Laudato si, y Poesía 1. EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN

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De los 246 números en seis grandes apartados que estructuran la encíclica, hemos elegido, para nuestra aproximación, desde la Poesía, al texto papal, un único capítulo, el segundo, titulado “El evangelio de la Creación”, del que, a lo largo de unas veinte entregas, seleccionaremos algunos textos, acompañándolos de imágenes y entrañables poemas. Iniciemos ya nuestro aventura de fe y compromiso.

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LA LUZ QUE OFRECE LA FE

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“También es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad. Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje” (Francisco, Laudato si, 63).

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ALABANZA DE LO CREADO Y SU CREADOR

Es evidente que, a la hora de investigar soluciones al problema ecológico, además de la ciencia, necesitamos el diálogo de otras disciplinas, como el pensamiento y la praxis de las religiones. Deberíamos apuntar, como señala el Pontífice en el documento, hacia el arte y la poesía, la vida interior y la espiritualidad.

Nos acompañan seguidamente unos magníficos versos de Luis Alberto de Cuenca, que se cierran al modo de los salmos: “Feliz quien, al amparo de la fe, / escribe poesía desde el júbilo, / el drama, la alabanza y el sentido.”La diapositiva presente, muy antropomórfica, sugiere la actividad de un Dios, Padre amoroso, que, en la cumbre de la Creación, regala al Universo un ser imagen suya; o, expresado en otros términos, entrega a la pareja humana una Naturaleza que amar y cuidar...

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RELIGIÓN Y POESÍA

Mi religión, o sea, la católica,
aporta a la poesía tres conceptos
que son fundamentales: la alabanza
de lo creado y de su Creador
(como en Akenatón, los himnos védicos,
San Francisco, Espronceda, Pound y Petse);
el júbilo de ser, pero el sentido
también de ser, al margen del azar
y de las ciegas fuerzas naturales;
y, por último, el drama, la tensión
de la lucha en un mundo relajado
que prescinde del cielo y del infierno.

Feliz quien, al amparo de la fe,
escribe poesía desde el júbilo,
el drama, la alabanza y el sentido.

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PIEDRA EN GRACIA DEL ARTE

La escultura que nos acompaña, La Catedral”,obra genial en piedra de Augusto Rodin, representa el sutil acercamiento y elevación de dos manos derechas, de hombre y de mujer, que construyen estéticamente la estructura y el espacio sagrado interior de una Catedral gótica. El mismo escultor de esta maravilla así definió la prodigiosa estructura de una catedral: Una catedral son dos manos que se unen en oración.”

Javier Ciordia nos informa, en su soneto “Canto a la piedra”, del mutuo enriquecimiento que piedra y escultor alcanzan en su labor conjunta de creación, “donde triunfa el misterio” y “se apuntala el secreto de la esencia”. Curioso: el escultor poeta Rodin se esfuerza por dejar huellas de talla en la piel de la piedra. Así lo describe Javier: “Piedra martirizada a sangre fría, / por la gubia, el cincel o por la lima / que la arranca de sí, que la sublima / hasta hacerla oración o poesía”.

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CANTO A LA PIEDRA

Piedra martirizada a sangre fría,
por la gubia, el cincel o por la lima
que la arranca de sí, que la sublima
hasta hacerla oración o poesía.

Piedra en gracia del arte que porfía
por el salto absoluto hacia su cima
donde triunfa el misterio y donde rima
la materia con toda la armonía.

Piedra-espíritu ya, transustaciada,
con ternura de piel casi sensible,
que apuntala el secreto de la esencia.

Se libró la materia de su nada
y quedó a pie de flor, inmarcesible
el perfume del ser: su trascendencia.

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COMPROMISOS ECOLÓGICOS QUE BROTAN DE NUESTRAS CONVICCIONES

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“Si el solo hecho de ser humanos mueve a las personas a cuidar el ambiente del cual forman parte, «los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe». Por eso, es un bien para la humanidad y para el mundo que los creyentes reconozcamos mejor los compromisos ecológicos que brotan de nuestras convicciones(Francisco, Laudato si, 64).


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Imprescindible poeta ecuatoriano enamorado de la fauna y flora de su país y del mundo, Jorge Carrera Andrade, tan próximo a las fábulas con moraleja, dialoga franciscanamente con el hermano conejo y toma nota de sus virtudes para imitarlas. Ternura, observación admirativa, espiritualidad, sentido del humor...

