las necesidades básicas de las personas. Perfecta síntesis del Evangelio, de lo que sentía Jesús... Venga a nosotros tu Reino: Que no reinen los ricos sobre los pobres, que no demos a ningún Cesar lo que es tuyo Señor, los pobres.
1. Padre Nuestro: Es el Padre bueno de Lucas 15, que nos ama locamente, que siempre acoge y perdona. Que no castiga, como no castigó al hijo pródigo, sino que le hizo una fiesta y le preparó un banquete.
Jesús casi todo lo arreglaba en una comida. La Eucaristía fue una cena y en esa cena nos dejó el signo y sacramento de lavatorio de los pies, el más representativo del cristianismo. El vino de la fiesta era más importante que las seis tinajas de agua de las abluciones de la boda de Caná.
El Padre Nuestro no es un muro que separa, sino un abrazo que nos estrecha. Mi oración saborea, interioriza, repite contemplativamente Padre Nuestro y en silencio se prolonga esa contemplación sin tiempo y se repite varias veces Padre Nuestro.
Padre de todos, de los empobrecidos, excluidos, de los nadies ninguneados, de los felices, dichosos, bienaventurados, como María, de los enfermos, de los que carecen de libertad, o están abatidos en la soledad o perdidos en el egocentrismo, o empoderados en el alocentrismo, en el ser para los demás. Padre de los que llegan tarde a la cita con Dios, por desatascar las carretas de los caminos de la vida, de los que viven la tragedia, de las rupturas familiares, de género o condición homosexual.
El Dios, padre, madre, ternura, compasión, misericordia presente en los desiertos de la vida o en los jardines florecidos del acontecer diario, para unos monótono y aburrido, y para otros apasionante y provocador
El Dios, padre, madre, ternura, compasión, misericordia presente en los desiertos de la vida o en los jardines florecidos del acontecer diario, para unos monótono y aburrido, y para otros apasionante y provocador.
Desde mi ordenación presbiteral (12 de julio de 1959) para mí Dios ha sido un levante auroral para estrenar vida cada mañana. Después de un largo camino, atravesado de noches oscuras y levantes aurorales, Dios me regala estrenar vida cada mañana y descubrir que la vida es don, regalo, que el Señor nos la da gratis para que gratis la demos a fondo perdido a todos, pero preferentemente a los últimos, a los más pequeños, a los nadies.
Jesús alcanza el mayor esplendor en el dolor y en el fracaso. ¿No es una locura? ¿No es la negación total del humano?
Pues no, exactamente, todo lo contrario. Jesús se siente más humano, cuando anuncia el mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros, como yo les he amado. ¿En qué consiste la novedad de este mandamiento? Se pregunta San Agustín: ¿Por qué lo llama nuevo el Señor, si está tan claro que era antiguo? ¿No será que es nuevo, porque nos viste del hombre nuevo, después de despojarnos del antiguo...? ¿Y qué es lo que renueva al pueblo nuevo, sino el mandamiento nuevo? Porque en la Iglesia, los miembros se preocupan unos por otros; si padece uno de ellos, se compadecen todos los demás. Y si uno de ellos es glorificado, todos los otros se congratulan” (Tratados sobre el Evangelio de San Juan. 1 Tratado 65, 1 - 3)
Dios es amor. Pero Dios al encarnarse, al humanizarse en Jesús, se ha hecho amor humano. Y la experiencia nos dice que el verdadero amor está dispuesto a llegar a lo máximo, al límite, hasta la muerte y el fracaso. En el mandamiento nuevo, Jesús ya no habla de Dios. La revolución consiste en el que ama al ser humano, ese es el que verdaderamente ama a Dios. Esa es la revolución, la clave del cristiano, del creyente y mi intuición desde mis tiempos jóvenes.
Dios se humanizó, se hizo hombre en Jesús y el proyecto de Jesús fue un proyecto de humanización. Jesús se dedicó a hacer tres cosas bien humanas: Curar enfermos, dar de comer al que tenía hambre y cuidar las relaciones humanas para una buena convivencia.
Santificamos a Dios cuando nos empleamos a fondo a humanizar, a ser humanos, solidarios, a hacer el bien, a ser felices y ayudar a los otros también a ser felices.
