Serrat MH6. "LA PALMERA LEVANTINA"
El próximo día 28 celebraremos un doble aniversario: la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén el Domingo de Ramos y el fallecimiento de Miguel Hernández en la enfermería de la cárcel de Alicante. Hoy nos detendremos en el primer acontecimiento, celebrado en la costa levantina y en toda España portando ramos de olivo y blanco ramaje de centenarias palmeras, el árbol por excelencia del paisaje alicantino, que tan intensamente vivió Hernández. Y lo primero de todo, nos disponemos a regalar una blanca palma de Elche a la doncella que hoy, 25 de marzo, escucha del ángel el anuncio de su divina maternidad.
Javier Mariscal, imprescindible diseñador gráfico (recordemos la simpática mascota Cobi de los JJOO de Barcelona 92) ha querido sumarse al vídeo colectivo para los conciertos de Serrat (pulsar aquí) ilustrando el poema "La palmera levantina". Fijaos en el dibujo presente: cuanta simplicidad en sus trazos y cuantísima expresividad. Al fondo el mar, como en el poema de Miguel ("la que otea la marina"). La orilla del mediterráneo proporciona a la palmera un microclima templado, tan beneficioso para su supervivencia. Siempre provocador, así explica su trabajo el publicista valenciano, a partir de los versos de Miguel:
"Hay como pequeñas estrofitas y cada una tiene un poco su ADN con diferentes coloridos y diferentes movimientos. Una palmera que camine, una palmera que explote... Yo tengo un equipo con muy buenos animadores, pero en este caso lo he animado todo, y solo. Muy simple, muy gráfico. Y procurando todo el tiempo dar ese punto que tiene la canción..."
LA QUE ATRAPA LA PRIMERA GOLONDRINA
Ha escogido Serrat, para cantarlo, un valioso poema de juventud, casi de adolescencia, de Miguel Hernández, publicado en el periódico "El Día" un 24 de febrero de 1932. Llevaba unas semanas en Madrid el poeta oriolano. Era su primer viaje. Tuvo que escribirlo, supongo, iniciado ya 1932, porque en los versos finales se adivina cierta decepción, ya que, aunque siente que le despiden líricamente las palmeras como manos amigas, escucha interiormente una voz que le anuncia, al dejar sus anchos valles, que marcha "de una mentira bella en pos..."
Pocos meses después de este viaje a ninguna parte, regresará por san Isidro a su pueblo, caballero de triste figura. Pero ha aprendido mucho este avispado y meticuloso muchacho. Y escribirá en el verano, con gongorino gorjeo, su primer gran libro: Perito en lunas, donde dedicará una octava real a su admirada Palmera.
Admirador y amigo de la generación del 27, se deja influir Miguel por los últimos experimentos de la nueva poesía ( "Manual de espumas", en 1924; "Ámbito", 1928; "Sobre los ángeles", 1929...). Y dispara los rayos de su fecunda imaginación en una catarata de metáforas sobre la palmera. Como carrusel de fuegos de artificio, se le encienden atrevidas luces, brillantes greguerías.Describe a la palmera como "columna que camina"; gato que araña el cielo ("la que araña los luceros"); ícaro "de bruces contra el Sol"; "magnífico incensario / que se mece"; madre que "acuna / al arcángel de la luna"... Pero es mejor que leamos ya, completa, la habilidosa versión cantable de los versos hernandianos:
LA PALMERA LEVANTINA
La palmera levantina,
la columna que camina.
La palmera... la palmera...
La palmera levantina,
la que otea la marina,
la mediterránea era.
La que atrapa la primera
ráfaga de primavera,
la primera golondrina.
La que araña los luceros
y se ciñe los encajes de las nubes
a los zancos datileros.
La que brinda sol en grano al verderol.
La que se arroja de bruces contra el Sol.
El magnífico incensario
que se mece solitario.
La palmera... la palmera...
Al final de una colina,
contra azul extraordinario...
la palmera levantina.
La palmera lo primero
que ve el ojo marinero
de los mares de levante.
La palmera la que encuna
al arcángel de la luna,
la palmera de Alicante.
Vedla, fina, palpitar en el confín.
Vedla, presa, en la retina de Azorín.
Como manos compañeras,
al dejar mis anchos valles
y marchar de una mentira bella en pos,
como manos, desde fondos
de horizontes y colinas
me dijeron las palmeras levantinas,
«¡adiós!»
