Laudato si, y Poesía 0. LA CASA COMÚN
El pasado 24 de mayo firmó en Roma el Papa Francisco su importante encíclica –sobre el cuidado de la casa común– LAUDATO, SI. A lo largo de sugerentes entregas, nos acercaremos a textos del Papa y expresivos poemas de autores de hoy.
Me parece importante, ante dudas o curiosidades que nos obliguen a saber más, tener la posibilidad de consulta inmediata de una edición completa de la encíclica. Sería bueno conocer, al menos, dos direcciones web con el texto castellano. Podríais, en semejantes apurillos, pulsar, por ejemplo, aquí o aquí.
BREVE SÍNTESIS DE LA ENCÍCLICA
Así resume el arzobispo argentino Victor Manuel Fernández, rector de la UCA, la variada y fecunda exposición del Papa Francisco sobre una problemática interdisciplinar que tanto preocupa al científico como al hombre, a la mujer, de nuestro siglo:
“Se trata de un entramado de varios capítulos que aportan luces diferentes desde perspectivas muy variadas. Pasa de una aguda descripción de la realidad, a la política o a la espiritualidad, no como un mero rejunte, sino en cuidadosa filigrana donde todo se integra apuntando a un mismo objetivo: el “cuidado” –una de las palabras preferidas de Francisco–. A su vez, en esta polifonía, el Papa continúa con su novedosa actitud de citar a los obispos de muchos países, y hasta se da el gusto de recoger la enseñanza de un patriarca que no es católico romano o de citar a un místico musulmán."
Da por supuesto el rector de la UCA la hermosura de los textos bíblicos incorporados a la encíclica, pero destaca contundente la universalidad de especialidades que enriquecen la estructura central del documento pontificio: “Si bien supone la belleza del Evangelio, dialoga constantemente con la biología, con la pedagogía, con la ingeniería, con la psicología social, con la filosofía y con las preocupaciones del mundo.” Para leer completo el artículo del rector de la UCA, pulsaraquí.
ALABADO SEAS, MI SEÑOR...
«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor»,cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba» (Francisco, Laudato si, 1).
ALABADO POR LA HERMANA
NUESTRA MADRE TIERRA
¿Dónde fantasear los límites de mi casa? El jardincito ¿es parte también de mi casa? ¿Y mi pueblo, mi región, mi país..., el mundo? ¿Y mi cuerpo es, sobre todo, mi casa? ¿También es mi aura la bóveda de mi casa, como lo es el capullo de una mariposa? ¿O en mi casa lo importante acaso sea la familia, sus habitantes, también el perro, no el edificio? Escribe el Papa Francisco:"¡Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra..."
No todos felicitan al Obispo de Roma por este documento. En ABC, día 29 del pasado junio, el pensador francés Guy Sorman publicó un provocador artículo titulado “Vade retro” que, desde una visión aceradamente capitalista ningunea lo que no es beneficio económico... Así concluye su ensayo:“¿Se supone que el Hombre tiene que someterse a la Naturaleza o a la inversa? ¿Es el Hombre un pecador cuando no se postra ante la diosa Tierra? Esta encíclica, me parece, no es un manifiesto político, es una bomba teológica.”. Para leerlo completo, pulsaraquí. Pero disfrutemos ya los humanistas versos de la portorriqueña Magaly Quiñones:
LA CASA
A veces la casa crece, se extiende
y dejo que sus muros se alejen
que se eleven sus puertas, sus ventanas.
Pero a veces se estrecha en torno mío
y entonces es un nido,
tibia, insensible al viento.
Y sólo vive en mí
y a ella entro, a veces,
para sentir su espacio, su consuelo.
AQUÍ TIENES TU CASA
Vivimos rodeados de gratuita y frágil belleza (la tierra es “madre bella que nos acoge entre sus brazos”). Hermosura que nos pasa desapercibida por nuestras prisas, a pesar de sus guiños, de sus redobles de publicidad (“y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”). Lo más importante: nuestra vida es, a pesar de todo, una buena jornada en una casa grande como el mundo. Escribió los próximos versos de “Fuera de programa” el poeta canario Carlos Javier Morales.
FUERA DE PROGRAMA
Aún quedan rosas vivas en mi huerto:
ven para verlas juntos.
Ya sé que no te sobra ni un instante
en tu apretada agenda;
pero ven, que es la vida,
que ahora quiere enseñarnos su hermosura
y entonarnos su frágil melodía,
para que nunca olvides
que aquí tienes tu casa.
ALABADO SEAS POR LA HERMANA TIERRA...
“Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22).
Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura” (Francisco, Laudato si, 2).
