Carlos Murciano 8. EPITAFIO Y BROMAS
De despedida, me gustaría recomendar la inolvidable hora de programación que “Tertulias de autor” dedicó a Murciano, que ocupó gran parte de su recital recordando poemas y más poemas hermosos y humanísimos, enfatizando la novedad de versos de tema erótico incluidos en “Amatorio” y “Amatorio 2”. Para acceder al vídeo en Youtube, pulsar aquí.
GUARDO LA PRIMAVERA BAJO MI BLANCA SÁBANA
El próximo poema, “Donde el poeta comparte su lecho por vez primera”, curiosamente está siendo muy divulgado y celebrado en la red por ciudadanos de todas las edades. Resumen bien los iniciales versos el sentimiento central: “Guardo la primavera / bajo mi blanca sábana”, que concretará románticamente en la confidencia final: “Callad. No levantéis / rumor, que yo, por vez / primera, en esta noche / con una rosa duermo.”
Si no lo habéis hecho ya, sugiero asomaros al primer ramillete de seis importantes poemas de Carlos Murciano que embellecieron la antología inicial de mi web “Nido de Poesía”. Allí descubriréis los versos de la exquisita décima “Momento”, donde, una vez más, incluye fervorosamente el poeta creyente a Dios y al erotismo en el amor de pareja (pulsar).
DONDE EL POETA COMPARTE
SU LECHO POR VEZ PRIMERA
Guardo la primavera
bajo mi blanca sábana.
Toco sus manos niñas,
su cintura perfecta,
sus senos como claras
palomas asustándose,
rozo sus hombros tersos,
redondos como frutos
y pronuncio en su boca
mi beso más liviano.
Guardo la primavera:
tengo el amor crecido,
tengo el amor creciendo
como luna en mi cuarto.
Decid, los amadores,
si cuando abril se cuelga
de las acacias vírgenes
hubiera algo más bello
que poseer sus brazos.
Pues yo los tengo ahora
conmigo, floreciéndose,
poblándose de pájaros
pequeños y trinantes.
Decid, los amadores…
Mas no digáis, callad.
Callad, que hoy tengo el sueño
ligero y compartido
y no me atrevo ni
a despertar, no vaya
a ser que sólo sea
un sueño tanta dicha.
Afuera queda el mundo,
las estrellas rodando,
y el viento azul y leve
con que Dios se corona.
Pero la primavera
la tengo aquí, conmigo.
Callad. No levantéis
rumor, que yo, por vez
primera, en esta noche
con una rosa duermo.
CON ABEJAS DE DÍA
Y UN RUISEÑOR DE NOCHE
En 1966 recibe Carlos Murciano el Premio Boscán por su original poemario “Libro de los epitafios”. Destacamos hoy uno de ellos: “Epitafio para una monja anciana”. La protagonista, de vida contemplativa y ricas vivencias litúrgicas, después de años y años de oración y de flores, de devoción y culto, de amor y gregoriano, “se durmió en la gracia de Dios”. Sobre la cal del blanco nicho donde espera la resurrección, no aparece su nombre: se lo llevó el Señor a las estancias de luz y gozo de su amantísimo Corazón. Está interesando mucho en las redes el “Epitafio para un niño del campo”, de resonancias hernandianas.
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA¿Quién dio a blanca rosa hábito, velo prieto?
ARCIPRESTE DE HITA
Fue una mañana hermosa cuando llegó hasta elpueblo.
Cruzó sus calles solas en la hora del alba,
se empapó del silencio, del olor a jazmines
y a pan reciente y bueno, contempló unos caballos
caminando hacia el río, y con una sonrisa
atravesó las altas paredes del convento.
Allí se acabó todo y empezó todo. Nunca
tuvo más quince años, pero los tuvo siempre.
Vistió, tan blanca rosa, hábito y velo prieto,
cambió su nombre, puso más luz en sus pupilas
e inauguró su mundo: barrió su estrecha celda,
fregó, losa por losa, los muchos corredores,
regó las albahacas de los catorce patios,
hizo brillar la plata de la candelería,
cantó en el ancho coro, subió a las azoteas
–desde allí su universo de huertas y olivares–,
rezó al Sagrado Niño de la Espina, que llora
dentro del facistol de la gran sacristía,
planchó finos manteles, adornó los altares,
bordó pañuelos, cintas, cuidó del torno –Deo
gratias– y una mañana de abril no fue capaz
de levantarse. Hizo memoria de los años
–setenta, ochenta, ¿tantos pasaron ya, Dios mío?–
que empleó en sus faenas, dijo el avemaría,
oyó silbar los tordos negros sobre el tejado
y se durmió en la gracia de Dios.Aquí descansa,
dentro de esta pared encalada y desnuda
con doce limpios huecos cegados y olvidados
sobre los que ni un nombre tan siquiera florece.