La música de Serrat es bailable, se sueltan cintura, pies y manos a mecer el cuerpo como ramas de palmera con la brisa del mar. Hasta se percibe con claridad la melodía de la armónica de Antonio Serrano, instrumento que aprendía nuestro poeta (se adjunta dibujo de Benjamín Palencia que representa a su amigo Miguel Hernández tocando la armónica). ¿Por qué no escuchamos ya un pequeño corte de este tema , pinchando aquí?
CON LA LUZ –ENARCADA DE ALBOROZO– EN RISTRE
Hasta aquí la versión-Serrat completa del poema "La palmera levantina". Pero al cotillear el texto original de Hernández nos llevamos una grata sorpresa: faltan versos, casi la mitad. Y entre ellos algunos que se refieren a la fiesta de hoy, Domingo de Ramos. Escribe Miguel, refiriéndose a la palmera:
"Vedla hecha largas varas
ante aras
en los templos, recordando que el Rabí a Jerusalén
fue triunfante en un pollino."
No es esta la única alusión a la palma como símbolo religioso. En "Perito en lunas", la octava II "Palmero y Domingo de Ramos" nos ofrece en sus versos finales:"Por el domingo más brillante fuimos / con la luz –enarcada de alborozo– / en ristre, bajo un claustro de mañanas, / hasta el eterno abril de las persianas."
Si las palmas en los árboles son verdes, ¿cómo se consigue que se vuelvan blancas para procesionar el Domingo de Ramos y adornar testimonialmente la barandilla de los balcones? En la fecha de hoy han levantado ya la caperuza que había cubierto en el árbol, durante nueve meses, las ramas verdes, para que perdieran color. La palmera, hija de la luz y de la sombra, presenta un doble embrujo: se entrega al sol y enriquece de arrope los dátiles. Y en estos nueve meses de oscuridad, se entrega a la luna y resucita blanca y bendecida...
Y ASCIENDE UNA PALMERA, COLUMNA HACIA LA AURORA
En la cárcel de Torrijos, por los primeros días de setiembre de 1939, a pocas fechas de las Nanas de la cebolla, compone Miguel un esperanzado, ascensional soneto alejandrino. Castigado con algún amigo a corte de pelo al cero, barrer el patio y limpiar letrinas durante dos semanas, porque durante la ceremonia de la misa, así lo explican ellos, se les iba el santo al cielo con las golondrinas, en las fatiguillas de tan humilde oficio se le dispara una metáfora: la escoba es una palmera cabeza abajo, de las abundantes en Orihuela ("Alto soy de mirar a las palmeras").
Es como si Dios bajara a la tierra a ser crucificado de nuevo para elevarnos a su cielo, limpios del mal. La juventud es esa brava escoba que ha de barrer, con alegría y pureza, la basura del mundo. Se convertirá en flauta de Hamelín, librando de ratas la ciudad, en palabra unánime, profética y salvadora. Se adelanta al Neruda elemental, exaltando la esquemática simplicidad, la luminosa alegría –mitad Martín de Porres, mitad bruja de aquelarre– de la dorada escoba.
ASCENSIÓN DE LA ESCOBA
Coronad a la escoba de laurel, mirto, rosa.
Es el héroe entre aquellos que afrontan la basura.
Para librar el polvo sin vuelo cada cosa
bajó, porque era palma y azul, desde la altura.
Su ardor de espada joven y alegre no reposa.
Delgada de ansiedad, pureza, sol, bravura,
azucena que barre sobre la misma fosa,
es cada vez más alta, más cálida, más pura.
Nunca: la escoba nunca será crucificada,
porque la juventud propaga su esqueleto
que es una sola flauta muda, pero sonora.
Es una sola lengua sublime y acordada.
Y ante su aliento raudo se ausenta el polvo quieto.
Y asciende una palmera, columna hacia la aurora.
“HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA”
Se dedica un artículo a cada una de las trece canciones
con texto de Miguel Hernández y música de Serrat00.INTRODUCCIÓN GENERAL
01.UNO DE AQUELLOS
02.DEL AY AL AY POR EL AY
03.CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO
04.LA PALMERA LEVANTINA
05.EL MUNDO DE LOS DEMÁS
06.DALE QUE DALE
07.CERCA DEL AGUA
08.EL HAMBRE
09.TUS CARTAS SON UN VINO
10.SI ME MATAN; BUENO
11.LAS ABARCAS DESIERTAS
12.SÓLO QUIEN AMA VUELA
13.HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA