Monseñor Nestor Herrera ha visitado el País Vasco tras su paso por Roma y de regreso a su Ecuador natal. En las diócesis vascas conserva muchos amigos, misioneros durante su etapa como obispo de Machala.

Monseñor Herrera ha visitado a misioneros vascos en Donosti, Bilbao y Vitoria, y pudo celebrar la eucaristía y departir con ecuatorianos vinculados al programa Berakah.

Aprovechamos su paso por Vitoria-Gasteiz para hacerle una entrevista.

Algunas ideas expresadas por monseñor Herrera en la entrevista 

Entrevista íntegra en youtube.

¿Cómo recuerda los años de colaboración de los misioneros vascos en Ecuador siendo usted Obispo de Machala?

“Conservo una gran afecto para el grupo misionero vasco. Durante mi etapa como obispo de Machala fueron mi mano derecha. Su labor supuso un fortalecimiento y unidad de los agentes pastorales de Machala. Y eso repercutió favorablemente en el pueblo de Dios que camina en esa diócesis.”

¿Qué diría usted que queda del legado de Misiones Diocesanas Vascas en Ecuador?

Eran muy insistentes y comprometidos y eso contagiaba a los nacionales. Ello creó un ambiente que permitió a la larga tener una Iglesia viva, dinámica y solidaria.

¿Cómo valora el trabajo que se está haciendo en el proyecto Raíces y Sueños de San Isidro en el que está implicado el misionero vasco Juan Ramón Etxebarría?

Su trabajo lo conozco bastante bien. Es un trabajo encomiable porque está recuperando las raíces de la idiosincrasia del pueblo manabita y de la iglesia de Manabí. Este proyecto mantendrá la presencia viva de los misioneros vascos aún cuando ellos un día dejen de estar. 

La situación en Latinoamérica creo que podemos decir que ha sido convulsa y conflictiva casi siempre, actualmente el Ecuador acaba de vivir unas elecciones generales en las que la violencia ha sido protagonista incluso con el asesinato de uno de los candidatos, el periodista Fernando Villavicencio. ¿Cómo se encuentran actualmente las cosas y qué papel puede jugar la Iglesia en la estabilización del país? 

Desde que saltó a la política Villavicencio atrajo la atención de la ciudadanía. Sus primeras investigaciones le llevaron a tener que huir a la selva amazónica para refugiarse y evitar las represalias de Correa contra quien iban todas las acusaciones de sus investigaciones. Más tarde presidiría la comisión de fiscalización donde hizo afirmaciones muy comprometedoras para Correa y su gobierno. Cuando él se lanza a la candidatura para la presidencia mucha gente vió con simpatía esta decisión. Y esto preocupó no solo a los correístas sino al mundo del narcotráfico del que sabemos que sostiene y financia al gobierno de Correa. Y aunque teóricamente Villavicencio estaba bien protegido por su seguridad el hecho es que esta no funcionó, y en Ecuador se piensa que hubo colaboración desde dentro por muchos detalles significativos. Todos los candidatos contaban con vehículos blindados, existía una salida alejada del público en los mítines, y la policía mantenía cordones de seguridad en torno a los candidatos y aquel día nada de eso sucedió. 

Respecto del papel de la Iglesia decir que fue la primera en condenar este asesinato. Por otro lado hubo un tiempo en la que la Iglesia fue mediadora cuando el levantamiento de una población indígena, se hicieron avances aunque no como hubiese sido deseado. Pero al menos quedó en la conciencia de los ecuatorianos de que la Iglesia en los momentos difíciles da la cara, y esa puerta sigue abierta para cuando se la precise. 

Si hay un ejemplo de Iglesia perseguida hoy ese es el caso de la Iglesia en Nicaragua, la última decisión del gobierno de Daniel Ortega y de su mujer Rosario ha tenido como objetivo a la compañía de Jesús. ¿Qué análisis se hace desde las iglesias vecinas?

Lo que ha ocurrido en Venezuela y en Nicaragua no tiene nombre, hay un maquiavelismo que pretenden mantener distraído al pueblo. Nunca pensamos que Ortega llegaría a esto. Como la Iglesia siempre ha sacado la cara en favor de los derechos humanos ha encontrado en ella a un enemigo al que intentar destrozar. El caso del arzobispo Álvarez es clamoroso. 

La elección de Bergoglio para la sede de Pedro marcó un hito en la historia de la Iglesia, ¿cree que el sucesor de Francisco seguirá siendo alguien llegado del otro lado del charco, o al menos que no retorne a Europa la sucesión de Pedro?

Yo tuve la oportunidad de tratar muy de cerca a Bergoglio y cuando le nombraron Papa me sorprendió el cambio de genio que se dió en él. Yo le había conocido como una persona muy seria y pausada y como Papa es todo gestualidad y expresividad, muy alegre y cercano a la gente. 

La gran aspiración de los latinos sería la continuidad, el cardenal Madariaga fue un posible candidato. Por otro lado, en Europa existe una gran resistencia a Francisco. No es desdeñar la simpatía que existe hacia la Iglesia africana. 

Y para terminar, con la atalaya que dan los años vividos, cómo cree que va a ser la iglesia de las próximas décadas? 

El futuro de la Iglesia lo veo incierto, no hay una corriente que con fuerza pueda liderar este futuro. Se observa una contraposición de fuerzas y en las votaciones no será fácil encontrar un consenso. Pero tenemos la alegría de los pasos dados por el Papa Francisco, con especial mención a sus encíclicas Laudato Si y Fratelli Tutti. La propuesta de sinodalidad que permite que la Iglesia camine con todos los creyentes. Hoy es la época de los laicos y espero que su voz sea escuchada. 

Non solum sed etiam

Si bien he entresacado algunas de las ideas expresadas en la entrevista les invito a escucharla íntegra. Pronto cumplirá los 90 y la edad permite en muchas ocasiones hablar sin tapujos como lo hace D. Nestor en esta entrevista. 

Por otro lado es motivo de orgullo para las diócesis vascas que en aquellas tierras se reconozca la labor comenzada hace algo más de 75 años.