CULTIVO FLORES EN LATAS Y A ENTRETIEMPOS
El último poema de hoy ha sido escrito en la Amazonía araguaia por el Obispo Casaldáliga, cultivador de almas y justicia, jardinero de flores reciclando latas viejas. Evoca don Pedro la divina Creación, y se descubre contemplando, con miradas tiernas, la obra conjunta de Dios y de sus propias manos (“y vio Dios que era bueno”).
Bella personalización de las cultivadas macetas: “ellas nunca me han dicho cómo sienten / este humano desvelo sin codicias”. Al final, descubrimos un verso agridulce de noche oscura: “el horizonte largamente opaco”. Reza el jardinero impetrando la aurora: que ascienda al corazón el sol, la luz de la esperanza.
HE PLANTADO UN JARDÍN
He plantado un jardín. Cultivo flores
en latas y a entretiempos,
practico la belleza inútilmente.
Riego las hojas verdes y sus gritos efímeros.
Las protejo del viento huracanado,
del sol calcinador. Doy cada día
tres o cuatro miradas protectoras,
y sorprendo la Creación haciéndose...
Ellas nunca me han dicho cómo sienten
este humano desvelo sin codicias;
pero viven, florecen, me acompañan;
atienden las visitas gratamente,
como hablando por mí, como diciéndome;
acordonan de paz el Araguaia;
y mojonan de esperas, de preguntas,
de respuestas, de cantos florecidos,
el horizonte largamente opaco.
LAUDATO SI, Y POESÍA
Encíclica del Papa Francisco sobre la ecología
0.La casa común
LA CASA, por Magaly Quiñones
FUERA DE PROGRAMA, por Carlos Javier Morales
HE PLANTADO UN JARDÍN, por Pedro Casaldáliga
1.El evangelio de la Creación
RELIGIÓN Y POESÍA, de Luis Alberto de Cuenca
CANTO A LA PIEDRA, de Javier Ciordia
VIDA PERFECTA, de Jorge Carrera Andrade
2.Fuimos concebidos en el corazón de Dios
QUIEN LO HIZO POR AMOR TAN ALTO Y LIBRE, de Mauleón
Y YO EN LA CREACIÓN, de Dámaso Alonso
REQUIEM POR UN HOMBRE, de Carlos Murciano
3.Armonía entre el Creador, la humanidad y la tierra
EL ÁRBOL, de Jan Martínez
EPITAFIO, de María Victoria Atencia
LA ELEGIDA, de Pilar Paz Pasamar
4.Labrar y cuidar el jardín del mundo
BALLENAS, de José Emilio Pacheco
DE LOS ÁRBOLES, de Dionisia García
GORRIÓN HERIDO, de Joaquín Benito de Lucas
5.El misterio del Universo
TRÓPICO, de Roberto Cabral
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy Sánchez Rosillo
SEÑOR, ¿ME ECHAS EN FALTA?, de Pilar Paz Pasamar
SEÑOR, ENSÉÑAME, de Rafael de Andrés
6.Liberación o destrucción
FÁBULA DE LAS ROSAS PERDIDAS, de Leopoldo de Luis
UN HOMBRE LLORA, de Leopoldo de Luis
7.Dios en lo más íntimo de cada cosa
UN BIEN, de Claudio Rodriguez
LA VISITA DEL MAL, de Antonio Colinas
ADENTRO, de Sánchez Rosillo
8.Singularidad del hombre en la gran familia creatural
YO LE DIJE A DIOS, de Jesús Mauleón
HERMANDAD, de Octavio Paz
AMANECER, de José Luis Hidalgo
9.La arbitrariedad del más fuerte
EL BURRO, de José Julio Cabanillas
MUERTE DE UN PERRO, de Francisco Brines
MONÓLOGO DEL MONO, de José Emilio Pacheco
10.El fin de la marcha del universo: plenitud en Dios
GRACIAS, DIOS MÍO, POR TU INVITACIÓN, de Rafael Alfaro
LA TIERRA ES TUYA, por Concha Zardoya
YO SOY EL CENTRO, de José Luis Hidalgo
11.Ninguna criatura es superflua
EL HUERTO, de Antonio Pereira
LA FLOR NUEVA, de Joaquín Romero
EL MERCADER DE SEMILLAS, de Gerardo Diego
12.Lugares personalísimos a recordar
MADRE MONTE CORONA, de Pilar Paz Pasamar
MAR DE MI INFANCIA, de Ángela Figuera
13 y siguientes.Cada criatura canta el himno de su existencia
PHILOMENA, TU CÁNTICO, de Pilar Paz Pasamar
TODA LA NOCHE ESTUVISTE, de Pilar Paz Pasamar