Lo expresa bellamente Pablo Neruda:
“Veo lo que viene y lo que nace.
Los pobres, esperanza de mi pueblo,
Los niños en la escuela y con zapatos,
El pan y la justicia repartiéndose,
Como el sol se reparte en el verano”
Vale la pena recordar el poema de Knent-Tzu:
“Sembrando trigo una vez, cosecharás una vez. Plantando un árbol, cosecharás diez veces. Instruyendo a un pueblo, cosecharás CIEN VECES”.
La humanización implica relaciones personales, personalizadas e interpersonales. El ser humano, no puede vivir sin relaciones personales, ni relaciones interpersonales, de persona a persona, y no solo de personaje a personaje. No podemos quedar a nivel de relaciones laborales, profesionales, funcionales, secundarias, porque necesitamos llegar al nivel de las relaciones primarias, donde hay comunicación de persona a persona. Desde mis tiempos jóvenes he vivido mi relación personalizada, es decir, tomar en cuenta siempre a la persona, que eso es personalizar. Y eso fue lo que hizo Jesús con la mujer adúltera, la personalizó, la tomó en cuenta y no la condenó.
He entendido siempre la humanización como un proceso de acompañar, de aceptar los ritmos de la otra persona, de una manera dinámica, tener y dedicar tiempo al otro, “perder el tiempo”, estar gratuitamente y escuchar sin mirar al reloj, en definitiva, meterme en la piel del otro y estar pendiente de él.
Creo que esa es la marca de Jesús, la humanización.
El Evangelio de Jesús, siempre interroga, cura, sana y humaniza. Parece que se queda en el más acá y si me apuran, es más humano y social que religioso.
¿Puede haber mandatos religiosos que entren en conflicto con exigencias humanas, como enterrar al Padre? Lo más específico del ser humano es el cariño, el amor que se expresa en las relaciones interpersonales y en la convivencia. Lo que verdaderamente nos humaniza es el amor y la ternura. Entonces, Dios, que es amor no puede entrar en conflicto con lo humano. Eso sería negarse a sí mismo.
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Por otra parte, lo religioso, no puede suplantar o anular lo humano. Eso sería caer en la falsedad. Entonces ¿Cómo entender el dicho de Jesús?: “Sígueme y deja que los muertos entierren a los muertos” (Lc. 9, 60).
En definitiva, lo que no quiere Jesús, a toda costa, [es] que el dinero, la relación con la familia, los emprendimientos sociales y hasta religiosos, que en vez de humanizarnos, nos deshumanicen, que es lo que ocurre con frecuencia y eso no lo quiere Jesús.
El seguimiento de Jesús es la forma perfecta de humanización, un proyecto de humanización, basado en el amor, la libertad, la dignidad y la liberación de todas las esclavitudes y pecados.
Y afirmo con mi amigo y maestro José María Castillo: El discernimiento y seguimiento de Jesús, si no es racional, comprensivo, sensible al dolor, compasivo, benigno, benéfico, en una palabra, si no humaniza, no lleva la marca del VIVIENTE, Jesús de Nazaret. Su marca es la humanización.
Y esa humanización se multiplica con la presencia significativa de amigas y amigos. “El Señor crea algo nuevo en la tierra: Será la mujer quien abrace al varón” (Jer. 31, 22). Sin esas presencias, no hubiese conseguido las vetas de entrega a fondo perdido y ese servicio gratuito y multiplicado. Era compartir el SER JUNTOS, hombre y mujer, en un orden ontológico y existencial. Y ahí se descubren nuevas identidades de realización personal y comunitaria.
Efectivamente sembraste mi camino de amigos significativos y amigas imprescindibles para realizarme y realizar la misión encomendada. Era como un modo de vivir nuevo, pletórico, gratuito.
A mí me han marcado dos presencias, la de los amigos y amigas y la del Señor. En el encuentro con ÉL, todas las mañanas, Dios es para ti Paz, Amor, Alegría, Misericordia, Solidaridad, Generosidad... eso mismo tú tienes que ser para los demás: Paz, Amor, Alegría, Misericordia, Solidaridad, Generosidad...
