Laudato si 8. SINGULARIDAD DEL HOMBRE EN LA GRAN FAMILIA CREATURAL
Aunque se admita la evolución, es creencia común una intervención especialísima de Dios al crear la primera pareja y engendrar la existencia de cada uno de nosotros. Solo el ser humano, en el vértice de la familia creacional, puede alabar al autor de toda vida, abandonar el corazón a la bondad de sus designios, confiar en Él como Señor, Amigo, Padre...
EN DIÁLOGO CON LOS DEMÁS Y CON EL MISMO DIOS
“Cada uno de nosotros tiene en sí una identidad personal, capaz de entrar en diálogo con los demás y con el mismo Dios. La capacidad de reflexión, la argumentación, la creatividad, la interpretación, la elaboración artística y otras capacidades inéditas muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico” (Francisco, Laudato si, 81).
ME GUSTARÍA CANTAR COMO LOS PÁJAROS
En su blog de Religión Digital nos sorprendió hace meses el poeta navarro Jesús Mauleón con el estreno, para los amigos, de su bello poema “Yo le dije a Dios”, perdido entre papeles y recién descubierto y dado a conocer en su cuaderno de bitácora “Jesús Mauleón, poeta y cura” (pulsar). Aunque modestamente el poeta intentaba justificar el porqué de su traspapeleo (“quizá lo consideré como pieza sencilla, rozando lo catequético”) nos va a facilitar notablemente el emocionado descubrimiento de nuestra privilegiada posición en el inventario universal de hermosas criaturas que Dios ha regalado al mundo y a la familia humana.
YO LE DIJE A DIOSOración al aire libre
Yo le dije a Dios:
Señor, me gustaría cantar como los pájaros,
alabarte como ellos,
con su misma hermosura y sin reserva".
Y Dios me contestó:
"Para mí será siempre
más hermosa tu voz y tu alabanza".
Yo le dije a Dios:
"Mira, Señor, qué lujo de trigales.
Amarillean ya.
Y anuncian desde el oro los milagros
de la siega y el pan. Son y proclaman
el gesto de tu mano portentosa".
Y Dios me contestó:
"¿Qué no eres tú que sean los trigales?".
Yo le dije a Dios:
"Esas montañas
altos testigos son de tu grandeza.
Quietas están sin apartarse un punto
de donde tú quisiste que existieran".
Y Dios me contestó:
"Más alto es el amor que yo puse en tu pecho,
infinito mi amor que te eleva a mi altura".
Yo le dije a Dios:
"Ese sol abrasado que rueda en el verano
mensajero es veloz por quien nos mandas
tu calor y tu luz.
Fiel a la perfección
de elipses y de círculos,
cumple la ley que sabio le trazaste".
Y Dios me contestó:
"Te encumbro más que al sol y a ti te tengo
más cerca de mi pecho.
En ti he encendido
tu pequeña bondad con que remedas
el sumo amor de mi bondad primera.
En ti he marcado a fuego como en nada
el hierro de mi imagen...
Los pájaros, el trigo, las montañas, los soles
son bellas criaturas de mis manos.
Pero tú...
Tú eres mi hijo".
¡Señor, Dios nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
LLAMADA PECULIAR A LA RELACIÓN DE UN “TÚ” CON OTRO TÚ
“La novedad cualitativa que implica el surgimiento de un ser personal dentro del universo material supone una acción directa de Dios, un llamado peculiar a la vida y a la relación de un Tú con otro tú. A partir de los relatos bíblicos, consideramos al ser humano como sujeto, que nunca puede ser reducido a la categoría de objeto” (Francisco, Laudato si, 81).
PERO MIRA HACIA ARRIBA: LAS ESTRELLAS ESCRIBEN
Octavio Paz, Premio Cervantes en 1981, describe, en pocos versos, un concierto armonioso entre el hombre y el cielo, un cielo que se expresa con luces, un hombre que, integrado en el cosmos a pesar de la noche y su breve tiempo, leído por el cielo, sin entender comprende.