Cerca, crecen y aroman hasta tres limoneros
con abejas de día y un ruiseñor de noche.
Hasta aquí bajarán las manos del Esposo
para llevarla –intacta– a la diestra del Padre.
MARAVILLA QUE DESCUBRÍ EN UN SITIO QUE NO DIGO
Más de 102 sonetos "eróticos" de Carlos Murciano ya se han publicado en 2010 y 2015, en bella edición de “Huerga y Fierro editores”, bajo los títulos de “Amatorio” y “Amatorio 2”. Curiosamente, el primer poema pícaro que presenta el autor en su antología doble es el que veremos a continuación, “De un lunar secreto que tenía la amada”, probablemente en la provocación, pero ingenioso y divertido. Y, como tantas veces, con referencia positiva al Creador del hombre y su sexualidad.
He recogido de un recital del poeta gaditano la siguiente ilustrativa respuesta a la crítica que suelen hacerle algunos maliciosos de enredarse en la peligrosa tarea de escribir poemas picantes y morbosos, inconvenientes en la pluma temblorosa de un lírico ochentón.
Así se explicaba el excelente sonetista: “Alguien me ha dicho: tu poesía es erótica. Digo: no, mi poesía es pícara, porque yo me planteo los temas que pueden ser temas delicados para resolverlos con la delicadeza que yo creo que el poeta tiene que afrontar estos temas. No recurrir a lo burdo, a lo basto, que además es mucho más fácil (no sé si lo consigo, pero lo intento al menos.)” En los temas 1 y 2 de nuestro presente trabajo, podemos encontrar varios ejemplos representativos. Pulsaraquí y aquí.
DE UN LUNAR SECRETO QUE
TENÍA LA AMADA
Un día, tomó Dios pluma y tintero,
buscó el lienzo más blanco y más pulido,
y puso a la creación punto y seguido
con pulso firme y dibujar certero.
Lo segundo fue entonces lo primero.
Punto en boca. Silencio. Luego, olvido.
Y así quedó celado y escondido
ese signo, ese sol, ese lucero.
Porque lo vi cuando te desnudaba,
allí donde yo menos lo esperaba,
del más nevado albor negro testigo,
digo de ese borrón que no mancilla,
de ese milagro, de esa maravilla
que descubrí en un sitio que no digo.
CARLOS MURCIANO
Misterio y luz en la poesía de Carlos Murciano
1.Amatorio
DONDE EL POETA EXPLICA CÓMO Y POR QUÉ COMPARTECON LA AMADA UN VASO DE VINO
DONDE EL POETA DICE DE UNOS SENOS DE MUCHACHA
DE LO QUE OCURRIÓ EN LA PLAYA DE EL PUERTODE SANTA MARÍA
2. Amatorio 2
HABLA EL POETA A LA AMADA, POR VEZ PRIMERA, DE SUSDOS HIJAS
OYE EL POETA A LA AMADA CANTAR A SUS DOS HIJAS
OYE EL POETA A LA AMADA CANTAR ENTRE PUCHEROS
3.Un día más o menos
8 DE DICIEMBRE
18 DE NOVIEMBRE
18 DE MARZO
4.Desde la carne al alma
HABLANDO CLARO
RÉQUIEM POR UN HOMBRE
DIOS ENCONTRADO
5.Los años y las sombras
JAULA VACÍA
EL ARCÓN
LA AZOTEA
6.Este claro silencio
LA NUBE
EL REGRESADO
LA VISITA
7.Abuelo Dios
ABUELO DIOS
PERRO DIOS
A UNA NOVICIA QUE EL POETA VIO EN LA GALERÍA DELCONVENTO QUE VISITABA
8.Epitafio y bromas
DONDE EL POETA COMPARTE SU LECHO POR VEZ PRIMERA
EPITAFIO PARA UNA MONJA ANCIANA
DE UN LUGAR SECRETO QUE TENÍA LA AMADA