El amigo te habita por dentro y caminamos en la misma dirección, te llena de fuerza y de coraje. No te resuelve el problema, pero te da visiones diferentes, despierta en ti actitudes positivas, dinámicas, resolutorias ante el problema
El amigo te habita por dentro y caminamos en la misma dirección, te llena de fuerza y de coraje. No te resuelve el problema, pero te da visiones diferentes, despierta en ti actitudes positivas, dinámicas, resolutorias ante el problema.
Dios y los amigos te permiten estrenar vida cada mañana.
Pero en el camino aparecen signos del BIEN y del MAL.
Una anécdota de mi infancia puede definir mi talante, mi espíritu crítico inconformista, decidido. Tomamos la iniciativa Tomás Franco y yo, monaguillos, de hacer la primera huelga de monaguillos en toda la Iglesia. El sacerdote nos daba una perrina, cinco céntimos y nosotros le pedíamos una perrona, 10 céntimos. Le tocamos las campanas y no le ayudamos a misa.
He iniciado todos los caminos, en sinceridad y en verdad, con una actitud, sana, ingenua, sin maldad, sin intereses bastardos, el bien, como meta, y para todos, sin querer hacer daño a nadie, confiando en el compañero de ruta, creyendo que todos anidábamos los mismos sentimientos y afanes. Pronto aparece la maldad, la desconfianza, la interpretación mezquina, donde solo había bondad y ganas de agradar a todos, pero no se ve así y empiezan a levantarse barreras, obstáculos, oposiciones, retirada de confianza, de caminar juntos; sin decirlo, los caminos se bifurcan y no se vuelven a encontrar. No ha ocurrido nada entre nosotros, tal vez el maldito protagonismo ha desvirtuado el proyecto acariciado juntos. No me siento culpable. No tengo culpa [de] que los demás me den el protagonismo. Pero eso ofende y rompe los proyectos, si no somos fieles a la opción primera y continuamos tercamente perseverantes.
Y aquí nos tropezamos con un mal endémico, la que muerde y corroe, la envida agresiva. De las envidias nadie se escapa y no hay que sentirse mal. Lo triste sería que no te envidiasen, eso significaría que no posees nada digno de envidiar
Y aquí nos tropezamos con un mal endémico, la que muerde y corroe, la envida agresiva. De las envidias nadie se escapa y no hay que sentirse mal. Lo triste sería que no te envidiasen, eso significaría que no posees nada digno de envidiar. Tiene razón el libro de la Sabiduría 6, 23 -24: “No haré camino con la podrida envidia, que con la sabiduría no se trata”. Si no la quieres provocar, tienes que mantenerte al mismo nivel medio de la colectividad. No se puede salir de la media, del denominador común.
Si te mueves, actúas, sales de la media, de los lugares comunes de los más dinámicos, si destacas, si rompes moldes viejos, anacrónicos del pasado, te pierden el respeto, empiezan los comentarios críticos, anónimos; se establecen distancias y alguna que otra dentellada, calladas o agresivas. No te consideran y no eres aceptado, eres de otro frente. Si eres educado y guardas silencio, pasas más desapercibido.
Los pastores mayores y menores, casi todos, sin dialogar y confrontar opiniones se alejan de ti, te censuran o silencian.
Si estoy en el error, apliquen la corrección fraterna, recomendada por Jesús, en el Evangelio. Nunca se aproximaron para dialogar y caminar juntos.
Es duro, doloroso; solo encuentras razones para seguir, con alegría y parresía, en las huellas martiriales, que sufrió Jesús y están presentes también en sus seguidores y discípulos y en la comunidad cristiana. LAUS DEO.
Siempre me he visto rodeado de personas incondicionales, que me quieren, acompañan, siguen y el grupo más bien reducido en comparación con el otro, que te rechaza visceralmente.
El caso que tú actúas igual, haces lo que crees que tienes que hacer, y unos te secundan y otros te aborrecen. Son expresiones del Bien y del Mal. Reconozco mi culpa y pido perdón.