HERMANDAD
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
______________________
Y UNA LUZ PURA ME TRASPASA
Y COMO AGUA AZUL ME ANEGA
Describe José Luis Hidalgo una sencilla y cautivadora experiencia mística cuando amanece el día: “y una luz pura me traspasa”. Se combinan la Luz y el Agua en intensa metáfora globalizante. Y se nos hace muy presente, en los versos finales, el diálogo de Jesús con la samaritana (Jn 4). Aunque nos quedamos prendidos, sobre todo, de las palabras de Jesús en Jn 7,38: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Si alguno cree en mí, el agua brotará en él, según lo anunció la Escritura.” El verso final se nos antoja literalmente teresiano: “Y no comprendo que no muera”.
AMANECER
Cuando los ojos de Dios se abren,
amaneciendo por la tierra,
y, sobre el mundo de los vivos,
se derrama su transparencia,
yo abro los míos para todo,
y en todo veo Su belleza
y comprendo que si he nacido
es porque Él quiere que así sea.
Mi alma entera se desnuda
de la materia en que está presa,
y una luz pura me traspasa
y como un agua azul me anega.
Agua de siglos, me has llegado
del fondo ciego de su alberca.
Luz incesante que de Él brotas,
para los hombres, agua eterna,
ya me he mojado y he bebido
hasta saciar mi sed inmensa,
y te miro, desde la orilla,
y no comprendo que no muera.
LAUDATO SI, Y POESÍA
Encíclica del Papa Francisco sobre la ecología
0.La casa común
LA CASA, por Magaly Quiñones
FUERA DE PROGRAMA, por Carlos Javier Morales
HE PLANTADO UN JARDÍN, por Pedro Casaldáliga
1.El evangelio de la Creación
RELIGIÓN Y POESÍA, de Luis Alberto de Cuenca
CANTO A LA PIEDRA, de Javier Ciordia
VIDA PERFECTA, de Jorge Carrera Andrade
2.Fuimos concebidos en el corazón de Dios
QUIEN LO HIZO POR AMOR TAN ALTO Y LIBRE, de Mauleón
Y YO EN LA CREACIÓN, de Dámaso Alonso
REQUIEM POR UN HOMBRE, de Carlos Murciano
3.Armonía entre el Creador, la humanidad y la tierra
EL ÁRBOL, de Jan Martínez
EPITAFIO, de María Victoria Atencia
LA ELEGIDA, de Pilar Paz Pasamar
4.Labrar y cuidar el jardín del mundo
BALLENAS, de José Emilio Pacheco
DE LOS ÁRBOLES, de Dionisia García
GORRIÓN HERIDO, de Joaquín Benito de Lucas
5.El misterio del Universo
TRÓPICO, de Roberto Cabral
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy Sánchez Rosillo
SEÑOR, ¿ME ECHAS EN FALTA?, de Pilar Paz Pasamar
SEÑOR, ENSÉÑAME, de Rafael de Andrés
6.Liberación o destrucción
FÁBULA DE LAS ROSAS PERDIDAS, de Leopoldo de Luis
UN HOMBRE LLORA, de Leopoldo de Luis
7.Dios en lo más íntimo de cada cosa
UN BIEN, de Claudio Rodriguez
LA VISITA DEL MAL, de Antonio Colinas
ADENTRO, de Sánchez Rosillo
8.Singularidad del hombre en la gran familia creatural
YO LE DIJE A DIOS, de Jesús Mauleón
HERMANDAD, de Octavio Paz
AMANECER, de José Luis Hidalgo
9.La arbitrariedad del más fuerte
EL BURRO, de José Julio Cabanillas
MUERTE DE UN PERRO, de Francisco Brines
MONÓLOGO DEL MONO, de José Emilio Pacheco
10.El fin de la marcha del universo: plenitud en Dios
GRACIAS, DIOS MÍO, POR TU INVITACIÓN, de Rafael Alfaro
LA TIERRA ES TUYA, por Concha Zardoya
YO SOY EL CENTRO, de José Luis Hidalgo
11.Ninguna criatura es superflua
EL HUERTO, de Antonio Pereira
LA FLOR NUEVA, de Joaquín Romero
EL MERCADER DE SEMILLAS, de Gerardo Diego
12.Lugares personalísimos a recordar
MADRE MONTE CORONA, de Pilar Paz Pasamar
MAR DE MI INFANCIA, de Ángela Figuera
13 y siguientes.Cada criatura canta el himno de su existencia
PHILOMENA, TU CÁNTICO, de Pilar Paz Pasamar
TODA LA NOCHE ESTUVISTE, de Pilar Paz Pasamar