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VIDA PERFECTA

¡Conejo: hermano tímido, mi maestro y filósofo!
Tu vida me ha enseñado la lección del silencio.
Como en la soledad hallas tu mina de oro
no te importa la eterna marcha del universo.

Pequeño buscador de la sabiduría,
hojeas como un libro la col humilde y buena,
y observas las maniobras que hacen las golondrinas,
como San Simeón, desde tu oscura cueva.

Pídele a tu buen Dios una huerta en el cielo,
una huerta con coles de cristal en la gloria,
un salto de agua dulce para tu hocico tierno
y sobre tu cabeza un vuelo de palomas.

Tú vives en olor de santidad perfecta.
Te tocará el cordón del padre San Francisco
el día de tu muerte. ¡Con tus largas orejas
jugarán en el cielo las almas de los niños!


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LAUDATO SI, Y POESÍA

Encíclica del Papa Francisco sobre la ecología

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0.La casa común

LA CASA, por Magaly Quiñones
FUERA DE PROGRAMA, por Carlos Javier Morales
HE PLANTADO UN JARDÍN, por Pedro Casaldáliga


1.El evangelio de la Creación

RELIGIÓN Y POESÍA, de Luis Alberto de Cuenca
CANTO A LA PIEDRA, de Javier Ciordia
VIDA PERFECTA, de Jorge Carrera Andrade


2.Fuimos concebidos en el corazón de Dios

QUIEN LO HIZO POR AMOR TAN ALTO Y LIBRE, de Mauleón
Y YO EN LA CREACIÓN, de Dámaso Alonso
REQUIEM POR UN HOMBRE, de Carlos Murciano


3.Armonía entre el Creador, la humanidad y la tierra

EL ÁRBOL, de Jan Martínez
EPITAFIO, de María Victoria Atencia
LA ELEGIDA, de Pilar Paz Pasamar


4.Labrar y cuidar el jardín del mundo

BALLENAS, de José Emilio Pacheco
DE LOS ÁRBOLES, de Dionisia García
GORRIÓN HERIDO, de Joaquín Benito de Lucas


5.El misterio del Universo

TRÓPICO, de Roberto Cabral
CUANDO MIRAS DESPACIO, de Eloy Sánchez Rosillo
SEÑOR, ¿ME ECHAS EN FALTA?, de Pilar Paz Pasamar
SEÑOR, ENSÉÑAME, de Rafael de Andrés


6.Liberación o destrucción

FÁBULA DE LAS ROSAS PERDIDAS, de Leopoldo de Luis
UN HOMBRE LLORA, de Leopoldo de Luis

7.Dios en lo más íntimo de cada cosa

UN BIEN, de Claudio Rodriguez
LA VISITA DEL MAL, de Antonio Colinas
ADENTRO, de Sánchez Rosillo


8.Singularidad del hombre en la gran familia creatural

YO LE DIJE A DIOS, de Jesús Mauleón
HERMANDAD, de Octavio Paz
AMANECER, de José Luis Hidalgo



9.La arbitrariedad del más fuerte

EL BURRO, de José Julio Cabanillas
MUERTE DE UN PERRO, de Francisco Brines
MONÓLOGO DEL MONO, de José Emilio Pacheco


10.El fin de la marcha del universo: plenitud en Dios

GRACIAS, DIOS MÍO, POR TU INVITACIÓN, de Rafael Alfaro
LA TIERRA ES TUYA, por Concha Zardoya
YO SOY EL CENTRO, de José Luis Hidalgo


11.Ninguna criatura es superflua

EL HUERTO, de Antonio Pereira
LA FLOR NUEVA, de Joaquín Romero
EL MERCADER DE SEMILLAS, de Gerardo Diego


12.Lugares personalísimos a recordar

MADRE MONTE CORONA, de Pilar Paz Pasamar
MAR DE MI INFANCIA, de Ángela Figuera


13 y siguientes.Cada criatura canta el himno de su existencia

PHILOMENA, TU CÁNTICO, de Pilar Paz Pasamar
TODA LA NOCHE ESTUVISTE, de Pilar Paz Pasamar


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