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Estoy confundido. Graves deben ser mis errores, equivocaciones, ofensas, maldades, de las que no me doy cuenta y resultan tan ofensivas. Pero obras son amores y no buenas razones. Siempre he querido caminar en comunión, hacer el bien, ser hermano entre los hermanos, ayudar en todos los aspectos a la arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, como pastor que huele a oveja, en las periferias geográficas y personales, acompañando a los pobres, sin meterme con nadie, más que con las estructuras políticas, corruptas e injustas. Jamás he censurado ni a personas de la cúspide eclesial ni funcionamientos curiales, con los que no estoy de acuerdo, les respeto y desde luego actúo de otro modo, desde el Evangelio, las coordenadas del Concilio Vaticano II y desde la opción por los pobres y para los pobres.
La incomprensión y marginación, la falta de afecto colegial episcopal es otro signo de las huellas martiriales, que me hacen feliz.
En esa misma línea, me han venido repetidas advertencias de la Congregación de los Obispos, a través de la Nunciatura de España y de Bolivia. Después de rezarlo con cariño y parresía mostré que todos mis pasos han sido dados en comunión, respeto y amor. No soy culpable de la ineptitud de las personas designadas y de los errores cometidos por ellos. No pueden hacerme a mí el chivo expiatorio de sus deficiencias pastorales. Tengo la conciencia limpia.
Y alegre en la esperanza, he caminado entre los abrojos del mal y las flores del BIEN.
3. VengaanosotrostuReino.
En esta sociedad tecnificada, aburrida, saciada, empobrecida, arrodillada ante la pandemia del coronavirus, hace falta la fiesta cristiana de las bienaventuranzas, de la “Felicidad”, de la Fiesta.
En Mateo 5, 3 – 12, se nos da el programa de la felicidad cristiana. Jesús declara 8 veces “Dichosos”, “Felices” a las personas...
La bienaventuranza es como dar una buena noticia. Jesús felicita y llama felices a los discípulos. El Señor es la Bienaventuranza. Jesús nos exige y quiere que sus discípulos seamos felices.
La felicidad de los creyentes tiene tres dimensiones:
La felicidad tiene un porvenir por delante.
La felicidad tiene presente.
La felicidad tiene un pasado.
Y seguimos orando: Venga a nosotros tu Reino, porque el sueño de Dios, el gran proyecto de Dios es el Reino de Dios, entonces desde el principio, mi motivación era el proyecto de Dios, el Reino y recuperar su sueño. La Iglesia no es un absoluto, sino el signo y el sacramento del Reino. Jesús no se centra en anunciar a Dios, sino el Reino de Dios (Mt. 6, 33. Mt. 18, 3). Jesús no envía a sus discípulos a promover una religión, sino que les encomienda una noble tarea: “vayan y anuncien el Reino de Dios” y “Vayan y curen” (Mt. 10, 7 – 8 y Lc. 9, 2, 10, 8 - 9).
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Los rasgos del Reino: La compasión como principio de acción: El Padre (Lc. 15). El dueño de la vida, fariseo recaudador (Lc. 18, 9). Jesús introduce en la historia el principio decisivo de acción: “Sean compasivos como su padre es compasivo”.
EN EL REINO DE DIOS DA LA PRIMACIA A LOS ULTIMOS.
A Jesús se le ve rodeado de campesinos, pobres, enfermos, leprosos...Se preocupa de aquellos para los que la vida no es vida. Lc. 4, 16-22. Cuatro grupos de personas, que lleva en su corazón: pobres, cautivos, ciegos y oprimidos.
Y les habla con el lenguaje de la Bienaventuranzas.
A los que arrebataron la tierras los terratenientes les dice: “Dichosos los que quedáis sin nada, porque de ustedes es el Reino de los cielos”.
A los desnutridos y con hambre les dice: Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque Dios os quiere ver saciados.
Ve llorar a los campesinos cuando los recaudadores les llevan lo mejor de sus cosechas y les dice: “Dichosos los que ahora lloráis, porque dios os quiere ver riendo” (Lc. 6, 2-21).
La opción por los pobres tiene una raigambre bíblica. Es una opción teocéntrica. Mi opción no es por los pobres, sino por Jesús y, solo en segundo lugar, como Él, por los pobres. Esta opción no es facultativa, pues como el amor, es un imperativo cristiano y concluyamos con San Francisco de Asís:
“Poco y nada hemos hecho, Comencemos hermanos”
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